Ruta
de los Balcones del Júcar
Comenzaremos esta ruta en la calle Pilares, junto a la
Plaza Mayor. Con viviendas que dan fiel reflejo del carácter de quienes las
habitaron, fuera de todo lujo, por artesanos y comerciantes. Dos pasadizos
comunican esta calle con el barrio de
San Miguel: el primero, situado en el centro de la calle Pilares, y que
desemboca en un bonito arco ojival. Y el segundo de los pasadizos, junto al convento de las Petras.
Bordeando el convento de las Petras, y siguiendo la
calle Pilares, nuestra primera parada será, tras subir unas escaleras a la
derecha, la Plaza de San Nicolás.
Frente a ella y tras cruzar bajo un arco, la calle de San Pedro. Junto a la Plaza de San Nicolás, la iglesia de San Nicolás, sencilla y de
estilo renacentista.
Volviendo de nuevo a la calle Pilares, continuamos la bajada a la ermita de la Virgen de las
Angustias. Situada al lado del río Júcar, y tras pasar bajo el Postigo de los
Descalzos, nos encontramos a la izquierda con el antiguo convento de los
Descalzos y la Cruz del Convertido que hay en el jardín del edificio (con
la tradicional leyenda de la mano que hay grabada en la cruz, hacia el siglo
XVIII).
Si continuamos bajando
por las escaleras que tenemos a la izquierda del Santuario llegamos una zona
natural junto al río Júcar, el Recreo Peral, accesible desde la carretera
mediante el Puente de los Descalzos.
Regresamos por la bajada a las Angustias que nos
llevaron hasta la ermita y a la derecha, por la calle Armas (llamada así en recuerdo de que aquí estaban los
talleres de forja de espadas) llegaremos hasta la Iglesia de San Miguel. Con una maravillosas vistas del Júcar y de
los rascacielos. Junto a la iglesia, restos de los baños públicos construidos en la época árabe (frente al arco ojival
que comunica la calle Pilares con el barrio de San Miguel).
Una gran escalinata
nos conduce hasta el Rincón de Barreda (canónigo del siglo XVI). Mediante otra estrecha escalinata, saldremos a la
anteplaza y pasando bajo los arcos del Ayuntamiento regresamos a la Plaza Mayor.
Ruta
de las Casonas o Palacios
Nada más empezar a subir la calle, y a mano derecha, en
el número 2 veremos la Casa del canónigo
Juan del Pozo, mecenas y fundador del convento de San Pablo y del puente
homónimo. Se distingue en ella, una portada adintelada de sillería.
Un poco más arriba, tenemos los restos de la iglesia de San Pantaleón, una de las primeras parroquias
de Cuenca, de las que sólo se conserva un precioso arco ojival a la entrada y
símbolos que recuerdan el paso por estas tierras de los Caballeros del Temple. En
su interior, una escultura representativa del poeta Federico Muelas.
Ruta
de las Rondas
Para esta ruta tomaremos como inicio la Plaza Mayor. De forma trapezoidal e
irregular, con un suelo que sigue una cierta inclinación. Con una calle paralela, la calle Pilares a
distinto nivel.
Formando parte de la Plaza Mayor, tenemos el Ayuntamiento (año 1762, durante el
reinado de Carlos III), de estilo barroco, levantado sobre tres arcos de medio
punto.
Al fondo de la Plaza Mayor, el Convento de las Petras (s. XVI y la iglesia del s. XVIII),
sufriendo grandes destrozos en la guerra civil, se restauró casi por completo.
Y a la derecha del Ayuntamiento, y antes de iniciar la
calle de San Pedro, la Catedral de
Nuestra Señora de Gracia, única en España de estilo gótico-normando.
Considerada como una de las joyas de la arquitectura castellana. Es posible que
los trabajos de construcción comenzaran sobre los restos de una antigua
mezquita, en el siglo XII. A partir de entonces ha sufrido muchas
restauraciones, hasta llegar a ser como la vemos hoy en día.
Al comienzo de la calle
de San Pedro tomaremos una estrecha calle que sale a la derecha: la Ronda de
Julián Romero (famoso capitán de los Tercios españoles) o también conocida con
el nombre de Ronda del Huécar.
La historia de esta Ronda se centra en un edificio: el antiguo Colegio de San José o Colegio de
los Infantes de Coro de la Catedral (en la actualidad es un establecimiento
hotelero). Pudiera ser que el pintor Velázquez en uno de sus visitas esbozara
un primer boceto del cuadro Las Meninas en una de las salas del edificio. También estuvieron aquí las casa del linaje Albornoz.
A pocos metros más arriba del Colegio San José, podemos
contemplar unas maravillosas vistas de
la Hoz del Huécar desde una mirador en una pequeña plaza con una fuente. Y
siguiendo un poco más arriba llegamos hasta la sede de la Fundación Antonio Pérez,
antiguo convento de las Carmelitas.
Está aquí el Barrio de San Martín y las Casas Colgadas.
Seguimos con nuestra ruta hacia arriba y nos encontramos con el Archivo Histórico Provincial.
En él se guarda el Fuero de Cuenca y los privilegios rodados. Pertenecía en un primer momento al Castillo
y está fechado en el siglo XVII. Este edificio fue sede del Tribunal de la
Inquisición (más tarde fue Cárcel), y hay leyendas macabras que hablan de él.
Sin abandonar este lugar veremos los restos del Castillo. El Arco de Bezudo, restaurado, una parte
del torreón y algunos restos de muralla. Esta disponía de seis puertas y tres
portillos. Actualmente se conservan la Puerta de San Juan y la Puerta de San
Pablo.
Comenzamos el descenso
hasta la Plaza del Trabuco, pasando
bajo el arco que comunica con la Ronda del Júcar y disfrutaremos de sus
espléndidas vistas.
Ruta
del Alcázar y la Judería
La Plaza Mayor
será nuestro inicio de ruta.
Pasaremos por debajo de los arcos del Ayuntamiento
hasta la anteplaza, que antes de que
hubiese ninguna construcción era donde comenzaba el Alcázar, la residencia del
gobernador musulmán de la ciudad.
En la anteplaza podremos observar el Convento de las Santísimas Esclavas del
Santísimo Sacramento, popularmente conocidas como "Las Blancas";
mediante las escaleras que hay al lado
llegamos hasta la Plaza de la Merced, nombre dado por haber servido de sede a
los Mercedarios Calzados y en la que tenemos tres edificios de interés: la
Iglesia y Convento de la Merced (s.XVI), con dos portadas de estilo barroco
(la más pequeña del Convento y la otra de la iglesia), el Seminario Conciliar de San Julián construido en 1745 y el Museo de las
Ciencias inaugurado en 1999, y antiguo Asilo de Ancianos levantado en el siglo
XVIII.
Bajada por la calle
Zapaterías hasta la calle Alfonso VIII y posterior bajada a la calle Santa
Catalina. Cerca de allí está la Iglesia de Santa Cruz (s. XVI) donde tiene
lugar una exposición permanente de artesanía conquense.
Ruta
de la Arquitectura Vertical y Camino de la Modernidad
Salida de la ruta desde la Plaza Mayor y descenso por la calle Alfonso VIII (nombre delconquistador de Cuenca) que la une con la parte baja de la ciudad. Se puede ver
otro tipo estilo de viviendas distinto al que podemos ver por la calle de San
Pedro (la otra gran calle de la parta alta) y se puede comprobar la
verticalidad de las casas. No dejar de subir a la explanada de Torremanga donde estuvo la judería de Cuenca y la sinagoga
Según descendemos
dejamos a la derecha una calle a distinto nivel, la calle Zapaterías, donde
vivía el gremio de zapateros y que nos conduce a la Plaza del Carmen.
Continuando por la calle Alfonso VIII vemos que las
casas no son, por lo general, como las de la calle de San pedro, señoriales,
sino más bien mansiones de corte burgués y otras más humildes.
Enel numero 36 de la calle Alfonso VIII tenemos la Casa de los Mendoza (s. XIV alXV). un poco más abajo, en el 87, tenemos la Casa del Corregidor (s. XVII),
llamada también Cárcel Vieja, porque en sus sótanos estuvieron las celdas de la
ciudad; y en el número 89 el Palacete de los Clemente de Aróstegui (s.XVII),
notable familia de Villanueva de la Jara, con sus escudos nobiliarios, rejería
y balcones en la restaurada fachada.
Al
final de la calle Alfonso VIIII, tenemos la iglesia de San Felipe, conocida
también como Oratorio de San Felipe Neri (s. XVIII), adosada al convento de los Oblatos.
Saqueada e incendiada en 1936, y restaurada tras la guerra civil, podemos
contemplar en su interior una profusa decoración de estilo rococó.
Un poco más abajo, ya en la calle Andrés de Cabrera, la iglesia de San Juan Bautista, una de
las primeras construidas en Cuenca, de la que hoy sólo se conserva una torre.
Un poco más abajo, la Puerta de San Juan, una de las siete o nueve que
permitía el paso de los ciudadanos a la ciudad, y la única que se conserva en pie de la primitiva estructura defensiva.
Cuentan las leyendas que fué por esta puerta por donde pasaron las tropas de
Alfonso VIII para conquistar la ciudad, ayudadas de un pastor: Martín Alhaja.
Un poco más abajo,
la Audiencia Vieja, y frente a ésta, el Palacio de Justicia. Edifico Palafox y
Audiencia Nueva en la que fue la casa de los Carillo de Albornoz.
Al pasar la curva conocida popularmente como "de
la Audiencia", continuamos el descenso por la calle Palafox, y a la
izquierda con el Edificio Palafox, que hasta los años 50 sirvió como Instituto
de Bachillerato.
Un poco más abajo, el
Puente de la Trinidad, sobre el río Huécar y sustentado por restos de la
antigua muralla. En él, estuvo la Puerta de Huete o de Madrid, una de las que
había en las antiguas murallas.
Al
final del Puente de la Trinidad y dejando a la derecha un parque, llegamos al
Puente de San Antón (seguramente construido sobre la antigua
estructura de un puente medieval anterior a la conquista de Cuenca) y la iglesia de la Virgen de la Luz,
bonita iglesia del siglo XVI, donde da
comienzo la Hoz del Júcar y que guarda en su interior la imagen de Nuestra
Señora de la Luz, patrona de la ciudad.
Paseo
por el Huécar
Esta bonita ruta la comenzaremos en la Iglesia del Salvador (s. XVII). Durante
el s. XIX fue la iglesia más importante de la ciudad. De estilo neogótico y
situada en el barrio del Salvador, donde se encuentran dos calles cargadas de
historia: la calle de la Moneda y la
calle de los Tintes.
Bajamos por la calle
San Vicente, a la derecha veremos las Escuelas del Obispo Palafox, y
continuando por la calle Alonso de Ojeda llegaremos a la calle de la Moneda,
calle estrechísima con una leyenda romántica que cuenta como el amor
descubierto entre una caballero cristiano y una hermosa judía a través de dos
ventanas, una en cada fachada de la calle, hizo que las dos casas fueron
acercándose una a otra cada vez más.
Recorremos la
calle de la Moneda, cargada de historia, en la que vivían gran cantidad de
moriscos. Tras atravesar el túnel y pasar sobre el río Huécar, nos encontramos
con la otra calle histórica: la calle de los Tintes, donde tenían su taller los
artesanos que conseguían los denominados "colores de Cuenca",
utilizados para teñir las lanas que tanta fama dieron a la ciudad. Destaca la
antigua muralla y las fachadas con abundante coloración.
A la izquierda, un poco más allá, las Escalerillas del Gallo.
Ya en la Puerta
de Valencia (de la que sólo se conserva el nombre y que fue una de las puertas
de Cuenca, hoy desaparecida, donde cuentan que descansaron las tropas de
Alfonso VIII), podemos contemplar el Conventode la Concepción Franciscana (s.XVI) conocido por los conquenses como lasConcepcionistas de la Puerta de Valencia. Fundado en 1504 y con dos escudos
sobre la portada.
Un edificio a destacar en esta zona: la Casa de las Rejas, con cuatro enormes y
magníficas rejas y el escudo de la familia destacada que vivió aquí (hoy es un
conocido establecimiento hotelero).
Cruzaremos el puente
sobre el río Huécar desde donde comenzaremos nuestro paseo bordeando el río y
disfrutando de las vistas del barrio de San Martín.
Pasamos junto al Teatro-Auditorio
de Cuenca. Bonita construcción entre las rocas de la Hoz del Huécar
inaugurado el año 1994.
Siguiendo el paseo, cogeremos el camino de la derecha
(el de la cuesta) que nos conduce al Parador
Nacional de Turismo y al Puente de San Pablo.
El
camino de la izquierda nos conduce a dos pueblos conquenses con encanto:
Molinos de Papel y Palomera.
Merece
la pena subir la cuesta, pues una vez arriba, podemos contemplar las más
bonitas vistas de la Hoz del Huécar, las Casas Colgadas, el Parador Nacional de
Turismo (antiguo convento de San Pablo) y la Iglesia de San Pablo.
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