A mediados del siglo XX este municipio es adquirido al Vizconde de Eza (antepasado de Jaime de Marichalar) por la empresa resinera de Don Basilio Mesa García. A la muerte de éste pasa a ser propiedad de sus hijos Doña Pilar Mesa Hernández y Don Bruno Mesa Hernández, siendo dividida en dos fincas poco después. La parte correspondiente a Doña Pilar Mesa Hernández es entonces vendida a la empresa SAT San Saturio, quedando definitivamente separada en dos propiedades.
Lo que desde hace ya años es una gran finca agrícola y ganadera, a mediados del siglo XVIII, cuando se tomaron los datos para elaborar el catastro de la Ensenada, se le da la categoría de villa: “Es la mitad villa de señorío que pertenece a don Francisco Javier Marichalar y Avellaneda, residente en Peralta (Navarra) y la otra mitad es lugar de señorío y pertenece a don Alfonso Pablo de Avellaneda, residente en Madrid, ninguno de los dos percibe derechos algunos por el señorío y vasallaje”.
Estaban Fermín Marichalar y Eslava, natural Lesaca, fue miembro del Consejo del rey, su alcalde en la Corte Mayor de Navarra y ministro del Consejo de Castilla. Casó con María de Avellaneda (o Calvillo de Avellaneda), señora de la villa de Zayas, y falleció en 1684. Esteban Fermín de Marichalar y Eslava, Oidor del Real Consejo, dueño de los palacios de Lizarraga Bengoa, Echarri y Arbizu, vio reconocida su nobleza en Pamplona, en Corte, por sentencia de 1665. Padres de:
Francisco Antonio de Marichalar Avellaneda, que casó con Paula Beatriz de Isaba. Con sucesión hasta el presente.
En la Revista de Soria, número 96, publicación de la Diputación Provincial de Soria, hay un extenso trabajo de la autora de este blog sobre los Avellaneda.
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