Tiene alrededor de 3322 metros de
altura, aunque esta varía debido a las constantes erupciones. La montaña es hoy
en día 21,6 metros menor que en 1865. Es el volcán activo con mayor altura de
la placa Euroasiática, el segundo en referencia a la Europa política después
del Teide y la montaña más alta de Italia al sur de los Alpes. El Etna cubre un
área de 1190 km2, con una circunferencia basal de 140 kilómetros.
Hasta inicios del siglo XX, por lo menos, era frecuente que
la población siciliana llamara Gibellu a este célebre volcán; tal denominación
local deriva de la presencia árabe en el lugar durante la Edad Media. En
efecto, Gibellu o Gibello deriva de la palabra árabe جبل ŷébel (monte,
montaña). Aún hoy, se llama en Sicilia Gibello o Mongibelo a la montaña,
quedando la denominación Etna para el cono volcánico.
En la mitología griega, el Etna era el volcán en cuyo
interior se situaban las fraguas de Hefesto, que trabajaba en compañía de
cíclopes y gigantes. El monstruoso Tifón yacía debajo de esta montaña, lo que
causaba frecuentes terremotos y erupciones de humo y lava.
Su nombre derivaba de
la ninfa Etna, hija del gigante Briareo y de Cimopolia, o de Urano y Gea, que
se convirtió en la deidad de este famoso volcán. Por ello, fue la juez que
resolvió la disputa sobre la posesión de Sicilia entre Deméter y Hefesto.
Uniéndose con este
último fue madre de los pálicos, los dos dioses de sendos géiseres famosos en
la isla.
Haciendo abstracción de la mitología, el nombre deriva de la
palabra cananea (o del fenicio) attanu (arder) y luego de la griega aithos (con
el mismo significado de arder).
Durante la ocupación árabe de Sicilia en la Edad Media, el
Etna fue llamado Ŷébel Uhamat (Montaña de fuego), pasando a ser llamado durante
siglos por gran parte de los italianos con la palabra mixta (románica-arábiga):
Mongibello.
El Etna es uno de los volcanes más activos del mundo y está
casi en constante erupción. Aunque en ocasiones puede ser muy destructivo, no
está contemplado como un volcán particularmente peligroso, y miles de personas
viven en sus alrededores e incluso en sus faldas. La fertilidad de la tierra
volcánica hace que la agricultura extensiva, con viñas y huertos, se extienda a
lo largo de las laderas de la montaña. Debido a la reciente actividad volcánica
y a su población, el Etna ha sido designado como uno de los 16 Volcanes de la
Década por las Naciones Unidas.4
En junio de 2013 el Etna fue declarado Patrimonio de la
Humanidad por resolución del Comité de la UNESCO.
Parque Nacional del Volcán Etna
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