Catania forma parte del lugar Patrimonio de la Humanidad declarado por la Unesco en 2002 denominado «Ciudades del barroco tardío de Val di Noto»
Catania se encuentra limitada al norte por el monte Etna, el volcán
activo más grande de Europa.
Fue fundada en el siglo VIII a. C., según Plutarco
deriva de «Katane» ("rayadura"), por asociación con áspero suelo del
territorio lávico del que surge.
Ha sido destruida siete veces por erupciones
volcánicas y terremotos. Entre las últimas más catastróficas se recuerdan las de
los años 1169 y de 1693.
Es sede de la primera universidad de Sicilia, fundada
en 1434 por Alfonso V de Aragón.
En la Piazza el Duomo confluyen tres calles, la Via Etnea, eje histórico más importante de la ciudad, la Via Garibaldi y la Via Vittorio Emanuele II, que la atraviesa de este a oeste.
En el lado oriental de la plaza está la catedral o duomo, dedicado a la Santa Ágata, patrona de la ciudad.
En el lado norte se encuentra el Palazzo degli Elefanti,
sede del ayuntamiento.
En el otro lado de la plaza está situada la fontana
dell'Amenano, muy famosa entre los habitantes de la ciudad, a la que se arrojan
monedas (como en la Fontana di Trevi) y, al lado de ella, el Palazzo dei
Chierici, que está unido a la catedral mediante un pasadizo que atraviesa la
Porta Uzeda.
Se puede acceder a las terrazas del Palazzo dei Chierici y de la
Porta Uzeda desde el museo diocesano de Catania, que tiene su sede en el
Palazzo dei Chierici, al lado de la Catedral.
Desde las terrazas se pueden
admirar dos espléndidos panoramas: por un lado, la Piazza del Duomo con la
fontana dell'Elefante y la Via Etnea con el monte Etna al fondo; por el otro,
las murallas de Carlos V, el Puerto de Catania con los archi della Marina hasta
el Castello Ursino.
La Porta di Carlo V forma parte del único tramo de las
murallas de la ciudad que se ha conservado hasta la actualidad y que se levantan con el reinado de Carlos V. Se encuentra en la zona del Mercado de Pescado
La Porta de Uzeda corresponde también a las murallas catanesas.
La Porta de Uzeda corresponde también a las murallas catanesas.
En el centro de la plaza se encuentra el símbolo de Catania,
es decir, "u Liotru", una estatua de piedra volcánica que representa
un elefante, situada en el centro de una fuente de mármol remodelada varias
veces.
Las Terme Achilliane son estructuras termales subterráneas
del siglo IV-V situadas a unos 4-5 metros bajo la Piazza del Duomo.
Catania está atravesada por un río subterráneo, Amenano que se puede ver en parte en la plaza del Duomo dando paso al Mercado el Pescado.
En el pasado, cerca de los límites de la ciudad estaba el lago de Nicito, que fue cubierto por la lava en 1669, lo que cambió profundamente el paisaje circundante. La costa es rocosa al norte del puerto, («la escollera») y de arena al sur («la playa»).
A la derecha el Ayuntamiento, Palazzo degli Elefanti.
El elefante de piedra de lava de Catania, que en 1239 se convirtió en el símbolo oficial de la ciudad, nació de una antigua leyenda.
Esta leyenda está relacionada con el hecho histórico de que en el Paleolítico Superior vivía un elefante enano en Sicilia.
La leyenda dice que la primera población de Catania fue protegida de todos los animales feroces y peligrosos por este elefante.
El pueblo de Catania erigió una estatua de este elefante en su honor.
La llamaron’u Liotru’, que es un término en dialecto para Heliodoro, un erudito cataniano del siglo VIII que fue quemado vivo en 778 por el Obispo de Catania San León II el Obrero Milagroso, porque, al no haber llegado a ser obispo de la ciudad, perturbaba las ceremonias sagradas con sus diversos encantamientos mágicos, uno de los cuales supuestamente hacía caminar al elefante de piedra.
Numerosas hipótesis han sido hechas por los científicos para explicar el origen y significado de la peculiar estatua de piedra.
La más auténtica es la suposición del geógrafo árabe del siglo XII Idrisi, que entre 1145-1154 describió Sicilia por orden del rey normando Roger II.
Catania está atravesada por un río subterráneo, Amenano que se puede ver en parte en la plaza del Duomo dando paso al Mercado el Pescado.
En el pasado, cerca de los límites de la ciudad estaba el lago de Nicito, que fue cubierto por la lava en 1669, lo que cambió profundamente el paisaje circundante. La costa es rocosa al norte del puerto, («la escollera») y de arena al sur («la playa»).
La Fuente del Amenano está situada en la plaza del Duomo de Catania,
frente al Palacio de los Elefantes o del Ayuntamiento.
Fue construida en 1867 por el escultor napolitano Tito
Angelini.
El conjunto monumental fue esculpido en mármol de Carrara.
El río Amenano está representado alegóricamente como un
joven desnudo que porta una cornucopia por la que mana el agua; la cual, al
rebosar de la pila que se encuentra a sus pies, se derrama en forma de cascada.
El conjunto da la impresión de ser una sábana de agua; lo
que da lugar a la denominación local de la fuente: acqua a linzolu (agua en
sábana en siciliano).
El agua que cae de la pila regresa al río, que discurre
subterráneo bajo la plaza.
A la derecha el Ayuntamiento, Palazzo degli Elefanti.
El elefante de piedra de lava de Catania, que en 1239 se convirtió en el símbolo oficial de la ciudad, nació de una antigua leyenda.
Esta leyenda está relacionada con el hecho histórico de que en el Paleolítico Superior vivía un elefante enano en Sicilia.
La leyenda dice que la primera población de Catania fue protegida de todos los animales feroces y peligrosos por este elefante.
El pueblo de Catania erigió una estatua de este elefante en su honor.
La llamaron’u Liotru’, que es un término en dialecto para Heliodoro, un erudito cataniano del siglo VIII que fue quemado vivo en 778 por el Obispo de Catania San León II el Obrero Milagroso, porque, al no haber llegado a ser obispo de la ciudad, perturbaba las ceremonias sagradas con sus diversos encantamientos mágicos, uno de los cuales supuestamente hacía caminar al elefante de piedra.
Numerosas hipótesis han sido hechas por los científicos para explicar el origen y significado de la peculiar estatua de piedra.
La más auténtica es la suposición del geógrafo árabe del siglo XII Idrisi, que entre 1145-1154 describió Sicilia por orden del rey normando Roger II.
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