martes, 12 de enero de 2021

Edificios que fueron de Madrid


http://palomatorrijos.blogspot.com/2022/09/fundacion-cristina-masaveu-peterson.html


 http://www.bne.es/export/sites/BNWEB1/es/Micrositios/Exposiciones/PasadizoPalacio/resources/docs/MarquesAlcanices.pdf

Con la fundación del Monasterio de la Encarnación en 1611, esta zona sufrió una ampliación importante, ya que se construyó un nuevo pasadizo que unía el Monasterio con la Casa del Tesoro del Real Alcázar de Madrid.

Con esta nueva construcción, los reyes podían acceder directamente a la Encarnación desde palacio.

Durante el reinado de Felipe V, la Casa del Tesoro fue remodelada para instalar en su interior la Biblioteca Real, antecedente de la Biblioteca Nacional.

Todo el complejo fue derribado por José Bonaparte y hoy su lugar lo ocupa la plaza de Oriente.

Hasta 1825 los marqueses de Alcañices tuvieron una casa en terrenos que estaban en la actual Plaza de Oriente. 

Esa casa se vende para construir la Real Biblioteca, frente al convento de La Encarnación. 

Estuvo aquí la Biblioteca hasta 1870 cuando pasa a su sede actual en el Paseo de Recoletos.

Enterrados bajo esta plaza estaban los sótanos y lienzos de las fachadas de todos edificio, así como el pavimento de la calle del Tesoro, en la fachada sur, que desaparecieron al construirse el aparcamiento subterráneo y el túnel de la calle Bailén.

https://gatopormadrid.com/2019/05/27/madrid-desaparecido-palacio-del-marques-de-alcanices/

http://josesanpepe.blogspot.com/2013/05/edificios-desaparecidos-palacio-del.html


En la Plaza de Cibeles, en la confluencia de la calle Alcalá con el Paseo del Prado, se encuentra el edificio sede del Banco de España, pero hasta el año del inicio de su construcción 1884, el solar estuvo ocupado por el palacio de Alcañices,  por cuya propiedad el Banco de España pagó el precio de unos tres millones de pesetas. 

Frente al BUEN RETIRO, residencia de los REYES.



Plano de Texeira, 1656



Plano de Pedro Texeira año 1656, señalado en verde casa de don Rodrigo de Herrera y en rojo la propiedad del marqués del Carpio.

Mediados del siglo XIX.

La casa-palacio número 64, que hoy posee el Marqués de Casa-Riera, y ha enriquecido con obras de consideración y con un nuevo jardín en el solar del convento de las Baronesas, es también moderna, de principios del siglo actual, y fue construida y señalada en dote para la señora Duquesa de Abrantes, por cuya circunstancia era designada con el nombre de la Casa de los Alfileres. En lo antiguo existía en este solar la que el Marqués de Auñón hizo labrar para su hijo natural D. Rodrigo de Herrera, célebre poeta dramático, autor de las comedias Del Cielo viene el buen rey y La Fe no ha menester armas

http://palomatorrijos.blogspot.com/2016/05/aunon-guadalajara.html


Después fue del Conde de Miranda y de las memorias fundadas por el Marqués de Mancera. Ya queda dicho que a mediados del siglo XVII fue alojado en esta casa el embajador turco, que dio nombre a la calle contigua; en el edificio nuevo vivieron en nuestros días los marqueses de Ariza, el embajador de Rusia Príncipe Tatischef, y el célebre provisionista francés y gran financiero Mr. Ouvrard en 1823 y 24, en cuyo tiempo se celebraron en sus salones magníficos saraos y festines, hasta que la adquirió el señor Riera, que ha invertido en su decoración grandes sumas. La extensión de esta casa y sus dos jardines es considerable; además tiene enfrente, en la calle del Turco, otra también grande para cocheras y oficios, con la que se comunica por una galería subterránea.

El antiguo Madrid: paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa

Ramón de Mesonero Romanos

https://artedemadrid.wordpress.com/2010/02/11/el-palacio-y-el-jardin-del-marques-de-casa-riera/

https://www.cadizdirecto.com/misterios-enigmas/la-misteriosa-casa-de-los-alfileres-en-madrid/


Plano de Mancelli año 1623


Palacio del marqués de Alcañices, siglo XVIII


Los primeros datos del edificio original, indican que el mismo fue construido por Luis Méndez de Haro, sexto marqués del Carpio, sobrino de Gaspar de Guzmán y Pimentel Ribera y Velasco de Tovar del, más conocido como  conde-duque de Olivares.

 Luis Méndez, llegó a ser válido de Felipe IV con la caída en desgracia de su tío.

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Fue bautizado el 15​ de marzo de 1603 en la iglesia de San Lorenzo de la ciudad de Valladolid, siendo sus padrinos Álvaro Enríquez de Almansa, marqués de Alcañices, y María de Velasco y Zúñiga, hija del conde de Monterrey. ​ Se desconoce su fecha de nacimiento, si bien se cree que debió de ser apenas unos días anterior a la del bautizo. ​ Era el hijo de Diego Méndez de Haro, V marqués de Carpio, y de Francisca de Guzmán, hermana de Gaspar de Guzmán y Pimentel, I conde-duque de Olivares. Si bien nació en Valladolid, la familia —los Carpio— tenía su solar y el grueso de sus posesiones en el reino de Córdoba. ​ La influencia de la familia materna —una rama menor de los Guzmán— en la corte le otorgó a Haro una posición privilegiada en esta, en la que comenzó como compañero de juegos del que luego sería Felipe IV. ​ Para entonces la familia Carpio era una de las más importantes de Andalucía y había aumentando sus posesiones en esta región desde finales del siglo xv. ​ Como sucesor de los dos casas, Haro heredó un vasto patrimonio.

Posteriormente, las casas estuvieron habitadas hacia el año 1790, por los duques de Béjar, Pedro de Alcántara Téllez-Girón y María Josefa Pimentel.

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 Será a finales del Siglo XVIII cuando la propiedad es adquirida por Manuel Miguel Osorio y Spinola, XV marqués de Alcañices.

Debido al mal estado del edificio, el Marques de Alcañices, realiza una primera obra de mejora a comienzos del Siglo XIX. En 1823 fallece Manuel Miguel Osorio y la propiedad es heredada por su hijo Nicolás Osorio y Zayas, quien llevó a cabo una gran reforma en el año 1847 invirtiendo la cantidad de  2 millones de reales.

Nicolás Osorio era un gran aficionado a los caballos, siendo uno de los fundadores de la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España. En el año 1854 construyó nuevas caballerizas en el Palacio. Fallece en Enero de 1866 pasando la propiedad a su hijo José Isidro Osorio y Silva-Bazán, duque de Sesto. José Osorio, en el año 1872, realiza una nueva reforma del Palacio encargando la obra a Francisco de Cubas y González-Montes, más conocido en nuestros días como Marques de Cubas.


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Al lado de Palacio el convento de las Baronesas

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En la Relación de la jornada que se hizo en 1679 en las Reales entregas de la Reyna Nuestra Señora María- Luisa de Orleans, hija de los Serenísimos Señores Duques de Orleáns, primera esposa de Carlos II, se cuenta que el marqués de Villamayna y primer caballerizo de la Reyna nuestra Señora D. Luis de Toledo Enríquez, segundo marqués de Villamaina, a la fois mayordomeé et premier écuyer de la Reine[1]. Ramón de Mesoneros Romanos nos dice que, Luego que S. M. estuvo adornada con los diamantes de ambos mundos, y cuando se hubo puesto un rico sombrerillo, adornado con plumas blancas y realzado con la preciosa perla llamada la Peregrina[2] la más bella de las perlas célebres, montó en un brioso alazán andaluz, que el Marqués de Villamayna, su caballerizo mayor, llevaba de la brida. Los segundos marqueses de Villamagna viven en sus casas del Paseo del Prado que compran sus padres los primeros marqueses y que ellos amplían. La casa de los marqueses de Villamagna en Madrid estaba junto al antiguo palacio de los marqueses de Alcañices y duques de Sesto en el paseo del Prado[3]. La casa de los marqueses de Alcañices estaba valorada en 3.187.500 pesetas a fines del siglo XIX. Manuel Juan Osorio Velasco Guzmán y Vega, XIV marqués de Alcañices casa en 1754 con Ana Dominga Spínola y de la Cueva, duquesa de Sesto. La casa de los Villamagna pasa a ser propiedad de los condes de Campo Alange[4], sirvió desde muy antiguo de residencia a la embajada inglesa hasta que, adquirida dicha casa por el rico banquero señor Santamarca que hizo construir en su solar una de las más ostentosas y magníficas entre las particulares[5]. En 1927 se inicia una ampliación de la sede del Banco de España con la adquisición de las casas del conde de Santa Marca situadas en la calle de Alcalá, a continuación del primer edificio que se levanta entre 1884 y 1891. Ocupaba el palacio de los marqueses de Alcañices la esquina de la actual plaza de Cibeles entre la calle de Alcalá y el Paseo del Prado. Eran vecinos de Alcañices y Villamagna en la esquina de enfrente, altillo de Buenavista, los duques de Alba. La casa de los Villamagna está señalada en el plano de Teixeira de 1656 con el número 193 en la hoja número 9; Casa del marqués de Villamayna. Tenía esta casa al igual que la de los Alcañices en su parte posterior amplios terrenos dedicados a jardín y recreo de sus propietarios. Circunstancia que comparten todas las casas palacio levantadas a lo largo de las tierras de los Prados de Recoletos y los Jerónimos, lindantes ya con los Jardines y el Palacio del Buen Retiro. Tienen los Villamagna una calle en Madrid. En la manzana comprendida entre las calles del Marqués de Villamagna y José Ortega y Gasset estuvo el palacio de Anglada. Ahora hotel Villamagna en la avenida de la Castellana, donde tenia su fachada principal el Palacio. La puerta del jardín del palacio de Anglada es ahora la puerta de O’donell del Parque del Buen Retiro. Del Jardín quedaron en La Castellana los dos cedros que podemos ver delante del hotel Villamagna, construido sobre los terrenos que ocupaba el Palacio. El derribo de este Palacio en el año 1962 podemos considerarlo una auténtica catástrofe. Díez años más tarde se levanta el Hotel.

            La actual sede del Banco de España en Madrid se levanta sobre tres casas. Una de las cuales pertenecía a Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor y a su segunda mujer Isabel de Ayala[6] que la venden en el año 1631, a la primera marquesa de Villamagna, María Enríquez de Guzmán, mujer de Alonso Álvarez de Toledo Recordemos que el abuelo paterno del primer de Villamagna es por su madre un Ayala y que la primera marquesa de Villamagna también es una Ayala. El primer marqués de Villamagna tiene su ascendencia por su madre en los Espinosa Verdugo. Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor es el padre del primer conde de Torrepalma con su primera mujer[7] además de ser primo hermano del primer marqués de Villamagna. La madre del primer marqués de Villamagna y la madre de la primera mujer de Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor son hermanas. El condado de Torrepalma, es un título nobiliario español creado por Carlos II en 1679, otorgando el Real Despacho el 4 de noviembre de 1680, a favor de Alonso Verdugo y Albornoz y de la Cueva. Su nombre, hace referencia a la hacienda de Torrepalma, situada en el municipio andaluz de Carmona, Sevilla. Fue concedida Grandeza de España vitalicia, por Carlos III en 1771 a Alonso Diego Álvarez de Bohórquez y Verdugo, cuarto conde de Torrepalma y quinto marqués de los Trujillos.

                    Después de la compra de la casa de sus primos hermanos por el primer marqués de Villamagna, entre 1641 y 1653 el segundo marqués de Villamagna compra las otras dos casas sobre las que levanta su nueva casa. En su testamento de 13 de septiembre de 1658, el segundo conde de Villamagna incorpora su casa palacio al mayorazgo describiéndola con sus edificios, diez estatuas, nueve de mármol de Génova, y la décima, de San Antonio, de piedra de Tamajón, y una fuente de mármol de Toledo. Luis Álvarez de Toledo y Enríquez, segundo marqués de Villamagna, edificó caballerizas y cocheras y otras obras, poniendo la puerta principal de la calle, en lo que gastó 60.000 ducados, a fin de que los poseedores de su mayorazgo tuviesen alguna comodidad y quedase memoria en el mismo, por haber faltado las casas que tenían en la ciudad de Toledo y otras en Madrid, junto a la parroquia de Santiago. A la muerte de José López de Chaves y Toledo, marqués de Villamagna y Cardeñosa, en virtud del mandamiento del alcalde, Lorenzo Matéu de Villamayor, despachado el 11 de noviembre de 1704, se dio posesión del mayorazgo de Villamagna y de la casa principal de Madrid a Bartolomé Ramírez de Arellano y Toledo, marqués de Gelo, cuya hija, Catalina Ramírez de Arellano Enríquez de Toledo llevó su mayorazgo a la Casa de Hermenegildo Hurtado de Mendoza, que fue, por tanto, marqués de Gelo y de Villamagna. Su hijo Hermenegildo Manuel Hurtado de Mendoza Álvarez de Toledo, marqués de Gelo y Villamagna y señor de Bolaños, la vende el 3 de septiembre de 1787 a Manuel de Negrete y de la Torre, conde de Campo Alange por 1.291.776 reales. Precisamente, Antonio Hurtado de Mendoza, sucesor de su padre Hermenegildo en sus títulos, casa con Manuela Negrete. Los condes de Campo Alange hacen importante mejoras valoradas en 1.436.636 reales, dándole un valor total de 2.559.581 reales. En ella vivió el embajador francés Bernoville, que la alquiló el 19 de enero de 1803, por 75.000 reales anuales. El 3 de noviembre de 1819 muere Manuel María de Negrete, conde de Campo Alange, y sus mayorazgos recayeron en Francisco Javier, que se hallaba refugiado en Francia, de quien era administrador legal José María de Negrete, su hijo, que toma posesión de sus bienes. El 18 de enero de 1827 muere José María de Negrete y en 1836, sucedió en sus bienes su hermana María Manuela de Negrete y Cepeda casada con Luis José de Salamanca y Martínez de Pisón, marqués de Villacampo, que se posesionó de ellos el 27 de febrero de 1842. Cuatro años más tarde, el 28 de noviembre de 1846, la vendió a Bartolomé Santamarca, conde de Santamarca por el Papa Pío IX, autorizado para su uso en España el 28 de noviembre de 1863, convertido en título del Reino en 1864. Muere el 9 de octubre de 1874 y le sucede su hija Carlota Santamarca y Donato en 1875 por su matrimonio marquesa de Sierra Bullones y duquesa de Nájera[8]. El conde de Santarmarca, uno de los más opulentos vecinos del Madrid de su época, procedió a su demolición y levantó un edificio suntuoso que queda incorporado en el Banco de España[9].



[1] Mémoires de Villars, edité Mórel-Fatio, página 16.

[2] Descubierta en aguas del Archipiélago de las Perlas en Panamá en el siglo XVI, pasó a manos del rey Felipe II de España, formando parte de las joyas de la Corona de España. La Perla Peregrina como el diamante El Estanque pertenecía a un grupo de joyas de la corona que los reyes debían transmitir de padres a hijos. Como la colección de cuadros, que fue el germen del posterior Museo del Prado. Ambas joyas podemos verlas en retratos de las Reinas de los siglos XVI y XVII. La Peregrina permaneció en España hasta 1808, cuando el rey invasor José Bonaparte ordenó que le entregasen las joyas de los Borbones españoles, ya exiliados. Después de variadas vicisitudes podemos decir que su última propietaria fue la actriz Elizabeth Taylor. La Corona española ha defendido siempre su posesión de La Peregrina.

[3]El antiguo palacio del marqués de Alcañices, también conocido como del duque de Sesto, estuvo ubicado en el Paseo del Prado esquina a la calle de Alcalá, en el lugar que ocuparon las casas de Luis de Haro, marqués del Carpio y ministro privado de Felipe IV tras la caída del Conde Duque de Olivares. Derribado así como el de los Villamagna para levantar sobre sus solares la nueva sede del Banco de España. Los Alcañices en 1865 encargan al arquitecto Francisco de Cubas, marqués de Cubas, su nuevo Palacio en el Paseo de Recoletos, frente al del político y banquero José María de Salamanca y Mayol, primer marqués de Salamanca. Construido entre 1846 y 1855 por el arquitecto Narciso Pascual y Colomer, sobre parte de la huerta de los marqueses de Montealegre, condes de Oñate.

[4] En 1761 el Rey Carlos III otorga el título de Conde de Campo de Alange a Ambrosio José de Negrete y Ampuero, empresario lanar y ganadero, quien había comprado a la Corona, en 1752, la gran Dehesa de Campo de Alange en Cáceres, junto a Mérida -la cabaña llegaría a ser una de las mayores de España con más de 60.000 cabezas-.

[5]El antiguo Madrid. Paseos histórico-anecdóticos por las calles y casas de esta villa. Ramón de Mesonero Romanos. Tomo II. Capítulo IV-Línea Centro Oriental. Entre el Prado y la puerta del Sol.

[6] Pedro de Ledesma casa por segunda con Isabel de Ayala. Padre en su primer matrimonio de un único hijo y heredero Francisco Isidro de Ledesma, habido en su primer matrimonio con Isabel Verdugo. En 1627, Francisco Isidro de Ledesma cede a su madrastra en 1627 la casa-huerta de la calle de Alcalá, con sus mejoras, pinturas y lo demás que en ella existía. Isabel de Ayala casa por segunda vez con Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor que la vendieron en 1631, a la marquesa de Villamagna.

[7] Alonso Rueda Verdugo casa con Juana Cabrera y Barba nacida en Carmona, Sevilla. Padres de Sancho Verdugo, fiscal oidor del Consejo de S. M., casado con Juana de la Cueva, hija de Martín de la Cueva escribano de la alhóndiga de Sevilla, y de Juana de la Cueva. De cuyo enlace nacieron Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor y Felipe Verdugo de la Cueva y Sotomayor, caballero de la Orden de Santiago desde 1599. Alonso Verdugo de la Cueva Sotomayor, natural y veinticuatro de Sevilla, probó su nobleza para ingresar en la orden de Santiago en 1621. Testo en Sevilla el 25-12-1655 ante Francisco de Carvajal. Hizo capitulaciones matrimoniales en Sevilla el 22-3-1616 ante Gaspar de León para casar con Juana de Albornoz y Espinosa, hija de Francisco de Albornoz y Castro, caballero de Calatrava desde 1581, y de Felipa Espinosa. Padres del primer conde de Torrepalma. Figuras granadinas. Cristina Viñes Millet, 1995 Francisco de Albornoz. Licenciado, Caballero de la Orden de Calatrava, Comendador de Almagro, del Consejo de S.M. Casó con Felipa de Espinosa, sobrina del Cardenal Espinosa, Presidente del Consejo de Castilla y de la Inquisición. Padres, entre otros, de Juana de Albornoz, casó con Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor, Caballero de Santiago, Capitán Perpetuo de Carmona. Padres de Alonso Verdugo de Albornoz, primer conde de Torrepalma. En el siglo XX, Fresno de Torote era propiedad de María Luisa Silva y Mitjans Campbell y Manzanedo, marquesa de Almenara por su matrimonio y después de su hijo Jaime Álvarez de las Asturias Bohórquez y Silva, conde de Torrepalma. María Teresa de Arteaga y Echagüe, XIV marquesa de Almenara, hija de los duques del Infantado que son señores de Fresno de Torote, casa con José María Álvarez de las Asturias Bohórquez y Aguilera, octavo conde de Torrepalma. Padres de José Álvarez de Bohórquez y Arteaga, XV marqués de Almenara pero no conde de Torrepalma. Casa con María Luisa de Silva y Mitjáns. Sigue en Torrepalma una hija de este matrimonio y en almenara un hermano de esta. A finales del siglo XIX, el dueño de la finca de Fresno de Torote, el marqués de Almenara decide construir un palacete para las cacerías, trasladando su residencia desde la casa señorial situada en el pequeño pueblo de Fresno de Torote hasta el nuevo palacete, dejando las cuadras de los caballos que poseía en el pueblo. Fue uno de los lugares elegidos por el Rey Alfonso XIII por las cacerías de perdices que se organizaban. En 1937, el conde de Torrepalma, hijo del marqués de Almenara, gran aficionado a los caballos, rehace la yeguada comprando caballos alemanes, creando el hierro de Torrepalma. Durante la guerra civil española, la finca fue tomada por las fuerzas republicanas, siendo el cuartel general de El Campesino. Terminada la guerra la finca volvió a sus antiguos dueños. El conde de Torrepalma murió sin descendencia, en la actualidad la propiedad de la Casa y de la Finca es de los Condes de Casa Valencia G.E., sobrino favorito del conde de Torrepalma. Finca dedicada ahora a salones de Catering y Bodas. Tuvieron los condes de Torrepalma la más importante biblioteca privada en su casa de la ciudad de Granada.

[8] Bartolomé de Santamarca y Donato, 1810-1874. Tenía en 1867 en su poder 400 obligaciones a pagar por el duque de Osuna sobre bienes urbanos. En este año la ruina de la Casa de Osuna todavía parecía evitable. Pero, En 1880 Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Fernández de Santillán, XIII duque de Osuna negoció un nuevo empréstito que compromete de modo irreparable todo el patrimonio de los Osuna en este caso con el banquero Estanislao Urquijo, el banquero de la nobleza madrileña del siglo XIX. Las operaciones de préstamo sobre las propiedades urbanas de las Casas Nobles con residencia en Madrid fueron la base económica y financiera sobre la que se asienta la Banca Urquijo. La colección, creada por el comerciante y banquero Santamarca, marqués de Santa Marca, a mediados del siglo XIX, mecenas y protector de artistas, se ha podido mantener agrupada a pesar de las vicisitudes transcurridas, desde su primera instalación en la casa del marqués de Santamarca, ya desaparecida, hasta el actual asilo-colegio situado en el parque de Berlín, la Fundación Santa Marca debida a la Marquesa y destinada a acoger huérfanos nacidos en Madrid. La casa-palacio y el asilo Santamarca. Pedro Navascués Palacio, 1984.

[9] Arte español. Revista de la sociedad española de amigos del arte. 1948. Director, Enrique Lafuente Ferrari. Marqués del Saltillo. Casas madrileñas del siglo XVIII y dos centenarias del siglo XIX. Pedro Navascués Palacio, Pedro (1982) El Banco de España en Madrid. Génesis de un edificio, 1982. El Banco de España. Dos siglos de historia 1782-1982. Sobre estas casas que fueron de los Villamagna  podemos leer el siguiente texto, Testamento de 2 de diciembre de 1592 y codicilo de 3 de septiembre de 1594, ante Gaspar de Córdoba y Blas López, respectivamente, confirió facultad al licenciado D. Juan de Tejada, como su albacea y testamentario, para que, de acuerdo con lo que tenía tratado con los P P. Carmelitas Descalzos, y antes con los del monasterio de la Victoria, para fundar un colegio en su casa y jardín, lo llevase a efecto; pero, de no aceptarlo los religiosos citados, dejaba al arbitrio del albacea la aplicación de la finca a la obra pía que estimare más conveniente. No aceptaron dichas Comunidades el encargo, por lo cual el licenciado Tejada sacó la casa a pública subasta, que se remató en Doña María de Granada, hija del infante D. Juan de Granada, en cuyo favor se despachó escritura de venta el 15 de julio de 1598. La casa, ya en esta época, tenía fuentes con sus aderezos correspondientes, naranjos, tiestos de flores y noria en la huerta, oratorio con imágenes y otras cosas de madera. Todo ello lo donó la citada señora al monasterio y convento de monjas de Nuestra Señora de la Concepción, San José y Jesús María, comúnmente llamado del Caballero de Gracia, el 26 de marzo de 1603. Parece que no estaba predestinada a ser propiedad de religiosos, pues la madre abadesa, vicaria y demás religiosas de él, siéndoles de muy poco aprovechamiento, con licencia del Provincial, la vendieron al Dr. D. Antonio de Ulloa y Toledo, caballero de San Juan, presbítero, ante Santiago Fernández, el 13 de julio de 1604. Las obligó a un censo, en favor del cura y beneficiados de la parroquia de San Juan, aparte del censo que constituyó del precio de la misma en favor del convento del Caballero de Gracia. Labró en un traspatio desmembrado de la casa principal una casa chica, que caía a la calle de Alcalá, y la vendió a doña Francisca de Fuenmayor, viuda del caballero de Montesa D. Cristóbal Mascón de Viciana. En las capitulaciones matrimoniales para el matrimonio de Doña Ana de Cepeda y Quiñones y D. Juan Mascón de Viciana, otorgadas el 26 de mayo de 1608, los padres de la novia le entregaron, por vía de aumento de dote, unas casas en la calle de Alcalá, lindando con las de D. Antonio de Ulloa. Doña Francisca de Fuenmayor, en 1620, trabó autos ejecutivos contra los bienes de éste, y para reintegro de la cantidad adeudada se le adjudicó la casa de que nos ocupamos, que la vendió a Andrés de Garibay, con su jardín y huerta, cierto derecho para la recuperación del sitio que por la parte de atrás se dejó para calle, que no se hizo, y con declaración de no entrar en la venta la casa pequeña en la delantera de la misma calle de Alcalá, labrada aparte. Pero al año siguiente, D. Juan Mascón, juntamente con su madre, la cedió en venta a Garibay. Obtuvo éste privilegio de huésped de aposento, despachado el 26 de julio de 1623, y de todo lo anterior otorgaron escritura de aprobación y ratificación como herederos de D. Antonio Ulloa de Toro, Juan de Centeno, el Mozo, y su hermana Doña Inés, por escritura en Montefrío, jurisdicción de Granada, el 20 de septiembre de aquel año.

La otra casa fue de Pedro de Ledesma, adquirida del prior de la cartuja de Santa María de Aniago, el 15 de junio de 1620. A cuyo monasterio la donó D. Antonio de Mier, capellán y limosnero mayor que fue de S. M. Doña Isabel de Ayala, viuda de Pedro Ledesma, y D. Francisco Isidro de Ledesma, su hijo único y universal heredero, habido en su primer matrimonio con Doña Isabel Verdugo, se convinieron el 11 de julio de 1627, por instrumento notarial ante Diego Ruiz de Tapia, y se le adjudicó a aquella señora la casa-huerta sita en la calle de Alcalá, con sus mejoras, pinturas y lo demás que en ella existía. Pasó a segundas nupcias Doña Isabel de Ayala con D. Alonso Verdugo de la Cueva y Sotomayor, caballero de Santiago; ambos vendieron la casa, el año 1631, a la marquesa de Villamagna, Doña María Enríquez de Guzmán, mujer de D. Alonso Álvarez de Toledo, cuyos descendientes la poseyeron en varias generaciones. En 1641, el Marqués de Villamagna la adquirió de su hija Doña  Antonia Enríquez de Toledo, y también lo hizo de la casa de Garibay el 16 de diciembre de 1653.

Quedó Villamagna dueño de las tres casas, que constituyeron la moderna. Otorgó el Marqués testamento cerrado el 13 de septiembre de 1658, ante Cristóbal de Badarán, en el cual la incorporó y agregó a su mayorazgo, describiéndola con sus edificios, diez estatuas, nueve de mármol de Génova, y la décima, de San Antonio, de piedra de Tomajón, y una fuente de mármol de Toledo. Su sucesor, D. Luis Álvarez de Toledo y Enríquez, edificó caballerizas y cocheras y otras obras, poniendo la puerta principal de la calle, en lo que gastó 60.000 ducados, a fin de que los poseedores de su mayorazgo tuviesen alguna comodidad y quedase memoria en el mismo, por haber faltado las casas que tenían en la ciudad de Toledo y otras en Madrid, junto a la parroquia de Santiago. A la muerte de D. José López de Chaves y Toledo, marqués de Villamagna y Cardeñosa, en virtud del mandamiento del alcalde, D. Lorenzo Matéu de Villamayor, caballero de Santiago, despachado el 11 de noviembre de 1704, se dio posesión del mayorazgo de Villamagna y de la casa principal de Madrid a D. Bartolomé  Ramírez de Arellano y Toledo, marqués de Gelo, cuya hija, Doña Catalina Ramírez de Arellano Enríquez de Toledo llevó su mayorazgo, a la Casa de D. Hermenegildo Hurtado de Mendoza, que fue, por tanto, marqués de Gelo y de Villamagna. El 28 de agosto de 1740 la permutó con la duquesa de Arcos, Doña Ana Espínola de la Cerda, con unos censos sobre el estado de Arcos; entablaron demanda de nulidad contra los herederos de dicha señora, los Duques de Arcos, de Baños y de Aveiro; pero se convinieron y ajustaron el 18 de junio de 1749, volviendo las cosas al estado que antes tenían; y D. Hermenegildo Manuel Hurtado de Mendoza Álvarez de Toledo, marqués de Gelo y Villamagna y señor de Bolaños, otorgó escritura de censo en favor de las memorias que en el convento de la Santísima Trinidad, de esta corte, fundó Doña Eugenia Bocángel, sujetando a su seguridad e hipoteca la casa el 11 de abril de 1758. Aún permaneció en su poder hasta el 3 de septiembre de 1787, en que la vendió al Excmo. Sr. D. Manuel de Negrete y de la Torre, caballero de la Orden de Santiago, conde de Campo Alange, previa facultad dada en Aranjuez, a 5 de mayo de aquel año, en precio de 1.291.776 reales.  El Se subrogó por D. Francisco Javier de Negrete, en el mayorazgo de la Torre, en lugar de la casa jardín y huerta, que se enajenó en Carabanchel, en favor de la Reina por un millón de reales, por escritura ante José Antonio Canosa, el 3 de diciembre de 1803. Hicieron los nuevos propietarios notables mejoras, llevadas a cabo por los arquitectos D. Tomás del Río, D. Mateo Guil y D. José de la Vallina, que se valoraron  en 1.436.636 reales, dándole un valor total de 2.559.581 reales. En ella vivió el embajador francés Bernoville, que la alquiló el 19 de enero de 1803, por precio de 75.000 reales anuales. El 3 de noviembre de 1819 falleció D. Manuel María de Negrete, conde de Campo Alange, y sus mayorazgos recayeron en D. Francisco Javier, que se hallaba refugiado en Francia, de quien era administrador legal D. José María de Negrete, su hijo, y de los mismos tomó posesión el citado D. José María, representado por D. Juan de la Torre Rújula, el 18 de enero de 1827; por su muerte heroica en Bilbao, en 1836, sucedió en sus bienes su hermana, Doña María Manuela de Negrete y Cepeda, mujer legítima de D. Luis de Salamanca, que se posesionó de ellos el 27 de febrero de 1842. Cuatro años más tarde, el 28 de noviembre de 1846, la vendió a D. Bartolomé Santamarca, caballero de la Orden de Carlos III, comendador de Isabel la Católica, comisario de Marina. Creado Conde de Santamarca por S. S. el Papa Pío IX, autorizado para su uso en España el 28 de noviembre de 1863, convertido en título del Reino por R. D. de 28 de octubre de 1864, murió el 9 de octubre de 1874. Le sucedió su hija, Doña Carlota Santamarca y Donato, por Real carta de 26 de noviembre de 1875, por su matrimonio Marquesa de Sierra Bullones y Duquesa de Nájera.

La fábrica se componía de cimientos de cal y cantos de pedernal, la mayor parte de machos de ladrillo y tapias de tierra muy mal tratadas; los tabiques con basas y forjados de cascote y yeso, los suelos de bovedilla, y cielos rasos de madera, de a seis viguetas y de a ocho. La fachada, de la misma fábrica de ladrillo y tierra, con varias rejas y balcones; la portada de jambas, dintel y batiente, toda de piedra berroqueña moldeada, el alero de Escocia y canalones de hoja de lata, con losas en toda su línea en el piso. La fachada interior, que daba al jardín, en los mismos términos que la antecedente, con rejas y balcones. En lo interior, diferentes tabiques, con varios gruesos, puertas y ventanas moldeadas a la francesa, y ordinarias, con sus herrajes, solados de baldosas y ladrillos, algunos de yeso, armaduras de varias maderas, como son viguetas de a seis y de a ocho, entablados y tejados, escalera principal, almas y puentes de viguetas, peldaños de madera de a media vara, y entre otras escaleras interiores de maderas de a seis, blanqueos, hogares, chimeneas, empedrados, fuentes, pilones y tazas, y dos reales de agua.

El agua procedía de la concesión que se hizo el 3 de julio de 1643, que se concedió al Marqués de Villamagna, en permuta y recompensa de una noria de sus casas para conducir el agua de ella al viaje público, y otro real del viaje bajo, por venta que la J u n t a de Fuentes hizo a Pedro de Ledesma el 7 de julio de 1621, y otro medio real por el acuerdo citado y otros de 24 de enero y 26 de agosto de 1633.

El nuevo propietario, uno de los más opulentos vecinos del Madrid de su época, procedió a su demolición y levantó un edificio suntuoso que hemos alcanzado antes de su incorporación en el Banco de España. Fue el arquitecto D. José Alejandro y Álvarez, cuyo proyecto con cariátides en el cuerpo superior no ejecutó aquí y sí en la casa de Rivas, en la carrera de San Jerónimo, que todavía permanece en pie sin modificaciones notables.


Junto al palacio de Alcañices, se encuentra una antigua propiedad que adquiere, en 1626, don Manuel de Zúñiga Fonseca, VI Conde de Monterrey. En 1744 pasa a pertenecer a la Real Congregación de San Fermín de los Navarros.

La Congregación, para poder sufragar los gastos realizados en la adecuación de una galería en iglesia, en 1748 arrienda la casa principal de la propiedad, siendo uno de los arrendatarios el Duque de Béjar. Dos años más tarde venden dicha casa al Conde de Atarés y éste a su vez, en 1786, a la Real Hacienda que instala la sede del primer observatorio astronómico y en 1881 pasa a ser Escuela de Ingenieros de Camino, Canales y Puertos.

En 1885 la Congregación de San Fermín de los Navarros vende la iglesia y el jardín para ampliar el edificio que está construyendo el Banco de España.

Para la construcción del edificio que será la sede del Banco de España, además de la iglesia y jardín de de San Fermín de los Navarros, adquieren el palacio de Alcañices, la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y unos solares pertenecientes al Marqués de Larios.

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