Monumento a Miguel de Unamuno. en Montaña Quemada.
Es obra del escultor Juan Borges que la realizó a partir de un boceto del pintor Juan Ismael.
El 22 de Enero de 1980 fue inaugurado oficialmente este monumento que se levantó en su memoria.
Al Norte del Pueblo de Tindaya y pegado al Pueblo está la montaña de Tindaya.
La montaña de Tindaya está ubicada en el noroeste de Fuerteventura, muy cerca de La Oliva.
Los antiguos aborígenes de Fuerteventura consideraban a Tindaya una montaña sagrada a la que se le atribuían propiedades mágicas, tal y como atestiguan los más de 300 grabados con forma de pie, de gran valor arqueológico, que se han encontrado en ella.
Tindaya está en el municipio de La Oliva.
Dista 6 km del océano Atlántico, en el Llano de Esquinzo a
150 m hasta una cota cercana a los 400,5 m.
La montaña de Tindaya es considerada el monumento natural
más emblemático de la isla de Fuerteventura.
La montaña de Tindaya es el resultado de un proceso de
intrusión de materiales antiguos que quedaron al descubierto por intensos
procesos erosivos.
El interés geológico de la montaña se caracteriza por la
calidad de la piedra que lo constituye, una traquita de color gris-marrón claro
con un veteado peculiar.
En su conjunto, la intrusión de roca traquítica de Tindaya
presenta una base elíptica cuyo eje mayor, dispuesto en dirección NE-SO,
tendría una longitud de unos 1.200 metros y el menor 750 metros. Sobre dicha
elipse se levanta la propia montaña que presenta un perfil triangular cuyo
vértice se sitúa a 225 metros sobre el nivel de la llanura circundante y a 400
metros sobre el nivel del mar, teniendo una elevada pendiente en todas sus vertientes.2
El clima en torno a la montaña de Tindaya, al igual que el
resto de la isla de Fuerteventura, es árido y ventoso, con escasas
precipitaciones y temperaturas medias altas durante casi todo el año. Se puede
decir que la influencia del alisio es la nota predominante, actuando como
termoregulador.
Tiene un especial interés histórico y arqueológico por la
cantidad de grabados rupestres que alberga.
Tindaya constituía un lugar sagrado para la población
aborigen de Fuerteventura, los majos, que esculpieron sobre ella más de 300
grabados con formas de pie o podomorfos.
Los grabados podomorfos están presentes en Canarias solo en
las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
También hay en zonas de influencia cultural bereber del
norte de África.
No se sabe con exactitud su significado, aunque se ha
descubierto que los podomorfos de Tindaya están orientados hacia el Teide en
Tenerife y hacia la isla de Gran Canaria.
Precisamente, desde la cima de Tindaya se puede divisar con
facilidad en los días despejados la silueta del Teide, situada en dirección
suroeste.
A su vez, también se han hallado grabados podomorfos en
Lanzarote que están orientados hacia la Montaña de Tindaya, este último dato
desmuestra que la importancia religiosa-cultural de Tindaya en la época
aborigen rebasó los límites de la isla de Fuerteventura.
Tindaya ha sido declarada Bien de Interés Cultural. Además
de su valor histórico, la montaña ha sido reconocida como Monumento Natural y
Punto de Interés Geológico por la Administración canaria.
A pesar de todo, el alto valor ornamental de su traquita ha
hecho que la piedra de Tindaya haya sido explotada hasta fechas recientes.
En 1993 el artista vasco Eduardo Chillida idea una obra
escultórica para la montaña de Tindaya, que supondría un gran cubo de vacío en
el interior de la montaña, así como oquedades hacia el exterior.
Este proyecto ha provocado la reacción de científicos y
arqueólogos, así como de diversos colectivos ecologistas y conservacionistas,
que alegan que se pondría en peligro tanto la "estructura" de la
montaña (debido a su vaciado) como los grabados podomorfos dejados por los
majos. Por otro lado, una serie de supuestas irregularidades y corruptelas
políticas desembocan en el conocido como "Caso Tindaya", archivado
por la Justicia.
Montaña Quemada
Monumento a Miguel de Unamuno en Montaña Quemada.
Los parajes volcánicos de Montaña Quemada, casi pegados al pueblo de Tindaya, al norte de la isla, fascinaron de tal manera a Unamuno que llegó a decir que “si moría en la isla era aquí donde quería ser enterrado”, recuerda Loren. En 1980 y en memoria de don Miguel se inauguró una escultura como homenaje de los majoreros a su “padre intelectual”.
Ermita de Nuestra Señora de la Caridad (Tindaya)
Tindaya
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