CATASTRO DE ENSENADA. El estamento eclesiástico. CIUDAD DE HUETE. Partido e Intendencia.
La ciudad de Huete contabiliza para las diligencias catastrales doscientos cincuenta y cuatro eclesiásticos. Sus diez parroquias estaban al cargo de diez párrocos. Declara la existencia de seis capellanes, seis beneficiados y dos clérigos -uno de epístola- en el cabildo de curas y beneficiados de San Ildefonso. En la Ciudad estaban asentadas siete Fundaciones religiosas. Los conventos de frailes eran cinco; el monasterio de San Benito con cuatro religiosos sacerdotes; el de Santo Domingo con veintidós; el de San Francisco con ochenta y cinco; el de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes Redención de Cautivos con cuarenta y el colegio de la Compañía de Jesús con veinte religiosos. En total ciento setenta y un religiosos. De ellos ciento treinta y dos eran religiosos sacerdotes, cinco novicios, cuatro donados, cinco coadjutores, doce estudiantes de coro y trece legos. Los dos conventos de mujeres acogían a cincuenta religiosas de velo negro y nueve legas. Eran el de Jesús María de la orden de San Lorenzo Justiniano con veinticinco religiosas y el de Nuestra Señora de la Misericordia de la orden de Santa Clara con treinta y cuatro.
Sobre las tierras del término de Huete los diezmos existentes eran el Diezmo Primicia y Voto de Santiago. Los receptores eran el obispado de Cuenca y los curas, prestameros y beneficiados de las diez parroquias y SM. de las Tercias Reales. Se declara la existencia de diezmos privativos, desconociendo su importe, a favor de la encomienda de San Juan del Cabildo de curas y beneficiados, del colegio de la Compañía de Jesús y del convento de Nuestra Señora de la Merced. Del examen de los Libros Maestros se desprende que las Fundaciones obtenían por el concepto de diezmo y por derechos de bancales ingresos anuales de 35.148 reales
Las Respuestas Generales dan para los diezmos como regularización de un quinquenio las siguientes cantidades a diezmar anualmente. Por el diezmo del trigo 1.000 fanegas, por la cebada 400, por el centeno 30, por la avena o escaña 110, por los garbanzos una, por las guijas o almortas 3 almudes, por el cáñamo 80 arrobas, por los nabos 400 arrobas, por los cañamones 40 fanegas, por las aceitunas un celemín, por el vino 130 arrobas, por el azafrán 26 libras, por la miel arroba y media, por la cera 3 libras, por los ajos 780 orcas, por las cebollas 700 orcas, por los corderos 200 cabezas y por la lana 140 arrobas. Los diezmos de garbanzos, almortas, miel y cera eran cobrados por cada párroco a sus feligreses. El diezmo correspondiente al Voto de Santiago ascendía anualmente a 44 fanegas de trigo. Estaban arrendados por la Ciudad los derechos de diezmos de vino y corderos correspondientes a las Tercias Reales que ascendían, por regularización de quinquenio, a 1.230 al año. El Cabildo de curas y beneficiados arrendaba sus diezmos privativos de cáñamo que, como en el caso anterior, por la regularización de un quinquenio producían 1.600 reales anuales.
Tomando como fuente documental las Respuestas Generales de la ciudad de Huete, podemos decir que de los trece molinos existentes en el término de la Ciudad; doce de ellos en el valle del río Borbotón, seis eran propiedad de alguno de los conventos citados que los explotaban en régimen de arrendamiento. El convento de Santo Domingo era titular en exclusiva de dos- uno de ellos de dos piedras en el paraje denominado La Retuerta- y compartía por mitad la titularidad de un tercero con el presbítero don Juan Manuel Rubio. Recibía este convento por los arrendamientos de sus molinos y tierras a ellos anejas 230 fanegas de trigo[1] y 6 celemines[2]; 4.149 reales[3]. El convento de Jesús y María ingresaba por arrendamiento de sus dos molinos y sus tierras anejas 78 fanegas de trigo y 4 arrobas de tocino; 1.472 reales. El convento de Nuestra Señora de la Merced obtenía anualmente del arrendamiento de su molino y tierras que lo acompañaban 56 fanegas de trigo; 1.008 reales.
Según estos datos el total de la renta ingresada por los Conventos a través de sus molinos y tierras con ellos arrendadas ascendía a 364 fanegas de trigo y 6 celemines, sin olvidar las 4 arrobas de tocino; 6.629 reales, de esta cantidad correspondía a la renta derivada de las tierras anejas a los molinos 878 reales.
A los molinos citados en manos de los Conventos de la Ciudad hay que añadir uno propiedad de la capellanía fundada por Pedro González Romo de la que era poseedor Martín de la Vega, presbítero; residente en Madrid, y del que obtenía anualmente una renta 36 fanegas de trigo, equivalentes a 648 reales.
El Convento de Jesús María poseía una tenería que le proporcionaba cada año por su arrendamiento la cantidad de 220 reales. Una de las seis tabernas de la Ciudad tenía como titular al colegio de la Compañía de Jesús y otra al convento de Nuestra Señora de la Merced. Los ingresos que cada institución obtenida era de 500 reales anuales.
[1] Cada fanega de trigo se valora a 18 reales.
[2] Una fanega de trigo eran 12 celemines.
[3] El real de vellón del que hablamos era el de 34 maravedíes.
La ciudad de Huete contabiliza para las diligencias catastrales doscientos cincuenta y cuatro eclesiásticos. Sus diez parroquias estaban al cargo de diez párrocos. Declara la existencia de seis capellanes, seis beneficiados y dos clérigos -uno de epístola- en el cabildo de curas y beneficiados de San Ildefonso. En la Ciudad estaban asentadas siete Fundaciones religiosas. Los conventos de frailes eran cinco; el monasterio de San Benito con cuatro religiosos sacerdotes; el de Santo Domingo con veintidós; el de San Francisco con ochenta y cinco; el de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de las Mercedes Redención de Cautivos con cuarenta y el colegio de la Compañía de Jesús con veinte religiosos. En total ciento setenta y un religiosos. De ellos ciento treinta y dos eran religiosos sacerdotes, cinco novicios, cuatro donados, cinco coadjutores, doce estudiantes de coro y trece legos. Los dos conventos de mujeres acogían a cincuenta religiosas de velo negro y nueve legas. Eran el de Jesús María de la orden de San Lorenzo Justiniano con veinticinco religiosas y el de Nuestra Señora de la Misericordia de la orden de Santa Clara con treinta y cuatro.
Sobre las tierras del término de Huete los diezmos existentes eran el Diezmo Primicia y Voto de Santiago. Los receptores eran el obispado de Cuenca y los curas, prestameros y beneficiados de las diez parroquias y SM. de las Tercias Reales. Se declara la existencia de diezmos privativos, desconociendo su importe, a favor de la encomienda de San Juan del Cabildo de curas y beneficiados, del colegio de la Compañía de Jesús y del convento de Nuestra Señora de la Merced. Del examen de los Libros Maestros se desprende que las Fundaciones obtenían por el concepto de diezmo y por derechos de bancales ingresos anuales de 35.148 reales
Las Respuestas Generales dan para los diezmos como regularización de un quinquenio las siguientes cantidades a diezmar anualmente. Por el diezmo del trigo 1.000 fanegas, por la cebada 400, por el centeno 30, por la avena o escaña 110, por los garbanzos una, por las guijas o almortas 3 almudes, por el cáñamo 80 arrobas, por los nabos 400 arrobas, por los cañamones 40 fanegas, por las aceitunas un celemín, por el vino 130 arrobas, por el azafrán 26 libras, por la miel arroba y media, por la cera 3 libras, por los ajos 780 orcas, por las cebollas 700 orcas, por los corderos 200 cabezas y por la lana 140 arrobas. Los diezmos de garbanzos, almortas, miel y cera eran cobrados por cada párroco a sus feligreses. El diezmo correspondiente al Voto de Santiago ascendía anualmente a 44 fanegas de trigo. Estaban arrendados por la Ciudad los derechos de diezmos de vino y corderos correspondientes a las Tercias Reales que ascendían, por regularización de quinquenio, a 1.230 al año. El Cabildo de curas y beneficiados arrendaba sus diezmos privativos de cáñamo que, como en el caso anterior, por la regularización de un quinquenio producían 1.600 reales anuales.
Tomando como fuente documental las Respuestas Generales de la ciudad de Huete, podemos decir que de los trece molinos existentes en el término de la Ciudad; doce de ellos en el valle del río Borbotón, seis eran propiedad de alguno de los conventos citados que los explotaban en régimen de arrendamiento. El convento de Santo Domingo era titular en exclusiva de dos- uno de ellos de dos piedras en el paraje denominado La Retuerta- y compartía por mitad la titularidad de un tercero con el presbítero don Juan Manuel Rubio. Recibía este convento por los arrendamientos de sus molinos y tierras a ellos anejas 230 fanegas de trigo[1] y 6 celemines[2]; 4.149 reales[3]. El convento de Jesús y María ingresaba por arrendamiento de sus dos molinos y sus tierras anejas 78 fanegas de trigo y 4 arrobas de tocino; 1.472 reales. El convento de Nuestra Señora de la Merced obtenía anualmente del arrendamiento de su molino y tierras que lo acompañaban 56 fanegas de trigo; 1.008 reales.
Según estos datos el total de la renta ingresada por los Conventos a través de sus molinos y tierras con ellos arrendadas ascendía a 364 fanegas de trigo y 6 celemines, sin olvidar las 4 arrobas de tocino; 6.629 reales, de esta cantidad correspondía a la renta derivada de las tierras anejas a los molinos 878 reales.
A los molinos citados en manos de los Conventos de la Ciudad hay que añadir uno propiedad de la capellanía fundada por Pedro González Romo de la que era poseedor Martín de la Vega, presbítero; residente en Madrid, y del que obtenía anualmente una renta 36 fanegas de trigo, equivalentes a 648 reales.
El Convento de Jesús María poseía una tenería que le proporcionaba cada año por su arrendamiento la cantidad de 220 reales. Una de las seis tabernas de la Ciudad tenía como titular al colegio de la Compañía de Jesús y otra al convento de Nuestra Señora de la Merced. Los ingresos que cada institución obtenida era de 500 reales anuales.
[1] Cada fanega de trigo se valora a 18 reales.
[2] Una fanega de trigo eran 12 celemines.
[3] El real de vellón del que hablamos era el de 34 maravedíes.
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