Allá en Garganta la Olla
en la vera de Plasencia,
salteóme una serrana
blanca, rubia, ojimorena;
trae recogidos los rizos
debajo de la montera;
al uso de cazadora
gasta falda a media pierna,
botín alto y argentado
y en el hombro una ballesta
Sus cabellos destrenzados
Sus cabellos destrenzados
con los arcos de sus cejas
flechas arrojan al aire,
y en el aire las flechas vuela
De perdices y conejos
De perdices y conejos
sirvióme muy rica cena,
de pan blanco y de buen vino
y de su cara risueña.
Si buena cena me dio
muy mejor cama me diera;
sobre pieles de venado
su mantellina tendiera
aguárdate, lindo mozo,
vuélvete por tu montera.
La montera es de buen paño,
La montera es de buen paño,
¡pero aunque fuera de seda!
¡Ay de mí, triste cuitada,
por ti seré descubierta!
descubierta no serás
Hasta la venta primera.
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