El espacio ciudadano hasta el siglo XIX se dividía formalmente en parroquias, collaciones, y cuadrillas, siguiendo un doble criterio de ordenación territorial y de la población. En la ciudad de Huete las parroquias a lo largo del tiempo llegarón a ser catorce. De las primeras levantadas desaparece en primer lugar la de Santa María de Lara, en la cumbre del Castillo, y en 1387 la dedicada a San Marcos, en la subida al cementerio judio en los alrededores de Nuestra Señora de Atienza, por despoblación del entorno y ruina del propio edificio. Dentro de la Muralla, sobre la sinagoga destruida en 1391, se levanta la dedicada a Santiago en el sitio denominado El Palomar.
Con la excepción de San Pedro y el ábside gótico de Santa María de Atienza nada ha quedado de las restantes y de muchas ni siquiera constancia de su emplazamiento exacto. Fueron catorce las parroquias de Huete, San Miguel, San Nicolás de Medina, El Salvador, San Gil, Santa María de Castejón, Santa María de Atienza, La Trinidad, Santa María de Lara, San Pedro, San Juan, Santiago, San Esteban, San Nicolás de Almazán y San Marcos.
En cuanto a las cuadrillas, eran tres: Atienza, Castejón y Trinidad. Eran las unidades básicas para la organización administrativa de la Ciudad, al servir para la elección de los oficios concejiles, percepciones fiscales y reclutamiento militar. Nada concreto se sabe sobre la extensión de cada una de ellas y menos aún en cuanto a la manera en que se repartían el arrabal, dado que las tres iglesias que les daban nombre estaban situadas intramuros. La primera de ellas estaban al norte
de la población, Castejón al sur y La Trinidad en el área central, en la subida a la de San Pedro.
de la población, Castejón al sur y La Trinidad en el área central, en la subida a la de San Pedro.
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