jueves, 23 de abril de 2009

Iglesia de San Blas. La presencia de la familia Fugger en Almagro. Ciudad Real.

En el Madrid del siglo XVII los Fugger tuvieron su Casa y oficinas en la actual calle de Atocha, esquina a la de Relatores, frenta a la iglesia de San Sebastian. Su presencia se recuerda en la calle del Fucar.
Retrato de Anton Frugger en la iglesia de San Blas. Copia del que fue hecho por Alberto Durero.
Armas de los Fugger en la Cuz de Calatrava.




Blasones de los Fugger en el exterior y el interior de la iglesia de San Blas con su distintivo, la flor de Lis. La flor de lis en azur (azul) sobre fondo oro era la representación de los Fugger.

Los integrantes de la Familia Fugger o Fúcares fueron un clan de negociantes alemanes que llegaron a constituir uno de los mayores grupos empresariales de los siglos XV y XVI, siendo precursores del capitalismo moderno, junto con los Médicis y los Welser. A lo largo del siglo XV se produjeron en Europa una serie de fenómenos económicos que dieron como resultado la aparición de grandes fortunas capaces de influir políticamente. En la segunda década del siglo XVI, la muerte del emperador Maximiliano I (1519) dejó vacante la corona del Sacro Imperio Romano Germánico, a la que aspiraban el rey de Francia Francisco I y el nieto de Maximiliano, Carlos de Austria, el futuro emperador Carlos V. La elección de un nuevo emperador estaba a cargo de siete electores, los arzobispos de Colonia, Maguncia y Tréveris, y los príncipes de Bohemia, Sajonia, Brandemburgo y el Palatinado. Antes de su muerte, Maximiliano compró los votos de cinco de los siete electores para su nieto, con dinero suministrado por los Fugger, y Carlos fue elegido por unanimidad. Este acontecimiento marca el capítulo más influyente de la dinastía, otorgándole un lugar destacado en la historia europea del siglo XVI y haciéndola a su vez parte importante de la conquista de América..
La primera referencia a la familia Fugger en Augsburgo es la llegada de Hans Fugger, descendiente de campesinos de Suabia, registrada en el registro de impuestos de 1357. Se casó con Klara Widolf y se convirtió en ciudadano de Augsburgo. Después de la muerte de Klara, se casó con Elizabeth Gfattermann. Estos dos matrimonios le posibilitaron ingresar en el gremio de tejedores de la ciudad. Hans se unió al Gremio de los Tejedores, y por 1396 se distinguía en la lista de contribuyentes. Su hijo mayor, Andreas Fugger, fue comerciante en la industria de los tejidos, y fue apodado 'el rico Fugger', comprando tierras y otros bienes.
Al hijo de Andreas, Lucas Fugger, le fue concedido un escudo por el emperador Federico III, un ciervo dorado con un fondo azul, y él pronto fue apodado "el Fugger del gamo". Sin embargo, fue demasiado ambicioso y se declaró en quiebra. El segundo hijo de Hans, Jacobo I el Viejo (1412-1469), fundó la rama de los Fugger del lis y diversificó los negocios familiares introduciéndose en la minería de plata del Tirol. Ulrich (1441-1510), su nieto, mantuvo contactos comerciales con Lisboa, Venecia, Amberes y Roma, logrando un título nobiliario en 1504 junto con sus hermanos.
La familia Fugger, dedicada inicialmente al negocio textil, para 1470 se habían convertido ya en comerciantes internacionales. A principios del siglo XVI, los Fugger eran una potente compañía en el mundo de la minería, las especias, las propiedades inmobiliarias, las gemas y el comercio en general. Esa diversificación de sus inversiones resultó ser una buena medida para evitar súbitas bancarrotas. Jacobo Fugger II el Rico, tercer hijo de Jacobo el Viejo y hermano de Ulrich, fue el miembro más importante de la saga Fugger. Bajo su dirección la familia alcanzó su apogeo. Favoreció el desarrollo del arte y acogió a Alberto Durero.
Hacia 1514, el papa León X encarga a la Banca Fugger la venta de indulgencias para financiar la construcción de la Basílica de San Pedro. Dicha decisión fue uno de los detonantes de la reforma encabezada por Martín Lutero. Esta transacción, entre tantas otras, fue la causa de su enfrentamiento con los Medicis de Florencia, con quienes se disputaban el favor del papa.
En 1519 Jacobo financió la elección de Carlos I de España como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico con medio millón de florines, que debía recuperar con las rentas del Maestrazgo, la plata de Guadalcanal, en Sevilla, y el mercurio de Almadén. Jacobo murió sin herederos directos seis años más tarde, legando a sus sobrinos Georg Raymund (1489-1535) y Antón (1494-1560), quienes consiguieron el derecho de fabricación de moneda, bajo la dirección del segundo. En 1511, Jacobo destinó la importante suma de 15.000 florines como una donación para algunos asilos. En 1514, él compró gran cantidad de partes de Augsburgo y en 1516 llegó a un acuerdo con la ciudad que él podría construir y mantener varios asilos para ciudadanos necesitados. Por 1523, 52 asilos habían sido construidos, y el Fuggerei nació. El sucesor de Jacobo fue su sobrino Antón Fugger, nacido en 1493 e hijo de su hermano mayor Georg. Antón se convirtió en el prestamista oficial del rey Carlos I de España, y después de su hijo Felipe II. Apoyó la elección imperial de Fernando I en 1530. Fue una de las fuentes de financiación de la Contrarreforma, y a cambio se benefició de los cargamentos de oro y plata procedentes de América. Obtuvo concesiones comerciales en Venezuela (al igual que los Welser), Chile, Perú y Rusia. El tráfico de especias le produjo grandes dividendos, y no desdeñó la trata, la ganadería en Hungría y la minería en Escandinavia. A mediados de ese siglo, Antón Fugger era el hombre más adinerado del mundo, con una fortuna que superaba los 5 millones de florines. La bancarrota de 1557 les hizo perder inicialmente 4 millones de florines, finalmente saldados con una pérdida del 40 %. Con el hundimiento de la economía de la corona española, la familia cayó en quiebra. El último miembro, Markus (1529- 1597), hijo de Antón, continuó con el negocio familiar, pero nunca alcanzó el esplendor de los años dorados. En 1607 quebró la banca Fugger y poco después el resto de la empresa. A finales del siglo XVII, los miembros del clan se retiraron de las finanzas y pasaron a llevar una vida aristocrática de propietarios latifundistas.
Blasones de la familia Fugger presiendo la entrada de la iglesia de San Blas.
Puerta lateral de la Iglesia.

A la ciudad de Almagro llegan los Fugger en la primera mitad del siglo XVI, al serles arrendados los Maestrazgos de las Órdenes por Carlos V como pago a sus servicios bancarios, comienzan por estas fechas su mecenazgo. Jacobo Fugger decide reedificar, con la intención de agradecer a la divinidad los beneficios recibidos, la antigua ermita del Salvador, nombre que mantiene hasta el siglo XVIII ya que en la actualidad se conoce como ermita de San Blas. Desempeñaron un papel fundamental en el urbanismo de la ciudad y adquirieron numerosas posesiones de la Orden así como construyeron importantes edificios en la ciudad como el almacén de los Fúcares, destinado en parte a guardar el mercurio que se extraía de las minas de Almacén, y la ermita de San Blas. Situada en el casco antiguo, fue construida para albergar una pequeña congregación de monjes dominicos en los albores de la primera Inquisición, posteriormente fue utilizada como residencia de los representantes de la familia Függer (Fúcares) mientras tuvieron arrendada la mina (1521-1646).

El Almacén de los Fúcares en Almagro es uno de los edificios que mejor representa los principios del manierismo. No se sabe cuando se inicia la construcción, pero debió de realizarse poco después de 1525, año en que Carlos V arrendó la explotación de las minas de Almadén a los Függer, lo que obligó a Jacobo Függer a construir un edificio que sirviera de oficinas y almacén


















































































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