La historia de Plovdiv se remonta a 6000 años atrás, mucho
antes que Atenas o Roma, lo que la convierte en una de las ciudades europeas
que ha estado habitada durante más tiempo. Conocida como Eumolpia, en el año
342 a. C. fue conquistada por el rey Filipo II de Macedonia, padre de Alejandro
Magno, que cambió el nombre de la ciudad a Philippopolis (Filipópolis). Más tarde
se hizo independiente bajo el dominio de los tracios, que la llamaron Pulpudeva
(traducción de "Philippopolis"), hasta que fue incorporada al Imperio
romano. Su nombre cambió a Trimontim ("Ciudad de las tres colinas") y
se convirtió en la capital de la provincia de Tracia. Aún se pueden encontrar
numerosos restos romanos en la ciudad.
Los eslavos tomaron la ciudad en el siglo VI y la llamaron
Puldin.
Los búlgaros la conquistaron en el año 815.
El nombre Plovdiv aparece
por primera vez en el siglo XV.
Bajo el gobierno otomano, Plovdiv fue un importante centro
de los movimientos nacionalistas búlgaros y la primera imprenta en idioma
búlgaro se estableció en esta ciudad.
La ciudad fue liberada de los otomanos en
la batalla de Plovdiv en 1878. Plovdiv se convirtió en la capital de la región
semi-independiente de Rumelia del Este hasta que la zona se unió finalmente a
Bulgaria en 1885.
Durante el periodo de gobierno comunista que se estableció
en el país a partir del final de la Segunda Guerra Mundial, Plovdiv fue el
centro de diversos movimientos democráticos que derrocaron finalmente al
régimen prosoviético en 1989.
Torre de la iglesia de San Konstantin y Santa Elena
Constantino el Grande fue el hijo de la Emperatriz Elena, Santa Elena
Santa Elena es considerada por los ortodoxos y católicos como santa,
famosa por su piedad. Eusebio tomó detalles de su peregrinaje a Tierra Santa y
otras provincias del Medio Oriente. Aunque Eusebio no se lo reconoce, es
tradicionalmente conocida por buscar las reliquias de la Vera Cruz (la
auténtica cruz de Cristo), buscar los restos de los Reyes Magos, que
actualmente se conservan en la Catedral de Colonia así como los del Apóstol
Matías, depositados en la abadía de San Matías de Tréveris. En su búsqueda de
la cruz donde Jesucristo murió, demolió el templo erigido a Venus en el monte
Calvario e hizo cavar hasta que le dieron noticias, en los primeros días de
mayo, de haber encontrado la Cruz. Helena mandó construir un templo allí y otro
en el monte de los Olivos. En todas estas actividades le acompañó el obispo
Macario I de Jerusalén.
Su día festivo se celebra en los cristianos orientales de
Rito bizantino con el de su hijo Constantino, el 21 de mayo[cita requerida]. La
Iglesiaromana la conmemora el 18 de agosto. Además, está muy vinculada a la
fiesta de la Invención de la Santa Cruz, que conmemora cada 3 de mayo el
hallazgo de las reliquias de la cruz de Cristo por la emperatriz. En el
santoral católico, esta santa es considerada patrona de la arqueología, de la
conversión y de los matrimonios difíciles.4
Su iconografía habitual la muestra como emperatriz romana,
vestida con ricos ropajes, y portando casi siempre la Vera Cruz, y a veces con
su hijo Constantino. Es muy habitual la representación del momento del hallazgo
de las reliquias (Exaltación de la Cruz) en el monte Calvario y los milagros
subsiguientes. Artistas como Piero della Francesca o Pedro Berruguete
ilustraron estos episodios.
Restos de la calzada romana
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