Esteban Illán
Esteban
Illán, cabeza del Linaje Alvarez de Toledo, recibió de Alfonso VIII el
nacimiento del río Cigüela
Reconocimiento
a Esteban Illán por Alfonso VIII por su reconocimiento como rey de Castilla y
por la ayuda en la toma de la ciudad de Cuenca en 1177.
Junto al nacimiento del río Cigüela y tapada por la maleza
una fuente de traza medieval con su pilón
tiene las armas de los Toledo.
Balbina
Martinez Caviró. El linaje de Esteban Illán, 1999
Toledo.
Revista de la Excma. Diputación Provincial de Toledo. Luis Moreno Nirto, 1974
Crónica
de la provincia de Toledo. Eduardo de Mariátegui, 1866
Esteban Illán está documentado entre 1142 y 1208, fecha de
su muerte. Aguacil y alcalde de la
ciudad de Toledo.
Esteban Illán es el hijo más
destacado de Illán Pétrez de la colación de la parroquia de San Román en la
ciudad de Toledo.
Al morir Sancho III de Castilla deja a su hijo y heredero Alfonso con tres años de edad. Ya era huérfano
de su madre al poco de cumplir el año de edad.
Sancho III había designado por ayo y
tutor del infante Alfonso a Gutierre Fernández
de Castro. Esta decisión del rey no gusta al poderoso linaje Lara. Castilla se
divide entre Castros y Laras.
Gutierre Fernández de Castro para
intentar remediar esta situación hace sesión de la tutela del infante a García
de Aza, tenente de la fortaleza de Aza en Burgos, hermano de madre de los
Laras. La madre de García de Aza, nacido en 1106, era la segunda mujer de Pedro
González de Lara desde 1109. Con cuarenta y nueve años García de Aza acoge al
infante Alfonso en la fortaleza de Aza.
Dueño Nuño Perez de Lara, hijo de
Pedro González de Lara, de la regencia, desposee a los Castros de sus castillos y tenencias.
Los Castro recurren a Fernando de León, hermano de Sancho III de Castilla, para
que se encargue de la tutela de su sobrino
y del gobierno de Castilla.
Nuño Pérez de Lara muere en 1177,
en el sitio de Cuenca. Un sobrino suyo, Pedro Manrique de Lara, heredó la
jefatura de la casa de Lara después de la muerte de su tío Nuño Pérez de Lara.
Fernando de León
penetra con su ejército en Castilla. Toledo
le reconoce como tutor del príncipe, quedándose en Toledo como alcaide Fernando
Ruiz de Castro, sobrino paterno de Gutierre.
Nuño Perez de Lara termina por
entregar al infante Alfonso a su tío, bajo condición de que el tío jurara
solemnemente devolver a su sobrino cuando llegase a la mayoría de edad el reino
de Castilla que administraba en su nombre.
Pero, a pesar de
lo pactado, los Lara se apoderan del infante.
Lo sacan de Aza y lo llevan a la cercana fortaleza de San Esteban de Gormaz,
Soria. Desde aquí es trasladado a Atienza, de aquí a Segovia y de Segovia á
Avila, sin que el rey leones pueda hacer
nada por recuperar a su sobrino
En Toledo estalla una conspiración a
cuyo frente estaba Esteban Illán. Este consigue que el infante Alfonso sea traído
a Maqueda. Desde aquí le traslada a la torre de la parroquia de San Román[1], cerca
de su casa[2].
Al dia siguiente se iza en la torre
el pendón real y el pueblo vitorea al infante Alfonso como rey de Castilla[3].
El
lema de la Casa de Alba es, Dios en la patria y yo por la patria.
Fernando Ruiz de Castro abandona
Toledo.
El infante Alfonso es trasladado al
Alcázar.
Al alcanzar la mayoría de edad en
1170, Alfonso VIII fue proclamado rey de Castilla en las Cortes que se convocaron
en Burgos.
En la calle de Santa Úrsula de
Toledo se encuentra el convento de santa Úrsula y
junto a este convento la casa donde viven los Alvarez de Toledo. En su fachada
se encuentra un escudo de armas con
cinco barras atravesadas, el cual se ve sostenido por dos perros,
rodeándolo dos vástagos de yedra. Estas
son las armas de lo Toledo, de Esteban Illán, antes de adaptar el escudo
jaquelado a partir del arzobispo toledano Gutierre Álvarez de Toledo
(1442-1446), primer señor de Alba de Tormes[4].
La Casa de los Toledo por el escudo de armas que
se ve en ella debía ser anterior a 1442[5].
De la población toledana de Torre de
Esteban Hambrán podemos leer, que esta villa tomó la denominación de La Torre
por una que existía en lo alto de un collado. Cuenta la leyenda que en el año
1085 el caballero don Esteban Illán se enfrentó en las inmediaciones de esta localidad
con el destacado caudillo moro Adhembrán, conocido vulgarmente con el nombre de
Ambrán, librando con él una dura batalla y en la que consiguió darle muerte en
el sitio que hasta hoy conocemos con el nombre de Quinto del Moro. Con este motivo y con el fin de dar cuenta de
su hazaña al Rey don Alfonso VI se trasladó el citado don Esteban a la Imperial
Ciudad de Toledo, donde fue recibido triunfalmente por el pueblo y la nobleza
de la Corte, encabezada por Su Majestad, quien le abrazo en la Puerta del
Cambrón. A partir de esta fecha y por deseo expreso del Monarca se le concedió
el sobrenombre de Ambrán y fue plasmada esta hazaña en pintura en lo alto de la
bóveda de la catedral primada, donde se conservó hasta el año 1726 en que al
abrir la claraboya, hubo de llevarse a la entrada de la capilla de San Ildefonso,
donde aún se perpetúa. En el año 1168, gobernando Alfonso VIII, concedió el
señorío de esta villa de La Torre a don Esteban IIlán (vulgo don Esteban
Ambrán), en recompensa de los grandes servicios prestados. Por este motivo se
empezó a denominar esta villa La Torre de Esteban Ambrán, habiendo variado únicamente la ortografía en
su última palabra e ignorándose las causas de esta adición: de la «H, a la
palabra «Hambrán».
El
Rey Alfonso VI se apoderó de las tierras hacia el año 1085, pasando del moro al
señorío real, en el que se mantuvo unos 83 años, hasta que Alfonso VIII se la
concedió a D. Esteban Illán, llamándose La Torre, por que sin duda, la hubo
para su defensa, y de Esteban por el nombre de su nuevo Señor.
De Loba Estébanez, hijo de Esteban Illán,
el último dato conocido es de 1215. Aparece como albacea
testamentaria de Lope Rodríguez, arcediano de Huete[6]. El
testamento del arcediano incluye una cláusula por la que éste funda su
aniversario en la catedral de Toledo, dándole sus casas del Pozo Amargo, antes
de Melendo Adalid y luego de su tío García Ruiz[7],
obispo de Cuenca (1208-1225).
Tenía la Mesa Capitular del obispado
de Cuenca propiedades en Noheda desde 1215, dadas en parte por el obispo García
Ruiz[8].
[1] Tras la
conquista cristiana, varias de las mezquitas toledanas fueron paulatinamente
siendo convertidas en templos cristianos, de manera que, ya a mediados del
siglo XII, aparece San Román documentada como tal; incluso es en ella donde,
según la tradición, fue coronado ante los toledanos el Rey Alfonso VIII de
Castilla. Está situada en uno de los lugares más altos y privilegiados de la
ciudad, en la segunda de las doce colinas que la forman. Se tienen noticias ya
de la parroquia en el siglo XII y la iglesia sería consagrada en 1221 por el
arzobispo Rodrigo Ximénez de Rada. La tradición señala que en ella se coronó
rey a Alfonso VIII de Castilla el 26 de agosto de 1166. Actualmente es la sede
del Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda. Esteban Illán ejecutó algunas
obras de reparación en el templo, que fue consagrado por el arzobispo Rodrigo Jiménez
de Rada el 20 de junio de 1221.
[2] La Casa luego llamada
de Mesa por la familia a la que pertenece en el siglo XVII fue propiedad y residencia
a Estaban Illán estaba inmediata a la parroquia de San Román. Es la sede oficial de la Academia de Bellas Artes y
Ciencias Históricas de Toledo.
[4] https://realacademiatoledo.es/wp-content/uploads/2012/10/files_toletum_0057_toletum57_caviro.pdf
EL LINAJE Y LAS ARMAS DEL ARZOBISPO TOLEDANO GONZALO PÉTREZ «GUDIEL»
(1280-1299). BALBINA CAVIRÓ MARTÍNEZ.
[6] SAN FRANCISCO DE
ASÍS EN ALCOCER, SÁNCHEZ DONCEL, Gregorio. 1983.
[7] LA IGLESIA
CONQUENSE EN LA EDAD MEDIA. ESTRUCTURA INSTITUCIONAL Y RELACIONES DE PODER
JORGE DÍAZ IBÁÑEZ, 2000. LAS RELACIONES ENTRE
LA IGLESIA CONQUENSE Y LOS ARZOBISPOS DE TOLEDO DURANTE LA EDAD MEDIA Jorge
Díaz Ibáñez.
[8] Compromiso final
de don Rodrigo Ximénez de Rada y del Obispo de Cuenca, don García, bajo la pena
en caso de incumplimiento de 5000 monedas de oro, tras las largas sesiones y
acuerdos del juicio eclesiástico celebrado en Burgos para la división de
Arcábriga-Ercávica- y Valeria por orden del papa Honorio III. A.C.C.I. Caja 3,
nº 8. El 24 de abril de 1201, a casi cincuenta
años de su muerte, don Rodrigo Jiménez de Rada firmó su testamento en el que hacía promesa firme y por escrito de ser sepultado en el
monasterio de Santa María de Huerta (Soria). Una foto de la momia
de Rodrigo Jiménez de Rada de Aurelio Rioja de Pablo en la apertura de su tumba
en de 1907 fue publicada al año siguiente por la Real
Academia de la Historia en su boletín.
UN ABRAZO , PALOMA , QUE NO SÉ SI TE LLEGARÁ .
ResponderEliminarGUILLERMO