Lope González, III señor de Mendoza, muerto en 1200.
Tuvo
muchos enfrentamientos con el señor de la casa de Guevara Iñigo Velez de
Guevara. En uno de ellos murió peleando en el Campo de Arrato, Álava.
Casado con María
García de Ayala.
Padres de Diego López,
IV señor de de Mendoza, 1198-1266, y casado con
Leonor de Lara, Leonor Hurtado, señora en Álava de Mendívil, Martioda,
Estarrona, Martioda, Cueto, los Betos, La Ribera y otros heredamaientos de la ribera del río Zadorra,
nieta de Pedro González de Lara y de la reina Urraca de Castilla y León.
Viene el apellido Hurtado a los Mendoza por Leonor Hurtado cuyo padre Fenando Hurtado fue escondido por su origen bastardo y al que le robaron, Furtaron, sus derechos por las circunstancias de su nacimiento
Lope Garcia de Salazar, el Cronista, dice que
el apellido de Hurtado lo llevo Diego López de Mendoza el cual fue
"Furtado" o llevado por una de sus ayas, siendo pequeño, al morir su
padre Don Lope en la batalla de Arrato.
Lope García, Musques, 1399- Portugalete, 1476, fue recluido en en su casa-torre de San Martín de Muñatonesla casa fuerte donde escribiría su obra
"Historia de las buenas andanças e fortunas" por la que fue conocido y
por algunos proclamado como el primer historiador de Vizcaya. Ante los
intentos de fuga, fue enviado a la torre de Salazar en Portugalete, donde morirá envenenado con hierbas en la comida junto con su hija bastarda Mencía de Avellaneda.
La Istoria de las
bienandanzas e fortunas de Lope García de Salazar
constituye un vasto compendio donde, junto a noticias
históricas, confluyen multitud de leyendas y tradiciones,
algunas de ellas de transmisión oral.
«oviendo mucho a voluntad de saber e de oyr de los tales fechos, desde
mi mocedad fasta aquí, me trabajé de auer los libros e estorias
de los fechos del mundo faciéndolos buscar por las provincias e casas de
los reyes e príncipes cristianos de allende la mar e de aquende por mis
despensas, con mercaderes e mareantes, e por mi mesmo a esta parte».
Casado en 1425 con
doña Juana de Butrón y Múgica, tuvo de ella seis hijos varones
y tres hembras.
Lope, que en vida de su mujer distó mucho de atenerse a las normas de la
moral matrimonial cristiana, muerta ésta, se llevó a su casa de
Somorrostro como mancebas a Catalina de Guinea y Mencia de Avellaneda, con las
que el hijo Juan, sin el mínimo respeto a las canas de su padre, no se
recataba de tratarlas carnalmente. Una vez expulsado de casa, buscó la
oportunidad para apoderarse de su padre, lo que hizo en julio de 1470, sitiándolo
y reduciéndolo en su casa-torre de San Martín de Muñatones.
IV señor de Salazar de
Somorrostro y VIII Señor de Muñatones. Casó en 1425 con Juana Butrón de Mujica,
hija de Gómez González de Butrón y María Alonso de Mujica. Para su mujer mandó
construir el castillo de Muñatones sobre la antigua torre en Somorrostro,
tomando como modelo el inexpugnable de Butrón.
Arrato es una pequeña sierra situada entre Vitoria y el macizo del Gorbea.
El bando oñacino, cuyo nombre deriva del linaje guipuzcoano Oñaz, tuvo por cabeza de bando en el País Vasco al linaje alavés de los Mendoza, cuya política está orientada hacia el reino de Castilla. Los Salazar, los Mújica y los Butón perenecian a este Bando. Esta organización de bando en las provincias Vacas recuerde la de los Doce Linajes de Soria.
Los oñacinos eran los partidarios del linaje guipuzcoano de Oñaz. Este bando estuvo enfrentado de forma cruenta en la Edad Media con los gamboínos, partidarios del linaje guipuzcoano de Gamboa, en las llamadas Guerras de Bandos. Tenían como aliados a los agramonteses, partidarios de la familia Agramont, y al Reino de Navarra.
La cabeza del linaje Gamboíno –o Ganboíno, parece haber sido Sancho Vélez de Guevara, nieto de Sancho García de Salcedo, señor de Ayala, alrededor de 1150.
Estaba encabezado el bando Oñacino por la familia Mendoza, y tuvieron como aliados a los beamonteses, partidarios de los Beaumont- luego condes de Lerín-, y a la Corona de Castilla.
El origen de estos bandos parece hallarse en la rivalidad
que enfrentó en el condado de Álava a las familias de Guevara (gamboínos) y
Mendoza (oñacinos), partidarios respectivamente de la influencia navarra y de
la castellana. Con el tiempo, la rivalidad trascendió a toda la región y se
mezcló incluso con las de los bandos navarros: los agramonteses apoyaban a los
gamboínos, y los beamonteses, a los oñacinos. La pugna, aparte del terreno
personal, dio origen a auténticas batallas campales y a hechos como el incendio
de Mondragón en 1448. El robustecimiento del poder real desde el siglo XV con los RR.CC. puso término a los
disturbios.
El nombre de Oñaz viene de una antigua casa solariega que surgía de la loma de Oñazmendi, en Azpeitia (Guipúzcoa).
Cuenta la leyenda que el río Bayas, que nace cerca de esa
sierra, se cubrió con la sangre de los caballeros que allí combatieron, sangre
que se mezcló con las hojas caídas de los álamos que crecen a sus orillas y que
estaban cubiertas por el polvo gris del camino que los caballos levantaban
durante la batalla. De ahí que las célebres panelas (hojas de álamo blanco) de
plata sobre fondo rojo fueran adoptadas como escudo, primero por los Guevaras,
y más tarde por los Mendozas; pues si bien cayeron derrotados en la mencionada
batalla, lograron al poco tiempo una simbólica victoria contra sus enemigos
junto al mismo palacio fortificado de los Guevara . De los Mendoza, pasaron por
emparentamiento a otra importante familia de la Llanada alavesa : los
Hurtados de las torres de Mendívil, Hueto, Estarrona y Mártioda que en
ocasiones se funden para constituir un solo apellido: Hurtado de Mendoza. La
razón por la cual pasó a los Ayala-Salcedos.
A los señores de Oñaz que emparentan con los de Loyola pertenece San Ignacio de Loyola.
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