Este valioso conjunto arquitectónico y paisajístico fue declarado Monumento Histórico Artístico. Construido como fortaleza en el sigo XV por Suero de Oca, sufrió diferentes reformas entre los siglos XVII y XVIII.
Hoy en día es propiedad de la Fundación de la Casa Ducal de Medinaceli.
Se encuentra en la locaclidad de Estrada en Orense.
Dentro del conjunto se diferencian tres elementos principales: iglesia-capilla, pazo y jardines que lo convierten en el máximo representante de la arquitectura civil gallega.
El pazo cuenta con una parte antigua formada por dos alas en ángulo
recto y una torre almenada de planta cuadrada. Se completa más tarde con
el ala sur. En el s. XIX se construye la galería, la escalera
principal, el banco de piedra y la escalera bajo el portal de la entrada
principal.
La iglesia-capilla, dedicada a San Antonio de Padua, es de estilo barroco con planta de cruz latina.
Aunque la tradición pretende que preexistía en este lugar una antigua
fortaleza desde el siglo XII, los primeros vestigios materiales que aún
hoy subsisten datan de mediados del siglo XV y son contemporáneos de los
primeros señores de Oca de los que tenemos constancia documental:
Álvaro de Oca y su hijo Suero.
Su esposa, María Gómez de Sotomayor, fue apresada en esta acción y terminó sus días en las mazmorras del Arzobispo, tres dias después.
A partir de ese momento la Casa de Oca forma parte de la jurisdicción de la Mitra Compostelana hasta 1564, año en que el Papa concedió los abadengos al rey Felipe II para que los vendiese. De 15 de Noviembre de 1586 es la escritura de compraventa por la que el estado de Oca, con su jurisdicción civil y criminal, pasaba a de María de Neira, hija del regidor de Santiago, Juan de Otero y Neira y viuda de Gonzalo de Luaces.
Sucedieron a María de Nera en el señorío de Oca su hijo Juan y su nieto Gonzalo, quien, al morir sin sucesión, deja como heredero al mayor de sus sobrinos, Juan Gayoso Neira, hijo de su hermana Catalina de Neira y Mendoza y de Juan de Gayoso Noguerol, Alférez y Regidor de la ciudad de Orense. Del matrimonio de éste con Urraca María de Moscoso Ozores y Sotomayor nació Andrés Gayoso Neira. Con él se iniciaron las primeras grandes trasformaciones arquitectónicas de la antigua fortaleza de Oca para hacer de ellas el palacio que es hoy. También con él tienen lugar el primer enlace matrimonial que desembocará en la integración de este señorío en otros de mayor notoriedad. Andrés Gayoso estuvo casado con Constanza Arias Ozores, heredera del condado de Amarante y dama de la reina Isabel de Farnesio, por cuyos servicios, fue elevado su señorío de San Miguel das Penas a marquesado en 1719, después de usado el título previo de vizcondesa de San Esteban de Oca.
Aún quedando integrado el señorío de Oca en un conjunto de mayor empaque, donde destacaban el condado de Amarante y el marquesado de San Miguel das Penas y la Mota como señoríos principales de este linaje, sin olvidar el señorío de Teanes, los descendientes de Andrés Gayoso y Constanza Arias Ozores siempre prestaron especial atención al señorío y palacio de Oca y muestra de ello fue que no dejó de ser la principal residencia familiar durante, al menos, dos generaciones más. Las numerosas e importantes obras realizadas tanto en tiempos de Fernando Gayoso, hijo de los anteriores, como del hijo de éste, Domingo Gayoso de los Cobos, demuestran que, a pesar del incremento patrimonial y territorial que vivió la familia en estos años, Oca siguió siendo el principal centro de decisión de esta casa, al menos, según es conocido, hasta Domingo Gayoso de los Cobos.
El sucesor de Domingo Gayoso fué Joaquín Gayoso de los Cobos, que vivió los tiempos de la invasión napoleónica y el movimiento liberal del siglo XIX, que puso fin al Régimen Señorial. De su matrimonio con Josefa Manuela Téllez Girón, nacieron seis hijos, entre los que hubo de dividir la herencia familiar, en aplicación de las nuevas leyes del Estado Liberal.
Oca, junto con el título de San Miguel das Penas, pasó a su hija María Encarnación Gayoso de los Cobos, mientras que los títulos y propiedades principales recayeron en el primogénito, Francisco de Borja Gayoso de los Cobos y Téllez Girón quien, al morir en 1860 sin sucesión, dejó todos sus bienes a su hermano Jacobo. Este casó con Ana María de Sevilla y Villanueva de cuyo matrimonio nacieron tres niñas. La primogénita, Francisca de Borja, heredó de su padre, en 1871, el grueso de la herencia de la Casa de Camarasa, Lérida, y en 1879, además, recibiría de su tía Encarnación, fallecida sin sucesión, la propiedad del palacio de Oca. Francisca casó con Ignacio Fernández de Henestrosa y Ortiz de Mioño, conde de Moriana del Río y marqués de Cilleruelo, cuyo hijo mayor, Ignacio Fernández de Henestrosa y Gayoso de los Cobos, sucedió a sus padres en los títulos y en la propiedad de Oca. Al carecer de descendencia, el marqués de Camarasa dejó sus propiedades y títulos de la Casa de Camarasa a su sobrina, Victoria Eugenia Fernández de Córdoba y Fernández de Henestrosa, actual duquesa de Medinaceli.
La primitiva fortaleza de Oca, aquella que perdió Suero, se compondría muy posiblemente de dos torres unidas por un cuerpo intermedio todo almenado. En el último tercio del s. XVI, en tiempos de los Neira, se hicieron algunas transformaciones de las que todavía quedan claros testimonios. Así, las puertas enfrentadas del zaguán de entrada, coronadas por las armas de los Neira y los Luaces, nos señalan la intervención de estos en la primitiva fortaleza, mucho antes, por tanto, de las reformas dieciochescas. En algunos de los portales de la muralla que rodea el perímetro de los jardines todavía se distinguen hoy las armas de los Neira, Luaces, Bermúdez de Castro y Mendoza, lo que nos evoca una antigua huerta formada por terrazas que perseguiría con su amurallamiento el ideal del hortus conclusus que el Renacimiento heredó del medioevo y en la que ya se habría iniciado la construcción del sistema intramuros de canalización del agua que desembocaría en un estanque situado en lo que hoy es el estanque de arriba.
No obstante es en el siglo XVIII y, sobre todo, en su primera mitad cuando se intensifica la remodelación y ampliación del conjunto. Los principales promotores de cuantas obras dieron al palacio de Oca y a sus jardines su actual fisonomía, llevando a cabo la completa conversión de la antigua fortaleza en magnífico palacio, fueron Andrés Gayoso, Señor de Oca y, por matrimonio, VI Conde de Amarante y I Marqués de San Miguel das Penas y su hijo Fernando.
En la segunda mitad del siglo XIX, los marqueses de San Miguel das Penas, Manuel Fernández de Henestrosa y Encarnación Gayoso de los Cobos, encargan al jardinero del Palacio Real y ejecutor del Jardín del Moro de Madrid, Francisco Vié, una reforma de los jardines.
El siglo veinte, para Oca ha sido un siglo de intervenciones de signo
más restaurador que creador. El marqués de Camarasa, Ignacio Fernández
de Henestrosa y Gayoso de los Cobos en una clara actuación historicista
trató en la década de 1920 de borrar el carácter romántico que le había
impreso Francisco Vié para devolver a los jardines su original diseño
formalista.
El origen de la Casa de Camarasa se remonta a la fundación del linaje de los “Luna”,
familia oriunda de Navarra, descendiente del infante Don Fernando de
Navarra (Ferrench), hijo del Rey Don García y la Reina Estefanía.
Un nieto de Ferrech será Bacala, convertido en primer señor de Luna
cuando el Rey Sancho Ramírez le concede este señorío en al año 1092.
Los descendientes de Bacala, primer señor de Luna, conforman las tres
ramas principales de este linaje, la rama principal de los Luna,
poseedores de este señorío, serán los descendientes de su hijo mayor,
Lope Ferrench de Luna, los Martínez de Luna, de su hijo Martín de Luna y los Luna de Lurcenich, denominados por muchos autores López de Luna, descendientes de Lope de Luna.
Lope de Luna,
hijo segundo de Artal, VIII señor de Luna, y señor de Luna, casa con una hermana de Alfonso IV,
Violante. Ya reinando Pedro IV el Ceremonioso, le fue concedido el título de conde de Luna en 1348. Hija suya fue la reina María de Luna de Aragón, que estuvo casada con el rey Martín I el Humano. os descendientes de su hija, Martín I de Sicilia y el hijo natural de
éste, Fadrique, no dieron continuidad al linaje, hasta el punto de
perderse el título de conde de Luna y ser confiscados los bienes del
condado.
Del tercer matrimonio del I conde de Luna, con María de Altura, nació
Fernando Lope de Luna, que se convirtió en I señor de Ricla al comprarle
este señorío al rey Martín, su cuñado, en 1404; fue también señor de
Alfamén y Altamira, señoríos que también adquirió. El favor de su
hermana María, reina de Aragón, resultó fundamental para el
fortalecimiento de esta rama de los Luna. Estuvo casado con Emilia Ruíz
de Azagra, señora de Villafeliche, hija de Rodrigo de Azagra,
segundo poseedor del señorío de Villafelique. El II señor de Ricla,
Juan de Luna, fué señor de Almunia, Calatorao y Alfamen, así como de
Villafeliche, que heredó de su madre.
Tuvo por heredero a Juan de Luna, fruto de su segundo matrimonio con Beatriz Cerdán el cual se casó con Angelina Coscón, señora del “Marquesado de Camarasa". Los padres de Angelina, Luis Coscón y María Enriquez de Carra, habían adquirido del rey Juan de Navarra, en 1443, el señorío de Camarasa
junto con los de Cubélls, Mongay, Fontlonga, Pugrus y Monroyg, por el
precio de 40.000 florines de oro, que pagaron con la venta del
Hijo de ambos fue Juan de Luna, casado con Inés de Mendoza, quienes
tuvieron a Francisco Fernández de Luna y éste, de su segundo matrimonio,
con Inés de Mendoza, a Francisca Luisa de Luna y Mendoza, que será
heredera de los estados de Ricla, Villafeliche y señora del llamado
“Marquesado de Camarasa".
Francisca Luisa de Luna y Mendoza casaría con Diego de los Cobos,
hijo del comendador de León, Francisco de los Cobos, fundador del
mayorazgo de Sabiote, Canena y Torres y de María de Mendoza, condesa de
Ribadavia. En 1543, el emperador Carlos V hacía merced a Diego de los
Cobos del título de Marqués de Camarasa, como regalo de boda concedido
al hijo de su Secretario Universal, Francisco de los Cobos.
Francisco de los Cobos se había casado con María de Mendoza
mujer de importantísima familia, que, ya viuda, recibiría el título de
condesa de Ribadavia. Sus hijos Diego y María se habían casado con
Francisca Luisa de Luna y Gonzalo Fernández de Córdoba, duque de Sessa,
respectivamente. Las influencias que se estaban conformando en torno al
título de Camarasa, tendría pronto mayores frutos, al elevarse a condado
el señorío de Ricla, en 1589, muy ligado al origen de la familia Luna,
que recaería en Francisco Miguel de los Cobos, hijo de los primeros
marqueses de Camarasa y sucesor en esta Casa. Estuvo casado con Ana
Félix de Guzmán, tía del Conde-Duque de Olivares y le sucedió Diego de
los Cobos, III Marqués de Camarasa y II Conde de Ricla. Su descendencia
(Sor María de las Llagas) renunció a sus derechos sucesorios y éstos
pasaron a los descendientes del segundo hijo de los primeros marqueses
de Camarasa, en concreto a Manuel de los Cobos y Luna, conde de
Ribadavia y de Castrogeriz (título heredado de su madre, Isabel Manrique
de Mendoza), convirtiéndose, después, en marqués de Camarasa y conde de
Ricla.
Con el matrimonio de Francisca Luisa de Luna y Diego de los Cobos
quedaba extinguida la varonía de Fernando Lopez de Luna, I señor de
Ricla, pasando ésta de “Luna” al apellido “de los Cobos”, con el
principal título de esta estirpe, el marquesado de Camarasa, concedido
en 1543. Dos siglos largos debieron pasar para ver otro cambio en la
varonía de Camarasa, que al fallecer Baltasara Gómez de los Cobos, en
1791, pasaría a Domingo "Gayoso de los Cobos". En 1926 fallecía Dª
Francisca Gayoso de los Cobos, pasando la varonía de la Casa a su hijo
D. Ignacio “Fernández de Henestrosa” y después, tras la muerte de éste,
en 1948, a su sobrina, la actual Duquesa de Medinaceli, Dª Victoria
Eugenia "Fernández de Córdoba" y Fernández de Henestrosa.
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