La
presencia humana en el término de Villamanrique aumenta en época musulmana.
Aparece
la aldea de Albuher, pequeño núcleo de población situada en el mismo lugar en
que ahora se alza Villamanrique, y con un término que se extendía por ambas
orillas del río.
Albuher contaba en el siglo XI, en
que fue conquistada por el rey de Castilla Alfonso VI, con pesquerías, molinos
y tierras de labor en las que debía haber regadío, porque el mismo nombre de
Albuher indica que había una presa en el río o en alguno de los arroyos que
desembocaban en él.
También
había un Castillo, cuyos restos aún se conservan en un cerro al otro lado del
río frente al pueblo.
Este castillo fue un punto de
defensa importante durante las épocas del Emirato y del Califato de Córdoba
(siglos VIII al X),pues formaba parte de la línea defensiva de la marca media,
en la que también estaban integrados otros castillos vecinos como los de Oreja,
Alharilla-desaparecido en Fuentidueña de Tajo a poca distancia del que podemos
ver ahora en ruinas- y Zorita.
En 1153, Alfonso VII concede el
castillo de Alboher al conde Ponce Giraldo de Cabrera[1]. Tambien
el conde Ponce de Cabera[2] recibe
el castillo de Almonacid de Zorita
La primera noticia documentada del
castillo de Albuher es de 1099.
El castillo de Albuher jugó un papel
destacado durante las invasiones almorávide y almohade, para quedar
definitivamente destruido durante la
Guerra de Sucesión Castellana en 1478.
Albuher
fue integrado en una encomienda de la Orden de Santiago, la de Viloria o
Villoria-despoblado desde el siglo XVII, a siete kilómetros de Villarrubia de
Santiago en Toledo[3]-,
pero en el siglo XIV se despobló, como otras aldeas cercanas, tal vez a
consecuencia de las guerras civiles en Castilla, las epidemias y la política
repobladora de la Orden de Santiago en la zona, en rivalidad con el Obispado de
Toledo con el que tuvo un largo pleito a consecuencia del cobro de los diezmos
en varias iglesias, entre ellas Albuher, Valdepuerco y Salvanés.
Del
antiguo pueblo solo quedó en uso su iglesia, que siguió incorporada al
patrimonio de la Orden de Santiago con el nombre de ermita de Santa María de
Albuher.
En la actualidad, dentro de la
actual provincia de Toledo, se hallaba la encomienda de Villoria, cuya cabeza y
aldeas estaban perdidas: Villahandín y Albuher; éste último lugar se repobló en
1480 con algunos vecinos y, al parecer, con éxito, pues en el siglo siguiente se
la conoce como Villamanrique de Tajo.
Cuando
en 1480 fue fundado Villamanrique, esta ermita se convirtió en su primera
iglesia, por eso su patrona llevó el nombre de Nuestra Señora de Albuher,
aunque con el paso de los siglos la palabra se ha convertido, ya en el XIX, en
Arbuel.
El nombre de la nueva Villa está
claramente relacionado con la familia Manrique, varios de cuyos miembros
ocuparon puestos muy relevantes en la Orden de Santiago.
Instalado primero en la encomienda
de Villoria y luego en la encomienda mayor de Castilla se hallaba don Gabriel
Manrique. Este era hijo del conde de Castañeda y señor de Aguilar de Campoo, y
estaba casado con una hija del Condestable, de donde heredó Osorno, cuyo primer
conde fue, además era señor de Galisteo, Villasirga, Maderuelo, San Martín del
Monte, Fuenteguinaldo y otros[4].
Entre 1475 y 1511 le sucedió en la
encomienda mayor su hijo Pedro, segundo conde de Osorno.
Pedro
Manrique, segundo duque de Osorno, comendador de Viloria y luego Comendador
Mayor de Castilla, fue quien le dio nombre.
En 1480, siendo aún comendador de
Viloria dio la orden de repoblar el "Exido de Albuher", según consta
en el libro de visitas de la Orden de ese año.
Villamanrique siguió siendo
territorio de la Orden de Santiago hasta que, en 1573, en tiempos de Felipe II, fue vendida como Villa de señorío a doña
Catalina Lasso de Castilla, junto con la dehesa del Castillo, desgajados ambos
territorios de la encomienda de Viloria.
En
1666, con Carlos II, Villamanrique se convirtió en un condado, cuyo título
perteneció a la familia Lasso de Castilla. Este condado se convirtió en dos
en el siglo XVIII, permaneciendo dicha familia como Condes del Castillo y
pasando a poseer el título de condes de Villamanrique la familia Fernández de
Córdoba. Esta situación se mantuvo así hasta la desaparición del régimen
señorial a principios del siglo XIX.
Durante la segunda mitad del siglo
XVIII y la primera del XIX Villamanrique experimentó un crecimiento de su
territorio y de su población, por dos hechos que vinieron a darle su
configuración actual. El primero fue la creación de las Reales Salinas de
Carcavallana, que favorecieron el aumento de la población, y el segundo la
incorporación a su término municipal del territorio de Buenamesón, que
perteneció a la Orden de Santiago y a su priorato de Uclés hasta la
desamortización, y del que aún se conserva su convento-palacio, edificio de
finales del siglo XVI y principios del XVII, remodelado en el XVIII, siendo el
monumento más destacado de la localidad y uno de los más importantes de la
Comarca.
[1] Un
magnate catalán en la corte de Alfonso VII. Comes Poncius de Cabreira. Ernesto
Fernández-Xesta y Vásquez, 1991. https://books.google.es/books?id=HDkEM31ggx0C&pg=PA96&lpg=PA96&dq=albuher&source=bl&ots=aJFd28NKnK&sig=ACfU3U2BUOyzry3mTgrqnK7YvGMSVF7vbg&hl=es&sa=X&ved=2ahUKEwjz7rbIvbbpAhUiA2MBHdQrCP4Q6AEwCXoECAoQAQ#v=onepage&q=albuher&f=false
[2] Ponce Giraldo de
Cabrera (hacia, 1105–1162), vizconde de Áger y de Gerona, señor de Cabrera
(1132-1145), fue un noble catalán, referido en ocasiones como el Conde Ponce o
princeps de Zamora, que llegó al Reino de León como miembro del séquito que
acompañó a Berenguela de Barcelona, hija del conde Ramón Berenguer III, para su
boda con el rey Alfonso VII de León. 12 Una calle en la ciudad de Zamora
lleva su nombre y se conserva en la capilla mayor de su catedral una estatua
realizada en el siglo XV del conde Ponce en postura orante. Fue el fundador del
Monasterio de Santa María de Moreruela.
[4] La Orden de Santiago
en el siglo XV. Pedro Andrés Porras Arboledas, 1997.
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