Escritores médicos españoles. Miguel de la Plata y Marcos. 1882.
Habla el autor del bachiller Gómez de Ciudad Real dando
datos de lo que dice en sus cartas y haciéndose eco de las dudas sobre su
existencia. Las últimas investigaciones demuestran que el Bachiller no existió.
Alonso Chirino es contemporáneo del famoso Bachiller Fernán Gómez de CibdaReal, que de él habla en la epístola 24 dirigida a otro contemporáneo don Alonso de Cartagena en su Centón Epistolario.
https://www.bibliotecavirtualdeandalucia.es/catalogo/es/catalogo_imagenes/grupo.do?path=89642
Chocante es no hallar en los manuscritos que de Chirino se conservan ninguna indicación acerca de la muerte del rey D. Juan, en cuya cámara servía, pudiéndose suponer si no acompañaría al Monarca en su viaje a Valladolid, donde murió, cual se ve en la epístola 105 de la dicha colección del Centón, cuando el Bachiller dice que fue el Rey a Valladolid y del mal del que en la villa entró fue de muerte. También el Bachiller Fernán Gómez de CibdaReal habla del Contador en su Centón Epistolario.
https://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/aepe/pdf/congreso_46/congreso_46_29.pdf
https://olcades.es/chirino-alonso/
¿Existió semejante médico y semejante correspondencia? ¿Sería por ventura esta obra juego de ingenio de algún escritor posterior? En tai caso todo lo que ganase en mérito literario como invención, lo perdería en crédito como documento histórico. Otros críticos resolverán estas dudas. (Quintana. Vida de don Alvaro de Luna.]
Si el Centón es una falsiñcacion ¿quién fué el escritor capaz de hacerla y con qué objeto se emprendió y llevó á cabo esta dificilísima ficción? ¿Se ha pensado bien en las dificultades con que habria que luchar para tocar tantos hechos, circunstancias y pormenores, refiriéndolos como testigo presencial, y para no incurrir en continuas é inevitables equivocaciones? Y supuesto que se venciesen, ¿quién era en el siglo XVII, en que tanto prevalecían las sutilezas, el retruécano y los conceptos alambicados, el escritor que con tanta naturalidad, con tanta sencillez y gracia era capaz de llevár á cabo esta ingeniosísima ficción, de trasportarnos tan naturalmente á la mitad del siglo XV? Y luégo, ¿para qué tanto trabajo y tanto ingenio? (El marqués de Pidal. Sobre la legitimidad del Centón Epistolario.]
Así, pues, fijaremos el estado de la cuestión.
Casi á mediados del siglo XVII empezó á ser conocida entre los eruditos una obra intitulada El Centón Epistolario del Bachiller Fernan-Gomez de Cibdareal, físico del rey don Juan el II , como impresa en Burgos el año de 1499.
Hasta entonces nadie habla hablado de tal libro ni de tal autor: ni los escritores contemporáneos, ni los más diligentes historiadores como Zurita, Mariana, Garibay, Salazar de Mendoza, &c.
El primero que citó este libro fué el maestro Gil Gonzalez Dávila, en carta literaria al cronista don Juan Francisco Andrés de Uztarroz (año de 1642) y luògo en su Teatro de las iglesias de España (1647),
Siguiéronle don José Pellicer de Tovar, en su Memorial de la casa de Sarmiento (1649) y en su Justificación de la grandeza del noveno conde de Miranda (1668);
don Martin Ximena, Catálogo de los obispos de Jaen-(Í6M);
don Diego Ortiz de Zúñiga, Anales de Sevilla (1677); el padre Pedro Abarca, Los reyes de Aragon en Anales históricos (1682);
don Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la casa de Silva (1685);
los padres Santiago Quetif y Santiago Echard, Scriptores Ordinis Prædicatorum (1719 y 1721),
y el licenciado don Andrés Diez Navarro, Cuadernos de la Mesta (1731).
Nicolás Antonio, á fines del siglo XVII, dijo (Biblioteca vetas] que hay algo de falsedad en su publicación, hecha por una persona que, con objeto de ensalzar sus progenitores, introdujo vários pasajes en el EpistolaiHo y fingió una impresión antigua.
El anotador de Nicolás Antonio, el sabio Perez Bayer, aseguró que era opinion común entre los eruditos que el autor de todo esto fué don Juan de Vera y Zúñiga, conde de la Roca.
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