Calle del Factor en su descenso a la Calle Mayor frente al Pretil de los Consejos. A la derecha se ve la fachada este del palacio del duque de Uceda y a la izquierda la catedral castrense de San Miguel.


La calle de Bailén , los Jardines de Lepanto , los altos de Rebeque y el desnivel ajardinado a lo largo de la calle del Factor fueron un espacio muy urbanizado hasta fines del siglo XIX. Si partimos de la calle Bailén junto a los Jardines, subimos por la calle Requena y torcemos por la calle de Rebeque para seguir por la del Factor hacia la Calle Mayor, cayendo a la altura del palacio del Duque de Uceda, continuamos por esta dos manzanas para volver a la calle Bailen y a nuestro punto de partida hemos rodeado la manzana en la que podiamos visitar, siguiendo el orden de nuestro itinerario distintas casas algunas pertenecientes a la más importante nobleza ligada de una u otra manera a la figura del Rey. Primero la casa de Andrés Obrero que fue comprada por Felipe II en 1589 para enfermeria de damas de la Corte, luego fue casa del cerrajero del Rey; casa del conde de Noblejas recordada en la calle de este nombre y que cierra por el norte la manzana que estamos recoriendo y junto a un portilla de la cercana puerta de la Sagra, junto al Alcazar; la casa de Francisco de Borja nieto de San Francisco de Borja y principe de Esquilache, fue habitada en en el siglo XVIII por el principe de Rebbeck, embajador de Holanda, del que toma el nombre la calle del Rebeque y antes altos del Rebeque; la posada de Perigómez se encontraba en la misma manzana que la casa anterior; La casa de Fernán López O,Campo factor o recaudaor de rentas de Felipe II y que da nombre a la calle del Factoir, la muralla musulmana es posible que pasara por aquí hacia la puerta de la Sagra; las casas de García Barrionuevo de Peralta y la casa de los duques de Pastrana donde la siempre atractiva princesa de Éboli vivía, derribada en 1905. Ya en la Calle Mayor, a la que recordemos llegamos bajando la calle del Factor, se conserva en la manzana el palacio del duque de Abrantes, lindero con el palacio de Pastrana, ocupada ahora por el Instituto Italiano de Cultura. Las dos manzanas de la derecha, siguiendo hacia la calle Bailén, están muy reformadas; la primera la ocuparía en parte la parroquía de Santa María de la Almudena, la más antigua de Madrid y reformada en distintas ocasiones y casi en paralelo su fachada con la del palacio del duque de Uceda. Esta manzana está separada de la que ya hace esquina con la calle Bailén por la pequeña calle de la Almudena abierta en terrenos de esta parroquía y en ella estaban la casa del duque de Alburquerque y la del veedor del conde de Medina de Rioseco y Almirante de Castilla. Este residia ya en lo que ahora es la calle Bailén en una casa situada trás la parroquía de Santa Maria de la Almudena y separada por una estrecha calle de la casa de García Barrionuevo y de la casa de O,Campo.
El Palacio Real y las arcadas de la plaza de la Armeria desde los altos de Rebeque.

Catedral y plaza de la Almudena.
Vistas de la catedral de la Almudena desde los altos del Rebeque y la calle del Factor. Las casas y palacios situadas aqui tenian una explendida vista del conjunto de edificios y de dependencias del Alcazar y luego del Palacio Real. Por aqui corría el arroyo de las Tenerias que bajaba por la Cuesta de la Vega. El desnivel del Rebeque ocupado ahora por el jardín en ladera situado junto a los de Lepanto fue hasta fines del siglo XIX mucho más pronunciado.
La catedral de Santa María la Real de la Almudena se levanta sobre diversas dependencias, que estuvieron junto a la calle de Santa Ana; ahora parte de la de Bailén en las inmediaciones del trazado de la cerca musulmana, en lo que fue el Alcazar y luego Palacio y que se mantuvieron en pie hasta que ya se está construyendo la Catedral de Madrid. Tal es el caso de las Caballerizas que cerraban la Plaza de Palacio por el sur y separadas por escasos metros de la casa del marqués de Esquilache y de la que ocupaba el Almirante. Hay que mencionar las caballerizas conocidas por La Regalada donde estaban los caballos regalados a los monarcas. Fueron reformadas las caballerizas en 1635 por Juan Gómez de Mora ya constuidas sobre casas compradas por Felipe II en 1553. Completaba el recinto de las caballerizas y armeria una fuente que se surtía del viaje de agua de Amaniel, la casa del guarnicionero y las de los pajes así como el pajar de las caballerizas. Despues del incendio del Alcazar la Nochebuena de 1734 y de su reconstrucción el conjunto de las caballerizas Reales también lo es en 1789. La Regalada ya reconstruida estaba pintada de color blanco que la destacaba en el entorno del Palacio Real.
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