La catedral de la Almudena desde el puente de Segovia.
El puente de Segovia fue mandado construir por Felipe II para unir la calle Segovia con la carretera de Extremadura, se trata del puente más antiguo que hay en Madrid. Su construcción se atribuye al arquitecto Juan de Herrera, quien debió realizarlo entre 1582 y 1584. Labrado en granito, consta de una estructura de nueve arcos de medio punto almohadillados, coronados por un sencillo antepecho que se sienta sobre la línea de imposta.En 1648 el tablero superior tuvo que ser reparado por el arquitecto José de Villarreal, y en 1704 Teodoro Ardemans construyó una puerta en su frente para dotar de mayor magnificencia esta entrada de la Corte.Durante la Guerra Civil fue dinamitado por zapadores de la República para impedir el acceso de las tropas nacionales al interior de la ciudad por la calle Segovia, por lo que tuvo que ser reconstruido tras la contienda. Se aprovechó además para ensancharlo en el contexto de las obras de canalización del Manzanares. Por último, fue de nuevo reformado en los años 60 para adaptarlo al trazado de la M-30, y ahora de nuevo.
Ronda de Segovia, la muralla de Felipe IV. Desde los orígenes de Madrid, y hasta 1868, la inmigración, los abastos y la fiscalidad llevaron en repetidas ocasiones a fijar los límites de la ciudad mediante la construcción de cercas. Las cercas del arrabal y la de Felipe II fueron desbordadas sucesivamente por un caserío que se iba emplazando entorno a las principales vías de acceso de la ciudad. Este desbordamiento produjo la necesidad en 1625, durante el reinado de Felipe IV, de construir una nueva cerca que fijara unos nuevos límites en la ciudad, para a través de sus puertas y portillos controlar la fiscalidad, el abastecimiento y la posible entrada en la ciudad de contagiados por enfermedades infecciosas. Esta cerca, más bien tapia construida en ladrillo, estuvo rodeando a la ciudad de Madrid hasta que entorno a 1868 se decidió demolerla para proceder al ensanche de la ciudad. Hoy en día todavía podemos ver un vestigio de dicha cerca en la Ronda de Segovia, en las inmediaciones de la Puerta de Toledo.
A esta altura de la calle Segovia se encontraba la puerta de Segovia, a la caida de la Cuesta de la Vega, donde comenzaba el antepuente sobre las huertas en las márgenes del Manzanares, que era como se puede ver en el plano de Texeira de mayor longitud que el Puente. Actualmente el Puente incluye también el antiguo antepuente. Al fondo el Viaducto sobre el que discurre la calle Bailén. Al otro lado del puente se encontraban los lavaderos en la margen derecha del río Manzanares.
Surge la Calle en 1577 con el nombre de calle Real Nueva o calle de la Puente con el fin de abrir un acceso representativo a la ciudad por el oeste. Con ella el nuevo recinto amurallado que debemos a Felipe II. El acontecimiento que dio pie a esta reforma fue una crecida del río Manzanares que arruinó parte del antiguo Puente de Segovia. Aprovechando la reconstrucción de este puente se realizó en esta zona de la ciudad una operación urbanística de envergadura que dio lugar a la calle de Segovia: una vía ancha, recta y perfectamente nivelada que comunicaba la ciudad con el nuevo Puente de Segovia. Con Felipe IV la cerca de Madrid, la cuarta y última que se levanta, se abre siguiendo el camino arbolado que vemos continúa cuando termina la Cuesta de la Vega y discurre paralelo al cauce del río Manzazanres. Es el trazado de esta cerca el que da origen a la Ronda de Segovia. La anterior cerca, la tercera de Madrid y la segunda cristiana, es de tiempos de Feilpe II. Subía un pequeño tramo por la Calle de Segovia para adentrarse por la Cuesta de los Ciegos en el barrio de la Moreria hacia la Plaza Mayor por la actual calle de la Cava de San Miguel.
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