jueves, 29 de noviembre de 2018

Basílica Papal de Santa María la Mayor. Colonia del Esquilino. Roma


 Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las cinco basílicas patriarcales asociadas con la PentarquíaSan Juan de LetránSan Lorenzo ExtramurosSan PedroSan Pablo Extramuros y Santa María la Mayor.

Su fachada Trasera se encuentra en la Plaza del Esquilino. 

La disposición de la plaza en la parte posterior de la basílica, Plaza del Esquilino, se debe a Sixto V. Aquí el papa mandó erigir un obelisco de granito de casi 15 metros, sin jeroglíficos. El monolito estuvo originariamente a la entrada del Mausoleo de Augusto junto con el otro obelisco que se encuentra hoy en la Piazza del Quirinale. Fue encontrado en 1519 cerca de la Iglesia de San Roque en donde estaba enterrado y roto en tres partes.


Se encuentra en la parte superior del Cispio, una de las tres cimas de la colina del Esquilino. 

Es una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma y la única que ha conservado su estructura paleocristiana.


Sobre la iglesia precedente, erigida según la tradición por Liberio, el papa Sixto III (432 - 440) ordenó la construcción de una iglesia dedicada al culto de la Virgen, poco después de haberse afirmado el dogma de la maternidad divina en el Concilio de Éfeso (431). 


El campanario medieval es el más alto de Roma, de unos 75 metros.


La propia basílica fue restaurada y ampliada por varios papas durante la Edad Media, incluyendo a Eugenio III (1145-1153), Nicolás IV (1288-92) o Clemente X (1670-76). 
En su interior una de las obras principales es el espléndido ciclo de mosaicos en el arco triunfal sobre la Vida de la Virgen, que data del siglo V, que muestra aún las características estilísticas del arte romano tardío bajo la influencia del estilo más hierático del arte bizantino. Son escenas de la Infancia de Cristo, contiene también una escena según los Evangelios apócrifos.
De época medieval es igualmente el suelo de mármol estilo cosmati, como el que puede verse en la tumba del cardenal Rodríguez (1299), a la derecha del altar.
El interior sufrió una amplia renovación que afectó a todos sus altares entre los años 1575 y 1630.


El 7 de octubre de 1647, mediante la Constitución apostólica Sacri Apostolatus,​ el papa Inocencio X, recogiendo los deseos del rey de España Felipe IV, erige la Obra Pía de Santa María la Mayor,​ por la que se asignaba una renta anual al cabildo de la basílica a cambio de honores litúrgicos y preces para la Monarquía española. Desde entonces, los reyes de España han sido protocanónigos honorarios del Cabildo Liberiano de la Basílica de Santa María la Mayor.​
Tras diversas vicisitudes durante la Segunda República española y el primer franquismo,​ el 27 de agosto de 1953 se firma el Concordato entre la Santa Sede y España, por el que, entre otras cosas, se renueva dicho privilegio mediante la bula Hispaniarum fidelitas (de 5 de agosto de ese año), como se recoge en el párrafo primero del artículo XIII: «En consideración de los vínculos de piedad y devoción que han unido a la Nación española con la Patriarcal Basílica de Santa María la Mayor, la Santa Sede confirma los tradicionales privilegios honoríficos y las otras disposiciones en favor de España».
 En tal sentido, 10 de febrero de 1977, su Majestad el rey Juan Carlos I aceptó su nombramiento como protocanónigo honorario, pronunciando un discurso ante el cabildo de la basílica.


La basílica de Santa María Mayor se conoce también como basílica “liberiana“. Una antigua tradición la relaciona con el Papa Liberio. 

Según esta tradición, en el 352, fue la Virgen María quien inspiró la construcción de su basílica en la colina del Esquilino. 

María se apareció en un sueño al patricio Juan y al Papa Liberio. Ella les pedía la construcción de una iglesia en su honor en un lugar que ella indicaría milagrosamente. 

En la mañana del 5 de agosto, en medio de caluroso verano romano, la colina del Esquilino apareció cubierta de nieve.


El Papa trazó el perímetro de la nueva iglesia también llamada por esta razón “Santa María de la Nieve” y Juan financió su construcción. 

El milagro de la nieve se recuerda cada año el 5 de agosto dejando caer una lluvia de pétalos blancos desde el techo de la capilla Paulina.


La fachada actual fue encargada al arquitecto florentino Ferdinando Fuga por Benedicto XIV en 1743. Es uno de los mejores ejemplos del llamado barroco romano.



En la parte superior del pórtico se encuentra la gran “Logia de las Bendiciones“. Posee tres arcos divididos por seis columnas y culmina con una balaustrada con estatuas de santos y papas. La estatua central es de la “Virgen con el niño Jesús”. La logia cubre la vista de los bellos mosaicos de Risuti de la antigua fachada aunque ayudó a preservarlos. Se puede acceder a ella gracias a una escalera desde el atrio.
Estos maravillosos mosaicos representan el nacimiento de la Basílica de Santa María Mayor recordando el milagro de la nieve en verano.
En el centro del atrio se encuentra una puerta realizada en 1937. Esta puerta está decorada con relieves en bronce que representan la Encarnación. En la parte izquierda del atrio se encuentra la Puerta Santa donada a la basílica por la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén. Fue bendecida por Juan Pablo II el 8 de diciembre de 2001. 
Siempre en el atrio se encuentra la estatua de Felipe IV de España, benefactor de la basílica. 
El boceto de la obra, realizada por Girolamo Lucenti en el siglo XVII, es de Gian Lorenzo Bernini.


Es el santuario más grande dedicado a la Virgen María y al que acude el Papa antes y después de cada viaje.


En la Plaza ante la entrada de la Basilica, Plaza de Santa María Mayor, se encuentra la única columna de mármol de la Basílica de Majencio que se conserva íntegra. La denominada “Columna de la Paz” fue erigida por Carlo Maderno en 1615 por voluntad del Papa Pablo V. 

Este papa quiso poner encima la estatua de bronce de la “Virgen con el Niño” realizada por Guillaume Berthelot y Orazio Censore.






El artesonado del techo es renacentista, del siglo XVI, sigue un diseño de Giuliano da Sangallo; se dice que fue dorado con el primer oro traído desde América, regalado por el emperador Carlos I de España al papa español Alejandro VI.



Nave Central 





El dosel que se eleva sobre el altar central fue realizado por Fuga. Ante él se encuentra la Confesión, encargada por Pío IX y construida por Vespignani, donde se conserva el relicario de la “Cuna Santa”Relicario del Pesebre.

Se trata de una preciosa urna de cristal y plata. Tiene forma de cuna y contiene piezas de madera que, según la tradición pertenecieron al pesebre donde había sido puesto Jesús. Este relicario fue realizado por Valadier y regalado por el embajador de Portugal. 


La estatua de Pío IX, el Papa de la Inmaculada Concepción, en oración ante la cuna, es obra de Ignazio Jacometti y fue colocada en el hipogeo por León XIII.









Suelos estilo Cosmati

Se puede considerar un cosmatesco más modesto el trabajo realizado con cantos rodados menudos, llamados guijarros o chinarros.

El estilo cosmatesco es una manera de realizar un suelo típico de la época medieval en Italia, y especialmente en Roma y sus alrededores.​ 

El nombre deriva del apellido Cosmati, uno de los grupos de artesanos del mármol que crearon obras cogiendo mármol de antiguas ruinas romanas y colocando los fragmentos en decoraciones geométricas. 


Nave Lateral












Suelo de mármol estilo cosmati.




 Mosaico de la Coronación de la Virgen.

La singularidad de Santa María la Mayor se debe a los espléndidos mosaicos del siglo V, en tiempos del papa Sixto III. 
Estos mosaicos se encuentran a lo largo de la nave central y en el arco de triunfo. En la nave central relatan cuatro ciclos de Historia Sagrada cuyos protagonistas son Abraham, Jacob, Moisés y Josué. En su conjunto, relatan el cumplimiento de la promesa de Dios al pueblo judío sobre la tierra prometida.
El ciclo termina con dos paneles, realizados en fresco. Uno muestra al rey David que conduce el Arca de la Alianza a Jerusalén. En el otro aparece el Templo de Jerusalén edificado por Salomón.
Cristo va a nacer  de la estirpe de David y su infancia se ilustra, según lo narrado en los evangelios apócrifos, en el arco de triunfo.



Tumba del papa Clemente IX. 

El ábside externo, vuelto hacia la plaza del Esquilino, es obra de Carlo Rainaldi, que presentó al papa Clemente IX un proyecto menos caro que el de su contemporáneo Bernini.




Capilla Sixtina




Gian Lorenzo Bernini también descansa en la basílica. 

Su tumba se halla bajo una gastada losa de mármol blanco, a la derecha del Altar Mayor. 

Frente a la Capilla Sixtina del papa Sixto V, en la nave lateral derecha, nos encontramos con la sencilla lápida de la familia Bernini. Allí están enterrados Gian Lorenzo y su padre Pedro, con el siguiente epitafio: “La noble familia Bernini aquí espera la Resurrección.”





Capilla Paulina


En la nave izquierda, simétrica a la Capilla Sixtina e igualmente lujosa, es posible admirar la Capilla Paulina
Fue erigida por orden de Pablo V Borghese por Flaminio Ponzio entre 1605 y 1615. 
La capilla está adornada con preciosos mármoles antiguos. 
En su interior se hallan las tumbas de Pablo V, Clemente VIII y algunos miembros de la familia Borghese, incluyendo Paulina Bonaparte, hermana de Napoleón I.
En esta capilla se halla la imagen de la Virgen más querida por los romanos, la de “Maria Salus Populi Romani”, es decir, la “salvación del pueblo romano”. Es un icono bizantino que se encuentra en esta capilla desde 1611 a petición de Pablo V. Representa a María que lleva en brazos al Niño Jesús que bendice con una mano y con la otra sostiene un libro, probablemente uno de los Evangelios.
La obra, de fecha incierta, se puede datar entre los siglos VIII y XII. Bajo esta advocación María ha pasado a ser  la patrona principal de Roma. Su nombre proviene de la costumbre de llevarla en procesión por las calles de Roma para evitar peligros y desgracias, o poner fin a los mismos. El Papa Juan Pablo II, desde el inicio de su pontificado, quiso que una lámpara ardiese día y noche bajo el icono de María. Era un signo de su gran devoción a la Virgen.





Escudo de los Borgia en el artesonado de la nave central, frente a la capilla Paulina.

En la misma nave izquierda de la basílica de Santa María Mayor se puede observar la espectacular Capilla Sforza. Esta capilla es de planta elíptica y fue construida por Giacomo della Porta entre 1564 y 1573 con diseño de Miguel Ángel. 

A continuación encontramos la Capilla Cesi con los hermosos frescos de Sermoneta. 

Preciosa es también la Capilla del Crucifijo decorada con diez columnas de pórfido rojo y en la que además del crucifijo del siglo XV hay muchas reliquias conservadas.


 Suelo de mármol estilo cosmati.


En la nave derecha se encuentran la Capilla de las Reliquias y luego la gran Capilla Sixtina. Ésta fue construida en 1587 por Domenico Fontana y Carlo Maderno para el papa Sixto V. Está decorada con mármoles polícromos y alberga las tumba de Sixto V y de Pío V.
Una característica especial que merece ser recordada es que justo en esta capilla se conserva el primer ‘belén’ hecho con estatuas.
La reconstrucción de un “Pesebre” tiene su origen en el 432 cuando el Papa Sixto III (432/40) creó en la Basílica primitiva una “cueva de la Natividad” similar a la de Belén. A ella se trasladaron algunas  antiguas reliquias.
Nicolás IV en 1288 encargó a Arnolfo di Cambio una representación escultórica de la “Natividad”. Algunos elementos de la cueva y las estatuas fueron luego trasladados hasta la capilla llamada del Santísimo Sacramento o Sixtina. Por la presencia de estas reliquias de la cuna – pesebre la Basílica de Santa María Mayor tomó también el nombre de “Santa María ad Praesepe”.
Frente a la Capilla Sixtina se encuentra la tumba de Bernini y de su padre.


Capilla Bautismal







Monumento funerario a Clemente IX al entrar en una de las naves laterales de San María la Mayor.

Monumento funerario del papa Clemente IX (1671) por Carlo Rainaldi con el busto papal elaborado por Domenico Guidi.


Monumento a Clemente IX en Santa Maria Maggiore, de Carlo Rainaldi con estatuas de Domenico Guidi (el Papa), Cosimo Fancelli (la Fe) y Ercole Ferrata (la Caridad ).




Bajo el santuario de la Basílica de Santa María la Mayor está la cripta de Belén donde se encuentran enterradas figuras destacadas de la historia católica. Aquí se guarda la reliquia de una cuna que se cree utilizada en la natividad de Jesús. Aquí celebró su primera misa como sacerdote san Ignacio de Loyola el 25 de diciembre de 1538. Más tarde creó la Compañía de Jesús.
En la cripta de Belén está enterrado san Jerónimo, doctor de la iglesia, quien tradujo la Biblia al latín en el siglo IV (la Vulgata). El cuerpo del papa san Pío V fue enterrado aquí.

La Natividad (Santa María la Mayor, Roma) Mármol. Durante el pontificado de Teodoro I (642-649) se enviaron a Roma las reliquias de lo que se dice era el pesebre, que se encuentran en la Basílica de Santa María la Mayor. El papa Nicolás IV desarrolló entre 1288 y 1292 la idea de realizar un conjunto escultórico de la Natividad para arropar las reliquias.

Hoy día solo nos han llegado del conjunto realizado por Arnolfo di Cambio una serie de figuras que formaban parte del conjunto, las principales la Virgen y el Niño se perdieron siendo sustituidas por unas realizadas por Pier Paolo Olivieri en el siglo XVI, el conjunto arquitectónico también se perdió.




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