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viernes, 23 de noviembre de 2018

San Andrea delle Fratte. Santuario de Nuestra Señora del Milagro. Roma

Orden de los Mínimos. Es una orden religiosa católica fundada por el ermitaño san Francisco de Paula en el siglo XV. 

El nombre de "mínimos" hace referencia a la humildad de estos religiosos


La Virgen Inmaculada en Roma, el 20 de enero de 1842, se aparece al judío descreído Alphonse Ratisbonne, sobre el altar de la entonces Capilla de San Miguel de la iglesia de S.Andrea delle Fratte, con la inmediata conversión del citado Ratisbonne. 

Esta iglesia se encuentra cerca del Quirinal y de la Fontana de Trevi.


Advocación mariana modernamente celebrada en la Orden de los Mínimos. En el calendario litúrgico de la Orden está fijada la celebración de Nuestra Señora del Milagro el día 20 de enero, con carácter de Fiesta.

Ratisbonne fue bautizado, añadiendo a su nombre el de María, y después ingresó en la Compañía de Jesús, donde fue ordenado sacerdote. Unos años más tarde pasó a la Sociedad de Sacerdotes de Nuestra Señora de Sión que había fundado su hermano Théodore. 

El 3 de junio de 1842 Constantino Patrizi, Cardenal Vicario de Roma, emitió un Decreto declarando la veracidad del milagro obrado por Dios por intercesión de la Virgen en la conversión instantánea y completa de Alphonse Marie Ratisbonne. El altar de la aparición se convirtió pronto en un centro de atracción e irradiación mariana. Decorada la capilla con mármoles y estucos preciosos, se colocó en ella un cuadro de la Virgen pintado, según los detalles de la aparición, por Natale Carta. Fue coronada por el Cabildo Vaticano el 17 de enero de 1892. 

En 1868 fue aprobada la Pía Unión de Nuestra Señora del Milagro. Benedicto XV, en una audiencia privada al Corrector General de los Mínimos, calificó a la Iglesia de S. Andrea como "pequeño Lourdes de la Ciudad Eterna". 

En 1942, con ocasión del primer centenario de la aparición, se emprendió la renovación de la Capilla.




 San Francesco di Paola ai Monti. Orden de los Mínimos. 
Situado junto a la Iglesia de San Pietro in Vincoli, donde vemos el Moisés de Miguel Angel en la tumba del papa Julio II.


El origen de este Convento-Colegio se halla en la donación y herencia efectuada por el sacerdote Don Giovanni Pizzullo, canónigo de S.Lorenzo in Damaso, para que fuese erigido un templo a San Francisco de Paula y, junto a él, a favor de los mínimos, un colegio de estudios eclesiásticos para que en él estudiaran la teología estudiantes calabreses.

Pizzullo adquirió para ello en febrero de 1623 la Villa Cesarini situada entre las iglesias de S.Pietro in Vincoli y de la Madonna dei Monti, haciendo seguidamente donación de la nuda propiedad (se reservó el usufructo) a los mínimos. También para ellos se adquirió la iglesia de S.Mártires Sergio y Bacco. La nueva comunidad se constituyó con nueve religiosos con el P. Gian Battista de S.Ágata como Vicario Corrector. 

El 4 de diciembre de 1624 Urbano VIII con el motu proprio Inter coetera cordis nostri dispuso que el nuevo colegio fuera habitado exclusivamente por religiosos mínimos de la Calabria Citerior.

La iglesia no empezó a edificarse hasta 1631 y aun así tuvo que suspenderse la obra por falta de medios. Por fin, pudo terminarse en 1650, gracias a la ayuda de Olimpia Aldobrandini Pamphili, princesa de Rossano, quien tenía gran devoción por San Francisco de Paula. hacia 1665 se registra también la ayuda del virrey de Nápoles Pascual de Aragón para la realización del altar mayor ejecutado por Giovanni Antonio de Rossi. En esa época el convento estaba habitado por 39 religiosos. 

Los mínimos obtuvieron el privilegio del ius parrochiale que gozaban de la parroquia de los Santos Sergio y Bacco (que había sido traspasada a los monjes basilianos). San Francesco ai Monti fue parroquia hasta 1824. 

La biblioteca conventual estaba muy bien nutrida, ya que recibió donaciones diversas, entre ellas la de manuscritos y libros de leyes de Don Carlo Selvagio de Terranova y la de libros de medicina y ciencias de Pietro Moretti.

En este palacio convento destaca la llamada Torre de los Margani-Borgia- del siglo XIII. Vista desde la escalinata de san Pietro in Vincoli



El palacio era parte de un complejo que era propiedad de las poderosas familias Cesarini y Margani- estos con casa y torre en las inmediaciones de la colina de Capitolioen la calle y plaza Margani en la parroquia de Santa María de Aracoeli-  en el siglo XVII. 

A finales del siglo XV, en el palacio y el viñedo adjunta pasaron a manos de Vannozza Cattanei done vive Vannozza, la amante de Rodrigo Borgia, mejor conocido como el Papa Alejandro VI, y madre de sus cuatro hijos, Juan, César, Lucrecia y Godofredo.

En 1571, el palacio, que pasó a la familia Orsini -familia de los Medici-, fue vendido por Giordano Orsini a Jacopo Giorgio Cesarini. En 1622,  la propiedad fue adquirida por Fray Giovanni Pizzullo, que determina sus herederos los frailes mínimos de San Francisco de Paula , con la condición de que fundassem una escuela para estudiantes de Calabria orden y una iglesia dedicada a San Francisco de Paula.

La calle en la que se encuentra frente al edificio es la antigua sceleratus Vicus, vía del crimen-antes vicus Cuprius-, conectado a la historia oscura de la hija del rey Servio Tulio, Tulia Menor.

Servio Tulio (reinado c. 578 a. C.–c. 534 a. C. Fue el sexto rey de Roma, según la historia tradicional de la ciudad. Sucesor de Tarquinio Prisco se le atribuyen 44 años de reinado hasta que fue asesinado por su propia hija Tulia, en complicidad con su yerno Tarquinio el Soberbio, que ocupó el trono en su lugar.


Alejandro VI de madre desconocida y quizá más de una tuvo tres hijos: Pedro Luis, nacido hacia 1468 en Roma, primer duque de Gandía, Jerónima, nacida hacia 1470, reconocida como hija y generosamente dotada al contraer matrimonio con Gian Andrea Cesarini, noble romano, e Isabella Borja, casada con Pietro Matuzi, oficial de la curia.

Con Vannozza Cattanei:

Juan, duque de Gandía (1474–1497), casado con María Enríquez de Luna, con quien procreó a Juan II, segundo duque de Gandía, a su vez, padre de Francisco de Borja, tercer general de los jesuitas, cuya hija Isabel es bisabuela materna de la reina Luisa de Guzmán, esposa de Juan IV de Portugal, y ascendiente de toda la dinastía portuguesa de Braganza.
César (1475–1507), casado con Carlota de Albret, con quien tuvo una hija legítima llamada Luisa.
Lucrecia (1480–1519), casada, por este orden, con Giovanni Sforza (señor de Pésaro), Alfonso de Aragón, príncipe de Salerno y duque de Bisceglie, y Alfonso d'Este (príncipe de Ferrara). De los últimos dos matrimonios tuvo Lucrecia descendencia legítima; en el primer matrimonio fue madre de Rodrigo, Duque de Bisceglie, y en el segundo, de Hércules II e Hipólito II. A través de su segundo matrimonio, Lucrecia Borgia tiene también descendencia en muchas de las actuales familias reales europeas.
Godofredo Borgia (o Jofré Borja) (1481–1516), casado con Sancha de Aragón y Gazela, hermana de Alfonso de Aragón, esposo de Lucrecia, ambos hijos del rey Alfonso II de Nápoles.
Siendo cardenal tuvo relaciones íntimas con Giulia Farnese, casada con Orsino Orsini, pero no está acreditado que fuese padre de su hija, Laura Orsini, a la que, al contrario de lo que hizo con sus restantes hijos, no dio trato especial. Siendo ya papa tuvo otros dos hijos de madre desconocida: Juan de Borja, duque de Nepi, legitimado en 1501 primero como hijo de César Borja, y Rodrigo de Borja, nacido hacia 1503, abad de Ciciano di Nola tras ser dispensado de ilegitimidad por León X que lo decía «de romano pontifice genitus et soluta» (nacido de romano pontífice y de mujer no casada).





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