La Iglesia de San Frediano en Cestelo domina la plaza homónima, en el barrio de Oltrarno.
Es famosa por albergar una de las obras maestras del arte renacentista: la capilla Brancacci, decorada por Masaccio y Masolino finalizando las labores Filippino Lippi.
A veces se la llama la "Capilla Sixtina del primer
Renacimiento" por su ciclo de pinturas, que se encuentran entre las más
famosas e influyentes de la época.
La construcción de la capilla fue un encargo de Pietro
Brancacci y comenzó en 1386. Se construyó de acuerdo con las disposiciones
testamentarias de Pietro Brancacci.
El patrón de la decoración pictórica fue Felice Brancacci,
descendiente de Pietro y próspero mercader en sedas.
La iglesia y el convento del Carmen, fundados poco después de promediar el siglo XIII por un grupo de monjes carmelitas llegados de Pisa, se cuentan entre los monumentos más antiguos de Florencia; se trata del primero de los grandes complejos levantados por las órdenes mendicantes en la ciudad. Las salas más antiguas del convento son las que rodean el claustro actual, reconstruido durante el siglo XVII; en particular, el antiguo capítulo que da al pórtico y la sala del refectorio decorada en 1581 por Alessandro Allori.
De este monumental complejo forma parte la Capilla Brancacci (se entra por un costado de la iglesia), famosa en todo el mundo por el ciclo de frescos que ilustran la vida de San Pedro, obra maestra de Masaccio y Masolino, ejecutados entre 1425 y 1427; las pinturas quedaron inconclusas y fueron terminadas por Filippino Lippi entre 1481 y 1482.
En la Sala della Colonna, que es parte de los edificios del convento, han sido reunidos varios frescos arrancados y sinopias procedentes del convento mismo y de la iglesia, entre los que destacan dos frescos del inicio de la carrera de Filippo Lippi, los frescos de Gherardo Starnina procedentes de la demolida capilla de San Jerónimo y dos sinopias atribuidas a Masaccio y Masolino halladas en la capilla Brancacci.
Calle florentina del Barrio del Carmen
Puerta de la Iglesia del Carmen y a su derecha entrada a la Capilla Brancacci.
La iglesia surge en 1268 como parte de un convento carmelita
aún existente. De esa época quedan visibles algunos restos románico-góticos. El
complejo fue ampliado en una primera ocasión en 1328 cuando el gobierno de la
ciudad concedió a los frailes el uso de unos terrenos anexos, y posteriormente
en 1464 con el añadido de la sala capitular y el refectorio. Los trabajos
finalizaron en 1476, quedando finalmente establecida la estructura de planta de
cruz latina con una única nave.
En 1771 fue víctima de un incendio que destruyó casi por
completo su interior, salvándose milagrosamente la capilla Brancacci.
La fachada permanece inconclusa, como el de otras muchas
iglesias florentinas. El incendio no afectó tampoco a la antigua sacristía, que
aún conserva la pintura Las Historias de Santa Cecilia, atribuida a Lippo
D'Andrea (alrededor de 1400). También se salvó el monumento fúnebre de Pier
Soderini, obra de Bendetto da Rovezzano, situado en el interior del coro, junto
al altar mayor. Soderiri fue gonfaloniere vitalicio en 1502
La familia Corsini, una de las más ricas de la ciudad en el
siglo XVIII, mandó edificar una capilla dedicada a un santo de su familia, San
Andrea Corsini (1301-1374), canonizado en 1629. Se llamó al arquitecto Pier
Francesco Silvani que eligió el estilo barroco, de moda entonces en Roma,
realizando una de las mejores muestras de ese estilo que quedan en la ciudad de
Florencia. Luca Giordano se encargó en 1682 de decorar al fresco la cúpula de
la capilla con escenas de La Gloria de San Andrea Corsini.
El amplio complejo fue objeto también de numerosas
destrucciones, incendios, reconstrucciones, bombardeos, sufriendo incluso una
inundación en 1966. No obstante conserva en su interior numerosas obras de
arte, sobre todo frescos, destacando entre ellos El otorgamiento de la Regla
del Carmelo, obra de Filippo Lippi, y el cenáculo, realizado por Alessandro
Allori. Hay también numerosos fragmentos de frescos provenientes de las
capillas de la antigua iglesia, atribuidos, entre otros, a Pietro Nelli. El
refectorio está decorado con la obra a cena en casa de Simón, obra de Juan
Bautista Vanni (alrededor de 1645).
El convento es visitable, al igual que la capilla Brancacci,
a la que se accede por un lateral del mismo, no pudiéndose acceder a ella desde
la misma iglesia.
Siguiendo nuestro paseo por esta parte de Florencia, más tranquila y sosegada, llegamos a la Plaza del Cestello, ya junto al rio Arno.
Muy cerca de la Iglesia del Carmine la Plaza del Cestello, junto al río Arno.
Preside la Plaza la iglesia de SAN FREDIANO IN CESTELLO.
Esta iglesia barroca es una de las más importantes del
barrio de “Oltrarno”.
El edificio actual fue construido entre 1680 y 1689, sobre
el antiguo monasterio de Santa María de los Ángeles.
En el monasterio, al
principio, residían las monjas carmelitanas, después pasó a los monjes
cistercienses, de los que tomó el nombre de Cestello.
La cúpula, terminada en 1689 por Antonio Maria Ferri, está
decorada completamente con frescos con escenas de la Gloria de la Magdalena y
de la Virtud de Antonio Domenico Gabbiani.
En la plaza con el mismo nombre, está el seminario mayor,
cuya biblioteca conserva el Código Rustici, con las preciosas imágenes y
noticias de todas las iglesias florentinas.
Es un códice del orfebre florentino Marco de Bartolomeo Rustici del siglo XV
Es un códice del orfebre florentino Marco de Bartolomeo Rustici del siglo XV
Santa Maria de 'Servi. Basílica de la Santissima Annunziata. Codice Rustici
Badia Florentina
Puente Americo Vespucci. Dirigiendonos al centro de Flotencia el siguiente puente es el Puente Carraira, seguido del puente de la Trinita y tras el puente Vecchio
Con una anchura máxima de 22,50 metros, una altura de 9,50 y sus tres vanos, cada uno de 54,30 metros de luz, el puente se caracteriza por sus líneas simples, que le dan la apariencia de una cinta estirada desde una de orilla a la otra, con una idea parecida más al diseño de una carretera que a la de los arcos tradicionales de un puente.
El Barrio de Porta al Patro, frente a Oltrarno, donde se encuentra la Basílica de Santa María Novella y la de San Lorenzo.
Porta al Prato es una de las puertas más antiguas de la ciudad y se remonta a 1285 , año en que comenzó el sexto círculo de murallas .
La puerta toma su nombre del patio delantero llamado Il Prato , o piazzale della Porta al Prato, no por el hecho de que comienza una carretera que también conduce a Prato .
En la antigüedad esta área servia para el mercado semanal de ganado.
Vista del Puente Carraria y de las torres de la Signoria y del Museo de Bargello desde Oltrarno
Barrrio de Oltrarno
Como indica el nombre, esta zona de Florencia es la que está en el otro lado del río Arno. Es particular por sus casas pequeñas, ya que era la zona popular de la ciudad hasta 1550, cuando la familia de los Médicis decidió mudarse allí. Por esto, entre las pobres y estrechas calles populares, destaca calle Maggio, con muchos e imponentes palacios del siglo XVI, cerca de Palazzo Pitti. Éste último fue construido en 1457 por el banquero Pitti, pero el imponente aspecto actual se lo dieron los Médicis, que lo reestructuraron para convertirlo en su residencia. Quizás, la austera y enorme fachada, fue proyectada por Brunelleschi, el resto del edificio, al haber sido desde el siglo XV la residencia de todos los gobernantes de Toscana, ha sido muy ampliado y modificado, por ejemplo las alas laterales fueron comisionadas por los Lorena.
En la zona de “Oltrarno” también hay dos maravillosos edificios religiosos. El primero es la Iglesia de Santo Spirito, proyectada por Brunelleschi en 1435 y cuya característica es la fascinante fachada del siglo XV sin terminar. El segundo es la Iglesia de Santa Maria del Carmine, importante artísticamente sobre todo por los conmovedores frescos de la Capilla “Brancacci”. Éstos fueron comisionados por el mercader florentino Felice Brancacci al pintor Masolino, que los hizo junto a su alumno Masaccio. Se merece una atención especial la “Expulsión del Paraíso Terrestre”, obra en la que Masaccio muesta, con un estilo sencillo, toda su habilidad para expresar la tragedia de ese momento. La capilla fue, en el Renacimiento, motivo de estudio para todos los artistas, entre ellos Leonardo y Miguel Ángel.
En este barrio de Florencia, muy cerca del palacio Pitti, también se encuentre la iglesia del Santo Spirito en la Plaza de su mismo nombre
La plaza, dominada por la iglesia del mismo nombre, es una de las zonas más vivas de la ciudad. Todas las mañanas, hay un mercado de frutas, verduras y ropa, mientras que los fines de semana hay mercados especiales muy grandes. Por la noche, la plaza es un lugar donde los jóvenes florentinos quedan, ya que, en la zona, hay, además de muchos talleres de artistas y artesanos, muchos restaurantes y locales nocturnos.
Al principio, en la plaza se reunían las multitudes que asistían a las predicaciones de los monjes agustinianos, a los que pertenecía la iglesia de Santo Spirito. A causa del gran número de fieles, el Ayuntamiento, a finales del siglo XIII, tuvo que comprar y derrumbar los edificios de alrededor de la plaza para ampliarla. Por esto, Santo Spirito fue, por mucho tiempo, la plaza más grande de Florencia.
Este edificio religioso tuvo un papel fundamental en la historia de la ciudad, ya que prestó su nombre a todo el barrio de “Oltrarno”. Sobre el año 1269, los monjes agustinos construyeron en la zona, donde hoy está “Santo Spirito”, un convento y una pequeña iglesia, enfrente de ésta se reunían los florentinos para escuchas las predicaciones de los monjes. Sobre los restos de este convento agustiniano, que un incendio destruyó, se edificó la basílica actual. Lo que caracteriza a la Iglesia de Santo Spirito, considerada la última obra maestra de Brunelleschi, es la sencillez y elegancia de su fachada. Las obras empezaron en 1446. Dos años después, tras la muerte del gran arquitecto, sus alumnos se ocuparon del trabajó, pero no comprendieron bien el proyecto original y, por esto, realizaron sólo una parte. La fachada que mira hacia el Arno, se quedó si terminar. A la izquierda de la iglesia, está la entrada al cenáculo, donde se encuentra el Museo de la Fundación Romano.
El interior de la construcción es uno de los mejores ejemplos de la Arquitectura del Renacimiento.
La
actual iglesia fue construida sobre las ruinas de un convento agustino del
siglo XIII y que en 1371 fue destruido por un incendio. Filippo Brunelleschi
comenzó los diseños del nuevo edificio a principios de 1444. Después de su
muerte en 1446, el trabajo fue continuado por sus seguidores Antonio Manetti,
Giovanni da Gaiole, y Salvi d'Andrea; el último fue también responsable de la
construcción de la cúpula.
La
fachada de Brunelleschi nunca fue realizada y se dejó en blanco.
El año 1489 se
construyó una sacristía a la izquierda del edificio y se abrió una puerta en
una capilla para hacer la conexión a la iglesia.
Miguel
Ángel fue huésped del convento cuando tenía diecisiete años de edad, después de
la muerte de Lorenzo de Médici el Magnifico, su protector. Aquí pudo hacer
estudios anatómicos de los cadáveres provenientes del hospital del convento; a
cambio de esto, esculpió un crucifijo de madera, que fue colocado sobre el
altar mayor. Actualmente se encuentra ubicado en la sacristía.
Miguel
trabaja en Roma, Basílica de San Pedro,
y en Florencia, Sacristía Nueva de la Basílica de San Lorenzo, para el Papa León X segundo hijo varón de Lorenzo el Magnífico y de Clarice
Orsini y para el papa Clemente VII, hijo natural de
Juliano de Médicis y primo hermano por tanto de León X.
Vista de Florencia, según un grabado del Liber chronicarum (1493), en los primeros años de Miguel Ángel.
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