La biblioteca de Éfeso fue erigida por el cónsul Gayo Julio Aqulla en honor de su padre. Tiberio Julio Celso Polemeano, en la segunda década del siglo II d.C..En 1863 un arqueólogo británico, llamado John Turtle Wood, que se encontraba trabajando en la construcción de una red ferroviaria en Turquía, abandonó su trabajo para dedicarse, con tesón y entusiasmo, a realizar excavaciones en la abandonada ciudad de Éfeso en busca del Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Sus prospecciones se alargaron durante seis años, a lo largo de los cuales Wood dudó si sería posible encontrarlo algún día, hasta que, una mañana del mes de mayo de 1869, encontró la que cerraba el recinto sagrado del Templo. Poco tiempo después, el doctor Schliemann, que había visitado a Wood unos meses antes, encontraba la mítica ciudad de Troya. La labor de Wood ha llegado hasta hoy en día: abrió el camino a las excavaciones en Éfeso, una ciudad que había permanecido cerca quinientos años desierta. La ciudad fue fundada por los griegos entre siglos X y IX a.C, alcanzando su apogeo entre los siglos II a.C. y III d.C,periodo en el cual fue la ciudad más populosa de Asia Menor y una de las más importantes del Imperio Romano. La decadencia del Imperio, las primeras invasiones de los pueblos situados más allá limes oriental, la desintegración del viejo orden social y la aparición del cristianismo contribuyeron al declive de Éfeso.
La Biblioteca tampoco sobrevivió a los avatares históricos. De hecho, la reconstrucción efectuada en la década de los 70 es la que nos permite conocer, con bastante seguridad, el aspecto que tendría el edificio en el siglo II d.C. La biblioteca, construida aproximadamente entre los años 114 y 120 d.C, fue erigida, como rezan dos inscripciones, por Gayo Julio Aquila Polemeano, cónsul en el año 110 d.C, en honor a su padre, el insigne Tiberio Julio Celso Polemeano, procónsul de Asia entre los años 106 y 107 d.C. La construcción fue sufragada por Julio Aquila mediante una do nación de 25.000 denarios, una cifra magnífica, pero que se podía permitir dada su inmensa fortuna, y fue posteriormente continuada por su hijo, el nieto de Celso. No cabe duda de que la belleza del edificio asombró a los efesios y a los visitantes de la ciudad. Fue construida encerrada entre otros edificios, de modo que solo la fachada era importante al exterior, y se accedía a ella por una pequeña plaza cubierta de losas de mármol, a la que se llegaba a través de la Avenida de los Curetos, una de las vías principales de la ciudad, o desde el Agora, cruzando la Puerta de Mazaeus y Mitrídates. Desde la pequeña plaza, la biblioteca se mostraba con todo su esplendor: nueve escalones de mármol, flanqueados por dos estatuas, daban paso a una monumental fachada, decorada ricamente.
Una vez en el interior, la única sala de la biblioteca tenía 16 metros de altura y estaba cubierta, posiblemente, por un techo de madera, mientras que el suelo estaba completamente cubierto de mármol de variados colores. La capacidad de la biblioteca era de unos 12.000 volúmenes que la convierte en una de las más grandes de la época. Una cámara abovedada de pequeñas dimensiones acogía un bello sarcófago de mármol blanco, sin duda el de Tiberio Julio Celso Polemeano. Esta cámara fue descubierta en 1904. El sarcófago, todavía intacto, escapó milagrosamente a la destrucción del edificio, en el siglo IV ó v d.C. Si parece seguro que la biblioteca se mantuvo en funcionamiento hasta el año 262 d.C, año en el que se produjo la incursión de los godos en Éfeso. Aunque no se puede afirmar con absoluta certeza, parece ser que
la biblioteca fue incendiada en dicho ataque, aunque el muro frontal no fue destruido totalmente. El hecho de que aún fuera utilizada parece probado porque fue restaurada después del desastre, y una hermosa fuente fue construida delante de la fachada. Las restauraciones fueron completadas alrededor del siglo IV. No obstante, la destrucción del edificio debió producirse entre este siglo y el siguiente, seguramente incendiado. Como ocurrió con el templo de Artemisa,
fue despojado de lo que tenía de valor, además de que parte de los materiales del edificio fueron reutilizados en la construcción de otros nuevos.
Una vez en el interior, la única sala de la biblioteca tenía 16 metros de altura y estaba cubierta, posiblemente, por un techo de madera, mientras que el suelo estaba completamente cubierto de mármol de variados colores. La capacidad de la biblioteca era de unos 12.000 volúmenes que la convierte en una de las más grandes de la época. Una cámara abovedada de pequeñas dimensiones acogía un bello sarcófago de mármol blanco, sin duda el de Tiberio Julio Celso Polemeano. Esta cámara fue descubierta en 1904. El sarcófago, todavía intacto, escapó milagrosamente a la destrucción del edificio, en el siglo IV ó v d.C. Si parece seguro que la biblioteca se mantuvo en funcionamiento hasta el año 262 d.C, año en el que se produjo la incursión de los godos en Éfeso. Aunque no se puede afirmar con absoluta certeza, parece ser que
la biblioteca fue incendiada en dicho ataque, aunque el muro frontal no fue destruido totalmente. El hecho de que aún fuera utilizada parece probado porque fue restaurada después del desastre, y una hermosa fuente fue construida delante de la fachada. Las restauraciones fueron completadas alrededor del siglo IV. No obstante, la destrucción del edificio debió producirse entre este siglo y el siguiente, seguramente incendiado. Como ocurrió con el templo de Artemisa,
fue despojado de lo que tenía de valor, además de que parte de los materiales del edificio fueron reutilizados en la construcción de otros nuevos.
Es necesario mencionar la monumental labor realizada por el Austrian Archaeological Instituto y sus investigadores en la reconstrucción de la biblioteca de Éfeso, desde que en 1903 comenzaron las excavaciones arqueológicas en el edificio. Cuando los investigadores austríacos iniciaron los estudios en la biblioteca de Celso, su estado podría calificarse de ruinoso, pues apenas tenía los cimientos. Sin embargo, a mediados de siglo, y gracias a las aportaciones de varios investigadores y al excelente trabajo de W. Wilberg, creador de una larga colección de dibujos sobre la reconstrucción de la biblioteca, se empezó a conocer mucfio mejor el aspecto que ésta habría tenido en el siglo II. Basándose en esos estudios, en el otoño de 1970 se iniciaron los trabajos de reconstrucción de la fachada, un ambicioso proyecto que no obstante el Austrian Archaeological Instituto pudo llevar a cabo, a través de un equipo de investigadores austriacos y alemanes, dirigidos por el arqueólogo V.M.Strocka y el arquitecto-restaurador F. Weber. Finalmente, los trabajos de reconstrucción se dieron por concluidos en el año 1978, después de una ingente labor. EN LA PAZA DE LOS HÉROES DE VIENA SE ENCUENTRA EL MUSEO DE EFESO , QUE OCUPA DEPENDENCIAS DE LA PARTE MÁS NUEVA DEL PALACIO IMPERIAL DE HOFBURG.
Gracias por tu trabajo. Enlazo tu página para complementar la información de "la foto de la quincena" publicada en www.elrincondelosfamosos.com
ResponderEliminar