Encargada en 1132 por Rogelio II de Sicilia como reemplazo
de la capilla anterior (actualmente la cripta) construida alrededor de 1080.
Su
edificación demoró ocho años y otros más para su decoración con mosaicos y
obras de arte.
El santuario, dedicado a san Pedro, posee una cúpula de
basílica.
Tiene tres ábsides, usual en la arquitectura bizantina, y seis arcos
ojivales (tres en cada lado de la nave central), que descansan sobre columnas
clásicas recicladas.
En julio de 2015, el conjunto «Palermo árabe-normando y las
catedrales de Cefalú y Monreale» fue incluido en la lista del patrimonio de la
Humanidad por la Unesco
Cerca del Palacio de los Normandos se encuentra la iglesia de San Juan de los Eremitas
Los orígenes de la iglesia se remontan al siglo VI.
Más
tarde, después de la conquista islámica de Sicilia, fue convertida en mezquita;
y con la llegada de los normandos y su establecimiento en sur de Italia, fue
devuelta a los católicos por Rogelio II de Sicilia, quien alrededor de 1136 la
encomendó a los monjes benedictinos de Monte Vergine.
Modificada continuamente
durante los siglos posteriores, se le realizó una restauración en 1880, con el
fin de recuperar su apariencia medieval.
De entre todos sus elementos arquitectónicos sobresalen sus
brillantes cúpulas rojas, en las que se evidencia la permanencia de la cultura
árabe en la isla en la época de su reconstrucción, en el siglo XII.
Su
campanario, en cambio, presenta características de la arquitectura gótica.
La
iglesia tiene una planta con forma de cruz latina, de tres naves y tres
ábsides; y cada cuadrilátero posee sobre sí una cúpula, además, el presbiterio,
que termina en un nicho, también tiene cúpula.
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