Auxiliado por los Alcaldes entregadores, su tarea consistía fundamentalmente en inspeccionar en nombre del monarca el buen funcionamiento de la Mesta, si bien, podían actuar como jueces, ostentando jurisdicción civil e incluso penal.
El alcalde entregador obtenía un tercio de las multas
relativas a la actividad ganadera, podía arrendar multitud de tierras vinculadas
a la actividad ganadera.
Determinadas veredas las subarrendaba a algunos de los
cientos de oficiales que tenía a su servicio, quienes de este modo se empleaban
a fondo en guardar las vías pecuarias, garantizando además el beneficioso cobro
de las sanciones.
El alcalde entregador salía de la junta con instrucciones concretas de sus funciones.
Estos oficiales tenían jurisdicción civil y penal, les correspondía la restitución o entrega de los ganados mostrencos al Concejo de la Mesta cuando alguien se los apropiaba y, asimismo, las de las exacciones injustamente impuestas a los ganaderos, procediendo contra los responsables e imponiendo penas a los infractores de los privilegios de la Mesta.
El miembro más importante de estos alcaldes era el alcalde mayor entregador, que durante mucho tiempo y varias generaciones, fue ostentado por el conde de Buendía.
Garcí Álvarez de Toledo, Alcalde Entregador Mayor de las Cañadas y Mestas de los reinos de Castilla y León.
Hijo mayor de Fernando I Álvarez de Toledo y Meneses y de Leonor de Ayala, señora de Torrejon de Velasco.
Fernando Álvarez de Toledo el Tuerto, conocido también como Hernando Álvarez de Toledo o Fernán Álvarez de Toledo o bien Fernando Álvarez de Toledo y Meneses (n. ca. 1310 – Lisboa, 1384 ) pasó a ser el segundo señor de Valdecorneja y Robledo. Era hijo de García Álvarez de Toledo, alcalde mayor de Toledo.
Fernando Álvarez de Toledo y Meneses era hijo de García Álvarez de Toledo, alcalde mayor de Toledo, y de su esposa Mencía Téllez de Meneses.
Tuvo cuatro hermanos: Juan Álvarez de Toledo, probablemente el mayor de los hermanos, aún vivía en 1335 pero debió fallecer antes que su padre, Gutierre Gómez de Toledo, obispo de Palencia, cardenal y canciller de la reina Juana Manuel; García Álvarez de Toledo, (m. Ciudad Rodrigo, 1370), maestre de la Orden de Santiago, mayordomo mayor de la reina consorte de Castilla, Juana Manuel de Villena y del infante Alfonso de Castilla —hijo del rey Pedro I de Castilla— y I señor de Oropesa, Valdecorneja, Piedrahíta y La Horcajada y Teresa García, monja en el monasterio de Santo Domingo el Real de Toledo.
Fernando Álvarez de Toledo y Meneses fue el II señor de las villas de Valdecorneja y Robledo por suceder a su hermano García además de ser mariscal de Castilla, mayordomo mayor de la reina Juana Manuel de Villena en 1381, cargo que también sucedió a dicho hermano, también fue notario mayor de los reinos de León y Toledo, caudillo mayor de los escuderos del Cuerpo del Rey, y alguacil mayor de Toledo.
El II señor de Valdecorneja, falleció en 1384 como consecuencia de la peste durante el cerco de Lisboa.
Fernando contrajo matrimonio en 1366 con Leonor de Ayala, señora de Torrejón de Velasco, hija de Fernán Pérez de Ayala, señor de la Casa de Ayala, y de Elvira de Ceballos,
Fueron padres de:
García Álvarez de Toledo y Ayala, fallecido en 1430, fue el tercer señor de Valdecorneja. Contrajo matrimonio con Constanza Sarmiento, hija de Pedro Ruiz Sarmiento y Juana de Guzmán. El hijo de este matrimonio, Fernando Álvarez de Toledo y Sarmiento fue el primer conde de Alba de Tormes.
Gutierre de Toledo y Ayala, arcediano de Guadalajara, obispo de Palencia, arzobispo de Sevilla, arzobispo de Toledo (junio de 1442), canciller mayor de la reina Leonor y primer señor de Alba de Tormes en 1430 por merced del rey Juan II de Castilla.
Juan Álvarez de Toledo y Ayala, falleció joven sin descendencia.
Fernán Álvarez de Toledo y Ayala. Heredó el señorío de Higares de su padre y se casó con Teresa de Ayala, hija de Pedro Suárez de Toledo y de Juana Meléndez de Orozco.
Leonor de Toledo y Ayala. No tuvo sucesión de ninguno de sus dos matrimonios; el primero con Ruy Díaz de Rojas, señor de Bellota, y el segundo con Rubín de Bracamonte, almirante de Francia. Leonor otorgó testamento en Toledo el 2 de julio de 1438; y
María de Toledo y Ayala, esposa de Diego Fernández de Quiñones, hijo de Diego Fernández Vigil de Aller y de Leonor Suárez de Quiñones.
En
1405, Alfonso Martínez de Carrión, vecino de Albacete es Alcalde Entregador de las Mestas en el
obispado de Cartagena por Garcí Álvarez de Toledo, Alcalde Entregador Mayor de
las Cañadas y Mestas de los reinos de Castilla y León -Hijo mayor de Fernando I Álvarez de Toledo y de Leonor
de Ayala-.
Gómez
Carrillo, primo de los señores de Priego en Cuenca y de los señores de Cotillas
en Murcia, es Alcalde Mayor de las Mestas ya en 1406. Su nieto y de su mismo nombre y ya de apellido Albornoz
y Mendoza, hijo de su hijo Alvaro, lo es en 1412 con apenas un año de edad.
PEDRO
CARRILLO. Señor de Nogales, Alcalde Mayor de los Hijosdalgo de Castilla,
Caballero de la Banda; se halló en 1338 en la defensa de Tarifa, siguió el
partido del Conde de Trastámara; fallecido ejecutado por orden de Enrique II,
bajo sospecha de mantener relaciones amorosas con Juana de Castilla, hermana
del Monarca. Casó con SANCHA DE CASTAÑEDA. Padres de:
GÓMEZ
CARRILLO. Señor de Ocentejo y Paredes, Alcalde Mayor de los Hijosdalgo de
Castilla, Ayo del futuro Rey Juan II. Casó (~1360) con:
1.-
Álvaro Carrillo de Albornoz, sigue
la línea.
2.-
Alonso Carrillo de Albornoz, Cardenal de San Eustaquio, Obispo de Sigüenza.
3.-
María Carrillo de Albornoz, casó con Martín Ruiz de Alarcón, IV Señor de
Valverde. C/s. (Condes de Valverde y Marqueses de Valle Siciliana)
En
virtud de un diploma fechado en Valladolid el 1 de agosto de 1412, el rey Juan
II había concedido a este personaje el oficio de Alcalde Mayor de las Mestas.
En realidad, el nombramiento constituía un concierto entre la reina Catalina de
Lancaster y los parientes de Carrillo, pues tanto éste como el monarca eran
niños (Juan II tenía siete años y Gómez apenas uno). La entrega de la alcaldía
de la Mesta se debe a que quien la ejerce en ese momento, Ruy Gutiérrez.
La
imposibilidad de ejercer la Alcaldía por Gomez Carrillo hace que en 1417 se
transfiriera a su tío paterno político y procurador Lope Vázquez de Acuña, I señor de Buendía y Azañón- casado
con una tía de Gomez Carrillo llamada Teres Carrillo de Albornoz- que será
quien controle la Mesta en Castilla, y lo hará de manera muy directa en las
relativas a la cañada conquense, cuyo principal ramal se vertebraba hacia
Murcia por las tierras de la Mancha oriental. Otro tutor del huérfano Gómez
Carrillo fue su tío materno, el célebre político y literato Íñigo López de
Mendoza, al menos en 1428, año en que Juan II lo habilita para ejercer como
Alcalde Entregador Mayor de las Mestas (Valladolid, 22-junio-1428). Días
después, el marqués de Santillana otorgaba poder a Pedro Ruiz de Gaona para
desempeñar la citada Alcaldía Mayor de forma delegada, y éste a su vez
facultaba como apoderado en el obispado de Cartagena al bachiller Juan de
Altarriba.
Gómez
Carrillo de Albornoz y Mendoza el Feo sucedió en su casa y fue Señor de
Ocentejo, Paredes, Cañamares, Llanos y otros lugares; Alcalde Mayor de los
Hijosdalgo de Castilla, Maestresala de los Reyes Don Juan II (de quien fue Ayo)
y Don Enrique IV y de su Consejo, Alcalde Entregador Mayor de las Mestas y
Cañadas. También fue décimo Señor de Albornoz, Torralba, Beteta y Ribagorda;
Mayorazgos que obtuvo al fallecer su prima segunda María de Albornoz, Señora de
Albornoz y del Infantado, porque el Condestable Alvaro de Luna, también primo
segundo suyo, conviniera en cederle dichos lugares, reteniendo sólo él el
Estado del Infantado, ya porque por la muerte o confiscación de los bienes de
dicho Condestable, se los adjudicara el Rey en atención a sus derechos. Por esta causa añadió el
apellido Albornoz al de Carrillo, usándolos ya juntos en 1442. Falleció en
1457. Fue casado este caballero con Teresa Alvarez de
Toledo (hija de Fernán Alvarez de Toledo, primer Conde de Alba, y de
su mujer María Carrillo, y hermana, por lo tanto, de García Alvarez de Toledo,
primer Duque de Alba), y tuvieron los siguientes hijos:
1.- Juan de Albornoz, con descendencia conocida.
2.- Pedro Carrillo de Albornoz, con descendencia conocida.
3.- Álvaro Carrillo, Señor de Paredes, que sigue esta línea.
4.- Íñigo López Carrillo de Albornoz y Mendoza, con descendencia conocida.
5.- Micer Gómez Carrillo, hijo natural, Canónigo de la Catedral de Cuenca.
6.- Alonso Carrillo de Albornoz, Canónigo de la Catedral de Toledo y Obispo
de Avila hasta el 14 de Junio de 1514, en que pasó a mejor vida. Yace en el
primer arco a mano izquierda en la capilla del Cardenal Gil en la Catedral de
Toledo, donde tiene epitafio.
7.- Leonor Carrillo, que casó con Diego de Alarcón, Señor de Valverde,
Talayuelas, Veguillas, etc.; Doncel del Rey Don Enrique IV, primogénito de Lope
de Alarcón y de su mujer Constanza. No tuvieron sucesión.
Una vez alcanzada la
edad pertinente, Gómez Carrillo el Feo desempeñó la Alcaldía Mayor de Mestas
hasta 1454, en que la cedió para que Juan II la otorgase en diciembre de ese
año a Pedro Vázquez de Acuña Carrillo de Albornoz, primer conde de Buendía y primo
hermano de Gomez Carrillo de Albornoz y Mendoza como hijo de Teresa Carrillo de
Albornoz hermana del Álvaro Carrillo de Albornoz padre de Gómez Carrillo el Feo con Teresa de la Vega, hermana
del marqués del Santillana.
Con sólo siete años,
Gómez Carrillo recibió también el título de Alcalde Mayor de los Hijosdalgo de
Castilla, oficio que habían ostentado sus antepasados por línea masculina.
Hijo de Álvaro Carrillo
de Albornoz y de Teresa de la Vega, Gómez Carrillo de Albornoz, era “llamado el Feo por auerlo sido en el
rostro, pero hermoso en las obras y caualleria”.
En 1440 su prima
segunda María de Albornoz, fallecía sin descendencia y le legaba su señorío de
Beteta y Torralba. Tal vez en prueba de gratitud, fue desde esa época cuando
Gómez comenzó a apellidarse Carrillo de Albornoz, como nos cuenta Salazar. Sin
embargo, Cuenca exigió la restitución de estas villas y su jurisdicción a su
término. También el infante Enrique de Aragón, viudo de María de Albornoz,
quiso controlar las tierras que ella dejaba asi como tambien quería hacerse con
ellas otro pariente que no era otro que el condestable Álvaro de Luna. Asimismo,
Gómez el Feo había obtenido Ocentejo, y, algo más al sur, Paredes, Llanos y la mitad de Cañamares, gracias a la herencia obtenida de su tío el cardenal Alonso Carrillo de Albornoz.
Poco a poco Gómez iba
convirtiéndose en un poderoso señor, a lo que había que añadir los abundantes
señoríos aportados por su esposa Teresa de Toledo al matrimonio.
No confundir a Gomez
Carrillo de Albornoz el Feo con su primo hermano paterno llamado Gomez Carrillo
de Albornoz y Acuña que hacia fines de
1435 estaba casaba con María de Castilla, señora de Mandañoda, joven dama del
círculo de su prima la reina María de Castilla-reina de Aragón e hija de Juan II de Castilla- y nieta
del rey Pedro I. Hija de Diego de
Castilla y Sandoval, hijo de Pedro I de Castilla y de Isabel de Sandoval, y de Isabel
de Salazar. Fue señor de Ontur y Albatana –Albacete- y participa en 1431 en la batalla de la Higueruela.
La batalla de La
Higueruela tuvo lugar el 1 de julio de 1431 en las inmediaciones de la Medina
Elvira, situada en la Sierra Elvira1 término municipal de Atarfe, en la
provincia de Granada (España). Fue tal el desastre que se produjo que
únicamente quedó en pie una pequeña higuera que dio nombre a la batalla,
también conocida por II batalla de Elvira.
De forma errónea
durante largo tiempo se ha señalado también la localidad jiennense de Higuera
de Calatrava como lugar de la batalla. Si bien se trata de un error
historiográfico presente en la edición corregida de la Población General de
España, sus Reynos y provincias, ciudades, villas y pueblos, islas adjacentes,
y presidios de África de Juan de Estrada. Hoy por fin aclarado.
Combate entre las
tropas castellanas del rey Juan II de Castilla, dirigidas por el Condestable D.
Álvaro de Luna, y las granadinas nazaríes. La presencia del rey resolvió el
inicial desorden en el que incurrieron las tropas cristianas, que salieron
victoriosas y provocaron más de diez mil bajas a las huestes musulmanas y
judías.
La batalla supuso la
más importante victoria que las tropas castellanas consiguieron frente al reino
de Granada en el reinado de Juan II, por cuanto se consiguió en esta zona
fronteriza. Así lo magnificó la monarquía, consiguiendo, incluso, que el papado
autorizase la celebración de fiestas religiosas cada 1 de julio en toda la
Castilla para conmemorarlo. Sin embargo, la desunión interna, así como el hecho
de que posiblemente no hubiese una idea de conquista, impidió que se
aprovechase la ocasión y se tomase Granada. Ésta, además, se encontraba más
desprotegida puesto que un terremoto, que sacudió toda la provincia, destruyó
parte de los muros de la ciudad.
Poco después de la
batalla las tropas castellanas iniciaban su retirada hacia Castilla. El rey fue
recibido victorioso en Córdoba y, sobre todo, en Toledo, donde se llevaron a
cabo grandes ceremonias y celebraciones.
En las décadas
siguientes, los enfrentamientos internos, que han recibido el nombre de Guerra
Civil Castellana hicieron imposible reanudar operaciones militares significativas,
hasta la definitiva conquista en la Guerra de Granada (1482-1492), llevada a
cabo por los Reyes Católicos, contra Boabdil.
En los muros de la Sala
de batallas del Monasterio de El Escorial, Felipe II encargó realizar un fresco
representando la batalla, que es seguramente la pintura de historia más
extensa. Se utilizó como modelo una grisalla de 130 pies hallada en un viejo
arcón del Alcázar de Segovia.
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