Se localiza en el municipio de Quicena, en la provincia de
Huesca.
Actualmente aún se observa su silueta visible desde gran
parte de la comarca, distinguiéndose en ella la torre albarrana, la torre del
homenaje y parte del recinto amurallado.
El antaño sobrio pero majestuoso castillo continúa siendo un
mirador privilegiado de toda la Hoya de Huesca, de la sierra de Guara y del
imponente Salto de Roldán, todo esto enmarcado por el telón de fondo de los
Pirineos.
Actualmente, la Administración Central y la Asociación de
Amigos del Castillo de Montearagón buscan una utilidad para los restos de la
fortaleza, indispensable para que la rehabilitación del monumento que se está
llevando a cabo sea efectiva.
En este castillo
monacal fueron enterrados varios reyes aragoneses, como el fundador del
castillo Sancho Ramírez de Aragón muerto por una saeta a 4 de junio de 1094
durante el sitio de Huesca. En 1095 fue trasladado a San Juan de la Peña.
La Iglesia de San Pedro el Viejo de Huesca alberga desde hace siglo y medio el
sepulcro de Alfonso I de Aragón el Batallador, rey de Aragón y de Navarra,
muerto en septiembre de 1134 durante la batalla de Fraga, quien fue enterrado
inicialmente el mismo año en el monasterio de Jesús Nazareno de Montearagón.
Los restos del
Batallador no fueron conducidos hasta el Panteón Real del Monasterio de SanJuan de la Peña donde reposaban los restos de su hermano Pedro I de Aragón, su
padre Sancho Ramírez de Aragón y su abuelo Ramiro I de Aragón, el fundador de
la dinastía, hijo natural del rey navarro Sancho III el Mayor.
A resultas de las leyes desamortizadoras de los regímenes
del siglo XIX y el subsiguiente abandono de Montearagón, los restos del rey
fueron trasladados a Huesca en 1843.
El tercer sepulcro real fue del infante Fernando, hijo del
rey Alfonso II de Aragón y de Sancha de Castilla que había sido abad de
Montearagón y falleció hacia 1250. Junto a este, el de una infanta de pocos
años.
El castillo de Montearagón está ubicado en la cima de un
monte redondo y elevado llamado monte Aragón que dio nombre al castillo-abadía.
Fue concebido como un conjunto arquitectónico fortificado, compuesto de
castillo con viviendas militares intramuros y además albergó en su interior una
rica iglesia y monasterio real.
Fue fundado y construido por Sancho Ramírez de
Aragón en estilo románico, su residencia y lugar de cortes hasta su muerte,
acaecida en la toma de Huesca.
La abadía canónica bajo el nombre de abadía de
Jesús de Nazaret de Montearagón estuvo siempre bajo la regla de san Agustín y
con el patronazgo real fue uno de los monasterios más notables de la Edad
Media.
En el siglo XII ciento cuatro iglesias y villas estaban bajo su
jurisdicción.
Sus monjes tenían escaño en las cortes del reino de Aragón.
La función militar del castillo concluyó entre la toma de
Huesca y el fin de las guerras hispano-árabes en la península pero la del
abadiato continuó por cerca de 750 años.
Tras las campañas iniciales de su padre Ramiro I de Aragón,
desde el Condado de Aragón y Reino de Pamplona sobre la Taifa de Zaragoza, este
castillo-monasterio formará parte constituyente de los orígenes de la Casa Real
de Aragón.
También por designios del monarca, en sus aledaños se construyó la
villa de Montearagón que en su primer uso y función alojaba los ejércitos del
rey, situaba así Sancho I todo este baluarte cristiano cerca de Huesca, ahora
yace en ruinas.
Fue declarado Monumento Nacional en 1931.
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