https://www.auladade.com/wp-content/uploads/2020/07/Reyes-y-Mecenas-Clase-07-Real-Monasterio-Santa-Clara-Tordesillas-2.pdf
El monasterio de las clarisas de Tordesillas tiene su origen en un palacio levantado por Alfonso XI de Castilla para recordar la batalla del río Salado (1340), en cuyo lugar residió Leonor de Guzmán (1310-1351), amante del rey, y una vez ésta murió, pasó a manos de la reina viuda María de Portugal (1313-1357), finalmente fue propiedad de María de Padilla († 1361), amante de Pedro I el Cruel (1334-1369).
En 1362, Pedro I dejó el palacio a las clarisas en testamento, con el fin de establecer un nuevo monasterio de aquella orden. El convento fue fundado por la infanta Beatriz de Castilla en 1363 con el visto bueno real y una bula papal que lo autorizó en 1365. A pesar de ese cambio, que significó la conversión del palacio real en convento, el monasterio no se desvinculó de la corona, a su lado se levantaría un nuevo palacio.
https://www.monestirs.cat/monst/annex/espa/calleo/valladolid/ctordcl.htm
A principios del siglo XV, Enrique III de Castilla, (Burgos, 4 de octubre de 1379-Toledo, 25 de diciembre de 1406), emprendió la construcción de una nueva residencia real en Tordesillas.
El palacio, de planta
rectangular, se levantó en el margen del río Duero, hacia donde estaba su
fachada sur, continuando con la línea del propio Monasterio de Santa Clara. De
este modo, se creaba un entorno en el que religión y poder político convivían
de la mano.
En su interior había dos patios y, como curiosidad, en el ala norte se encontraban las cocinas y, casualmente, hoy en día, esa calle recibe el nombre de Las Cocinas.
Sobre las habitaciones en las que se alojó la reina Juana, estas daban al río Duero. Mucho se ha escrito sobre que podía ver desde su ventana el féretro de su esposo, pero lo cierto es que es físicamente imposible, ya que este reposaba en el altar mayor de la iglesia del Monasterio de Santa Clara. Una leyenda más que arrastra la soberana.
Desaparecido monumento, cuyo origen se remonta al siglo XV y que fue demolido en el XVIII.
Se visitan distintas estancias de gran interés arquitectónico y decorativo, como la Capilla Mudéjar, Patio árabe, Capilla Dorada, Refectorio, Patio El Vergel, Antecoro, Coro Largo, Iglesia, Capilla de los Saldaña.
Contiene colecciones de pintura, escultura y mobiliario. Destacan en otros, un retablo con pinturas atribuidas a Nicolás Francés, el órgano realejo que se cree perteneció a la reina Juana I (La Loca) y la magnífica techumbre dorada del presbiterio, obra maestra del mudéjar castellano.
Baños Árabes: Se visitan si lo permite el índice de humedad ambiental. Son los antiguos baños del Palacio divididos en cuatro salas. Éstos están relacionados estrechamente con los ejemplares islámicos de Andalucía y Levante del siglo XI.
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