Esquina a la Puerta del Sol.
Calle Mayor, casa donde vive y muere Calderón de la Barca. Es enterrado en la Paroquia de San Salvador. Esta casa está junto a la que fue Farmacia que servía a la Reina.
La Calle Mayor nace en un Madrid medieval, en el que las principales vías unen puertas de muralla con el Alcázar. Trazada entre dos vaguadas, la que posteriormente será Arenal y la que cae hacia la calle de Segovia, la Calle Mayor es la línea que cabalga sobre la cima de la ladera que unia el Alcázar con la Puerta de Guadalajara; en su prolongación se sitúa el centro comercial de la ciudad, Plaza Mayor, configurando dos espacios, el entorno del Alcázar y las inmediaciones de la Plaza Mayor. Dado el fuerte desnivel existente entre Palacio y el río Manzanares, el crecimiento obligado de la población fue hacia el Este. La Calle se entendió como eje direccional de crecimiento. Desde el Siglo XVII, el eje que comunica las inmediaciones del Alcázar con Sol recibe, en tramos sucesivos desde Sol, tres nombres distintos: Mayor, hasta la antigua Puerta de Guadalajara a la altura de la actual Plaza de San Miguel; Platería, hasta la Plaza de la Villa y, después, Almudena.
De la calle surgen, tanto a derecha e izquierda, un conjunto de vías que comunican con los conventos e iglesias próximos Descalzas Reales, San Ginés, San Nicolás, San Miguel.... que, exentos de las construcciones inmediatas, se entienden como auténticos hitos urbanos.
Junto a la Parroquia de San Ginés.
CASA PROFESA DE SAN FRANCISCO DE BORJA. Fue fundada por Francisco Gómez de Sandoval, I duque de Lerma y valido de Felipe III, para acoger la reliquia del cuerpo de su abuelo, San Francisco de Borja, duque de Gandía. La torre servia de hospital a los Jesuitas. En un primer momento, los religiosos estuvieron junto al palacio del duque, al final de la calle del Prado, en donde entraron el 17 de diciembre de 1617; pero diez años después, tras la muerte de su protector, se trasladaron a unas casas que compraron en la plazuela de Herradores, donde construyeron su emplazamiento definitivo. En cuanto al edificio, su iglesia era bastante notable, de buena planta y espaciosa. En la fachada principal, destacaba la portada, cuya puerta de acceso estaba flanqueada por dos bellas parejas de columnas de piedra berroqueña. Sobre la puerta, se situó un escudo con las Armas Reales, y encima de éste, un nicho en donde había una estatua de San Francisco de Borja de buenas proporciones. En el interior, destacaba el altar mayor en donde estaba la urna que contenía el cuerpo de San Francisco de Borja. Tras la expulsión de los Jesuitas, Carlos III cedió el edificio en 1769 a los padres del Oratorio, quienes se trasladaron desde su primitivo emplazamiento en la plaza del Ángel, en donde se habían establecido en 1660. Desde ese momento, la Casa Profesa empezó a denominarse Oratorio de San Felipe Neri. Desamortizado en 1836, el convento fue derribado, construyéndose en su lugar un pasaje comercial cubierto, llamado de San Felipe; el primero levantado en Madrid. Derribado, en su lugar se construyeron edificios de viviendas.
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