La iglesia de San Pedro de la Nave estaba situada junto al río Esla, el antiguo Astura, afluente del Duero. Se localiza a escasos 15 Kilómetros de la ciudad de Zamora y no muy lejos de la línea de Portugal. Alrededor de la iglesia creció una pequeña población que con la construcción del embalse de Ricobayo en los años 20 y comienzos de la decada de los 30 del siglo pasado anegó la zona; durante el otoño de 2004 bajó el agua lo suficiente para poder ver de nuevo los restos de la población de San Pedro de la Nave. Antes de que quedase la zona anegada la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando a instancias de don Manuel Gómez Moreno procedió a su desmonte piedra a piedra y a su recolocación a dos escasos kilómetros de donde se encontraba, entre las poblaciones de El Campillo y Almendra, bajo la dirección del arquitecto Ferrant. Se aprovechó el traslado, desde el año 1930 all 1932, para restaurarla y devolverle las formas originales que había perdido o estaban alteradas. Bajo sus cimientos aparecieron lápidas romanas de la época imperial que pudieron haber sido traídas del Castrum prerromano cercano de Mulas del Pan. En su interior podemos ver seis columnas y cuatro columnillas, todas de mármol, romanas, y reaprovechadas. Su filiaciación era a San Julián y Santa Basilisa, cuyo sepulcro se encuentra en la nave lateral norte. Aquí se mezcla la leyenda con la historia, según la primera Julián oriundo de Zamora mientras cazaba, y a punto de dar caza a un ciervo, se le vuelve éste y le anuncia que algún día matará a sus padres. Asustado por el augurio decide exiliarse a Portugal, que dista 30 Kilómetros de aquí. Allí se casa con Basilisa. Cierto día que éste había salido de caza, Basilisa, recibe a sus padres que lo habían ido a buscar, ella, los recibe y tras el largo viaje, para paliar el cansancio les ofrece el lecho conyugal, y marcha a la iglesia a dar gracias a Dios. En tanto Julián vuelve a casa y al sorprender a dos personas en su cama, creyendo a Basilisa infiel, los mata. Vuelve Basilisa y se encuentra con que Julián, como se le había augurado había matado a sus padres. Arrepentidos, deciden volver a Zamora, y fundar una hospedería que pueden ser la iglesia y sus habitaciones altas para facilitar el paso de los peregrinos y gentes por el río Esla. Cierto día un leproso pide paso, Julián lo lleva y trás tomar tierra, éste se convierte en un ángel que le anuncia el perdón por Dios de todos sus pecados. Al poco tiempo murieron.
Lo cierto es que la iglesia se fundó en el lugar de paso del río Esla, y que éste se hacía por barca, dado lo grande de su caudal y su profundidad para hacer un puente. Además se sabe que San Pedro fue eremitorio, están las tumbas de los Santos y las habitaciones sobre los pórticos y el ábside. Las primeras referencias documentales del templo lo sitúan en el año 907, cuando el rey Alfonso III le dona el pueblo de Perdices. Aparece entonces con la denominación de San Pedro de Estula, por estar emplazado junto al rio Esla. Se denomina en el mismo documento Tunis al lugar en que se ubica. Contaba con una hospederia para peregrinos y era priorato dependiente del monasterio de Celanova. La función monástica plantea problemas por lo pequeño del lugar, lo que también es normal a partir de la época visigoda tanto en parroquias rurales como en las monásticas. Las dos habitaciones delanteras podrían ser inclusae o celdas para monjes dada la existencia de puertas y ventanas, aunque se han considerado igualmente sacristías, lo que puede ser posible ya que éstas pueden tomar la forma de habitaciones, como sucede en Quintanilla de las Villas, Soria. Si se acepta esta función monástica la entrada de los monjes sería por el eje del crucero norte-sur y la de los fieles por la puerta occidental. Fue declarada Monumento Nacional el 22 de abril de 1912.
Su construcción se remonta a fines del siglo VII, debió construirse entre los años680 y 711 por lo que es una de las últimas obras del arte visigodo. Su primera traza respondió a una planta de cruz griega las dos naves laterales posteriores le confieren un aspecto entre planta basical y cruciforme. Las dos estancias, una a cada lado del presbiterio, de cuya finalidad ya hemos comentado, dan al conjunto una planta rectangular de aproximadamente 16,80 metros por 11,20 metros del que sobresalen tres capillas: la del cabecero que forma el ábisde rectangular, y otras dos en los extremos del transepto o nave transveral. La nave central, como suele ser habitual, es más alta y ancha que las laterales y está separada de ellas por arcos sobre fuerte pilares. La cubiertaa es abovedada con bóvedas de medio cañón, las del cabecero y las de los recintos laterales se conservan en su original estructura de piedra, las de los tramos occidentales de las naves son de ladrillo sobre primitivos arranques de sillería. Los arcos son de herradura al modo visigótico. Su decoración es una de las más sobresalientes del arte visigodo. En el interior de la iglesia podemos ver un relog inscrito en la piedra, que aunque incompleto es una de las joyas de este monumento. San Pedro de la Nave en un precedente importante del arte románico, especialmente del zamorano, que heredará entre otras cosas su predilección por el ábside rectangular.
Lo cierto es que la iglesia se fundó en el lugar de paso del río Esla, y que éste se hacía por barca, dado lo grande de su caudal y su profundidad para hacer un puente. Además se sabe que San Pedro fue eremitorio, están las tumbas de los Santos y las habitaciones sobre los pórticos y el ábside. Las primeras referencias documentales del templo lo sitúan en el año 907, cuando el rey Alfonso III le dona el pueblo de Perdices. Aparece entonces con la denominación de San Pedro de Estula, por estar emplazado junto al rio Esla. Se denomina en el mismo documento Tunis al lugar en que se ubica. Contaba con una hospederia para peregrinos y era priorato dependiente del monasterio de Celanova. La función monástica plantea problemas por lo pequeño del lugar, lo que también es normal a partir de la época visigoda tanto en parroquias rurales como en las monásticas. Las dos habitaciones delanteras podrían ser inclusae o celdas para monjes dada la existencia de puertas y ventanas, aunque se han considerado igualmente sacristías, lo que puede ser posible ya que éstas pueden tomar la forma de habitaciones, como sucede en Quintanilla de las Villas, Soria. Si se acepta esta función monástica la entrada de los monjes sería por el eje del crucero norte-sur y la de los fieles por la puerta occidental. Fue declarada Monumento Nacional el 22 de abril de 1912.
Su construcción se remonta a fines del siglo VII, debió construirse entre los años680 y 711 por lo que es una de las últimas obras del arte visigodo. Su primera traza respondió a una planta de cruz griega las dos naves laterales posteriores le confieren un aspecto entre planta basical y cruciforme. Las dos estancias, una a cada lado del presbiterio, de cuya finalidad ya hemos comentado, dan al conjunto una planta rectangular de aproximadamente 16,80 metros por 11,20 metros del que sobresalen tres capillas: la del cabecero que forma el ábisde rectangular, y otras dos en los extremos del transepto o nave transveral. La nave central, como suele ser habitual, es más alta y ancha que las laterales y está separada de ellas por arcos sobre fuerte pilares. La cubiertaa es abovedada con bóvedas de medio cañón, las del cabecero y las de los recintos laterales se conservan en su original estructura de piedra, las de los tramos occidentales de las naves son de ladrillo sobre primitivos arranques de sillería. Los arcos son de herradura al modo visigótico. Su decoración es una de las más sobresalientes del arte visigodo. En el interior de la iglesia podemos ver un relog inscrito en la piedra, que aunque incompleto es una de las joyas de este monumento. San Pedro de la Nave en un precedente importante del arte románico, especialmente del zamorano, que heredará entre otras cosas su predilección por el ábside rectangular.
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