viernes, 22 de mayo de 2009

Interior de la Basílica de San Miguel. Madrid


La existencia de dos órganos -uno en la iglesia y otro en la cripta- de excelente factura, permiten armonizar las Misas de los domingos y sus vísperas y las de los días de precepto, así como oficiar ceremonias de especial relieve.También se realizan, con alguna frecuencia, conciertos de música sacra.

La Iglesia que, desde 1892, lleva el nombre y título de San Miguel, es heredera de la antiquísima parroquia de los Santos Justo y Pastor -mártires de Alcalá de Henares-, que ocupaba este mismo lugar desde el siglo XII y que fue derribada a finales del siglo XVII para construir la actual de mayores proporciones. La primera piedra fue colocada el 20 de septiembre de 1739, bajo los auspicios del Cardenal-Infante de Toledo don Luis Antonio de Borbón y Farnesio, hermano de Carlos III. Cuando, en el siglo XIX, por razones urbanísticas, hubo que derruir el Hospital de los Italianos y, con él, su iglesia, surgió una deuda con la Santa Sede, que se fue demorando año tras año por indecisión acerca de cuál podría ser la iglesia objeto de la permuta, hasta que por fin la suerte recayó sobre el templo de los santos Justo y Pastor en vista de su cercanía con el palacio de la Nunciatura. El hospital de los Italianos fue derribado en 1885 y en su lugar se construyeron varios edificios de viviendas. En 1988 estas viviendas fueron expropiadas y derribadas para construir el edificio de ampliación del Congreso de los Diputados.
Desde el año 1892 la Basilica pasó a depender de la Santa Sede y, por deseo expreso del papa León XIII, fue puesta bajo la advocación de San Miguel Arcángel, y encomendada su regencia a la Congregación del Santísimo Redentor. Más tarde, en noviembre de 1930, siendo Nuncio en España Monseñor Tedeschini, fue consagrada como Basílica Pontificia. En noviembre del año 1959 fue encomendada al Opus Dei, siendo Nuncio Apostólico Monseñor Hildebrando Antoniutti. Por Real Decreto de 28 de noviembre de 1984 este templo fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional. La parroquía de San Miguel Arcangel se encuentra ahora en la calle General Ricardos, 11.






La planta de la basílica de San Miguel consta de tan sólo una nave con seis capillas laterales: tres a cada lado. La nave se cubre con cúpula rebajada sostenida por pechinas de aristas forzadas, toda pintada al fresco por Bartolomé Rusca, en 1745, con motivos alusivos a la apoteosis celestial de los Santos Niños Mártires Justo y Pastor, patrones de Alcalá de Henares, sobre tambor y sostenida por pechinas, rodeada de galería practicable, sobre la que se abren dos óculos para luz exterior y una grisalla que simboliza la virtud de la fortaleza. Está decorada al fresco por los hermanos González Velázquez (Antonio, Luis y Alejandro), y también representan la glorificación de los Santos Niños Justo y Pastor, y en las pechinas, los cuatro Evangelistas. Todo el templo se halla decorado con estuco que imita mármoles y oro de espléndida calidad.


La entrada a la cripta se hace por la calle de San Justo, a través de una pequeña puerta situada a la derecha de la principal de la Basílica.
La Basílica fue lugar de enterramiento de Luigi Boccherini. Nacido en Lucca (Italia) en 1743, Luigi Boccherini aprendió solfeo y el manejo del violonchelo con su padre. Luego armonía, contrapunto y composición con el abate Domenico Vanucci. Más tarde asistió a clases de música en Roma, llegando a tocar en la orquesta del teatro de la Corte Imperial en Viena. En Milán, en el año 1765, forma parte del primer cuarteto de cuerdas del que se tiene memoria. Al año siguiente, realiza una gira por Europa, dando conciertos y obteniendo un considerable éxito, especialmente en París, ciudad en la cual publica su primera obra. Es en la capital francesa donde Boccherini luego publicaría la mayoría de sus obras, logrando por ello una amplia difusión.

En 1768, se traslada a España, donde se le nombra compositor y músico del Infante don Luis, hermano del rey Carlos III. Desde ese momento, seguirá fielmente al Infante a todos los lugares donde éste residió, llegando hasta Arenas de San Pedro, donde el Infante falleció en 1785 A la muerte de don Luis en 1785, el monarca español le concede a Boccherini una plaza de violonchelista en la Capilla Real de Madrid. En el año 1786 es nombrado compositor de cámara del Príncipe Friedrich Wilhelm de Prusia, que ese mismo año sería coronado rey.

Quizá porque Boccherini, a pesar de enviar al monarca un mínimo de tres obras por año nunca visitó Prusia, se le retira el nombramiento con la muerte del rey en 1797, creándole al compositor un importante perjuicio económico. El año 1785 fue dramático para Luigi Boccherini, porque además de la muerte de su mecenas, también fallece su esposa Clementina, dejándole con 6 hijos menores de edad. La preocupación lleva a Boccherini a otorgar su primer testamento, que tiene por misión nombrar tutores para sus hijos en caso de que él también muriese siendo ellos aún niños. El compositor decide mudarse a Madrid, primero a una casa en la Plazuela de San Ginés y luego a la calle de la Madera Alta. Allí vive hasta finales del siglo XVIII. Más tarde se traslada a la calle del Prado y finalmente a la calle de Jesús y María número 5, donde muere el 28 de mayo de 1805.
En esta última casa compuso, en 1786 y por encargo de la madre de la duquesa de Osuna, “La Clementina” su única ópera. Con libreto del dramaturgo don Ramón de la Cruz.A los dos años de quedar viudo, Luigi Boccherini contrajo segundas nupcias con María Pilar Porretti, hija de Domenico, otro violonchelista italiano radicado en España. No tuvieron hijos y ella murió escasos meses antes que él, en enero de 1805. De sus siete hijos del primer matrimonio, sólo le sobrevivieron dos varones.

Luigi Boccherini fue enterrado en la Iglesia de San Justo de Madrid en mayo de 1805; pero en 1927, Mussolini llevó sus restos a Lucca para enterrarle en la iglesia de San Francisco, en el panteón de los hijos ilustres de esa ciudad toscana. En 1966, Lucca ofrendó un busto del compositor a la ciudad de Madrid y el mismo se colocó en una glorieta de la Cuesta de la Vega, que desde entonces pasó a llamarse “Glorieta de Boccherini”.
Desde el mes de noviembre de 1959, la Basílica Pontificia de San Miguel está encomendada al Opus Dei.

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