Considerado como El Escorial de La Mancha, es un magnífico elemento patrimonial de referencia en la provincia de Cuenca, que sorprende al visitante en gran medida por la magnificencia y pureza de su construcción. Fue declarado Monumento en 1931 y de él, sobresalen su claustro del siglo XVII con dos pisos de galerías; la iglesia, que fue diseñada por Francisco de Mora, discípulo de Juan de Herrera, y la portada del Medio Día, de estilo churrigueresco y atribuida a Pedro Rivera. Está construido sobre una iglesia gótica. Es de planta cuadrada con patio central y claustro de dos alturas y diez vanos por cada lado. El monasterio pasó por diferentes avatares históricos, cumpliendo entre los siglos XIX y XX funciones de colegio, noviciado, hospital, cárcel y seminario menor. Actualmente el monasterio alberga el Seminario Menor Santiago Apóstol. Declarada también Monumento, la Iglesia fue erigida en los siglos XVI y XVII, según el proyecto de Gaspar de Vega, por Francisco de Mora.
El monasterio se enclava dentro de la fortaleza de Uclés del siglo XII que tenía una extensión grandiosa: un kilómetro cuadrado de superficie rodeado de murallas, bastiones, contrafuertes y torres almenadas. El Alfoz de Uclés, integrado por los sexmos de Tribaldos, Riánsares y Saelices, correspondía al conjunto de pueblos y gentes que integraban la Orden de Santiago en tierras de Cuenca. Esta orden conseguiría de Alfonso VIII la donación de importantes territorios procedentes de las tierras de Alarcón. La Orden de Santiago tenía su centro en la villa de Uclés sede del monasterio fundado por Alfonso VIII en el año 1174. Las tierras dadas por el monarca a la Orden constituyeron El Campo del Alfoz de Uclés que se administraba mediante la división en tres sexmos, los de Tribaldos, Riánsares y Saelices. La Orden dominaba una extensión de 23.000 kilómetros cuadrados, que abarcaba doscientos núcleos de población y tenía poder sobre unas 200.000 personas. De sus posesiones la Orden recibía rentas anuales de 30 millones de maravedíes a fines del siglo XV, en gran parte obtenidos gracias al paso por sus tierras de los ganados trashumantes de La Mesta. Las tierras de Uclés fueron el escenario donde se desarrollaron dos batallas con este nombre. Una fue la librada por Alfonso VI en el año 1108 contra los almorávides y en ella la derrota del monarca supuso la caída de Huete, Ocaña y Cuenca. La otra batalla enfrentaría a las tropas del duque del Infantado, jefe de los ejércitos del centro, con los ejércitos franceses y esta derrota del ejército español supuso el abandono de la zona de Cuenca en manos de los invasores franceses y la marcha sin impedimentos de José I hacía Madrid.
En las Relaciones Topográficas elaboradas en el reinado Felipe II, conocidas también como El diccionario Geográfico e Histórico de España, se recoge, además del trazado de las cañadas antes nombradas, el trazado de la denominada cañada de Los Chorros por lo que serían cuatros las vías mesteñas que pasaban por las tierras conquenses y por el término municipal de Campos del Paraíso aunque, como ya hemos dicho el trazado de la cañada de Los Chorros no aparece en el actual mapa topográfico nacional de esta comarca. Vamos a ocuparnos ahora recoger del recorrido de estas cañadas por las tierras de Cuenca empezando precisamente por el de la cañada de Los Chorros. Esta cañada procedía de Teruel y entraba en la provincia de Cuenca por Tragacete y tras atravesar toda la sierra cruzaba la Alcarria por Carrascosa del Campo y entraba en la provincia de Ciudad Real por el término de Socuellamos para llegar hasta Andalucía. La cañada de Los Serranos que procedía de la sierra de Albarracín entraba en tierras de Cuenca por Albaladejito para dirigirse hacía Toledo y Ciudad Real. Esta cañada pasaba por Cabrejas, Villarejo de la Peñuela, Villar del Horno, Naharros, Horcajada, Pineda, Valparaíso, Torrejoncillo, Carrascosa y Rozalén y tras tomar la cuesta de la Borgolla se unía con la que venía de Beteta siguiendo juntas hacía Uclés donde se les incorporaba otra que bajaba de Molina. La cañada que se llama de Beteta procedía de Guadalajara pasando por los pueblos de Peñalén y Poveda y siguiendo por Beteta y Las Majadas pasaba por Verdelpino, Valparaíso, Olmedilla, Carrascosa del Campo y se unía en tierras de Rozalén y en el sitio llamado la Borgolla con la antes reseñada. Por el termino de Alcohujate entraba en la provincia de Cuenca la llamada de Molina, que seguía por Cañaveruelas, Villalba, Mazarulleque, Huete, Vellisca, Loranca, Alcázar y Carrascosa hasta Rozalén, uniéndose en Uclés a la de Los Serranos que ya había incorporado los ganados mesteños de la vía de Beteta en Rozalén.
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