lunes, 15 de febrero de 2021

Carrascosa del Campo. Cuenca

http://oa.upm.es/65385/2/2005_auxiliar_GG_2.pdf

La arquitectura del agua: pozos, fuentes, abrevaderos, lavaderos, 2005. José Luis García Grinda

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La fuente de Carrascosa del Campo, enfrente de su iglesia parroquial, es de  planta simétrica cuadrada de cuatro caños que nacen de un monolito central, coronándose con una farola fernandina de cuatro brazos que orlan un farol central. Realizada en piedra tallada de sillería caliza, en 1956, conmemora la traída de agua a la población y la red pública que abastece a los distintos hogares del lugar, sustituyendo definitivamente el papel tradicional de fuentes y pozos.

Otra fuente en Carrascosa del Campo es la conocida como la Fuente del Pilar.

Situada junto a la calzada romana, en concreto la vía de Cartagonova a Segóbriga y bifurcaciones hacia Complutum y Ercávica y Segontia, algunos autores la han calificado como romana. La fuente, con el manantial bajo el nivel actual del camino, dispone de una bóveda de sillería que está enfoscada al exterior, estando cerrado el frente de la misma con un muro donde se abre una portilla metálica. Se desciende por unos escalones hasta el nivel del caño que hace salir el agua al exterior. Hoy se rodea de un bordillo de hormigón al regularizar y tratar el camino

En Carrascosa encontramos restos de un camino medieval. Es un tramo sobre roca, en el camino a Vellisca y Mazarulleque, junto a la Fuente del Pilar, en la salida de Carrascosa del Campo, realizado sobre arenisca, donde con una anchura de dos metros se muestran las marcas de carros y galeras. Restos de una vía romana convertida en vía de trashumancia y luego en camino.

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Por el Cerro de Nuestra Señora de la Muela pasaba la bifurcación hacia Ercávica, Cuenca, y Segantia-Siguenza-, (Gauadalaja), de la calzada romana que venía desde Cartago Nova y se dirigía hacía Segóbriga. Esta calzada comunicaba el Levante y el estratégico puerto de Cartagena con la Submeseta Sur a través de las provincias de Murcia, Albacete y Cuenca, y al llegar a las cercanías de Segóbriga se bifurca en dos direcciones: una que por Fosos de Bayona, Villas Viejas, Cerro de la Muela y Ercávica llegaba hasta Segantia y otra cuyo destino era Complutum, la actual Alcalá de Henares. No podemos terminar esta descripción de Carrascosa, pueblo de origen medieval, sin hacer referencia a su iglesia parroquial de la Natividad de los siglos XV y XVI. Este templo, de estilo Isabelino y con una magnífica portada e interesantes retablos en el interior, fue declarado monumento nacional. La iglesia de la Natividad es una de las mejores de la diócesis de Cuenca.

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Hablar también de las vías romanas y de sus puentes de pequeño tamaño y un solo ojo, estando constituidos normalmente en un arco de medio punto. Su fábrica está dispuesta con sillares regulares a soga y tizón, como en el puente de Riansares en Taracón, recientemente retocado, al que se añadió un pretil pétreo. Otros puentes de estas características, que se han calificado como romanos, los localizamos en Carrascosa del Campo; dos puentes en Valdejudíos, destruidos en 1967.

Acompañaban a  las calzadas romanas los miliarios localizados en algunas de las principales vías de la comarca, como los hallados en Alconchel de la Estrella, Huelves, El Castillejo en Carrascosa del Campo, Villarejo de Fuente, El Hito, Villas Viejas y Segóbriga. El más antiguo por su inscripción es el de Huelves, fechado hacia el año 98 de nuestra era, y el más reciente uno de" Segóbriga, de época de Constantino II, fechado hacia el año 317.

Hay restos de arquitecturas molineras de viento en Alcázar del Rey, Atalaya del Cañavate, Carrascosa del Campo, Pinarejo, Uclés, Villarejo de Fuentes y Zafra de Záncara, todos ellos convertidos en ruinas, salvo los de Pinarejo y Zafra de Záncara que han sido recientemente restaurados. Además localizamos otros desaparecidos en Horcajo de Santiago, donde se conoce por la toponimia el lugar donde se asentaban en altozanos cercanos a dichas poblaciones, y otros en Tarancón y Villar de Cañas, que nos da referencia Madoz en el siglo XIX. En el siglo XVIII, Antonio Ponz nos vuelve a dar referencia de otro grupo de molinos, en la carta sexta de su "Viage de España", antes de llegar a Tarancón camino desde Cuenca, del modo siguiente: "Puesto al cabo de un territorio llano, se sube un montecillo, y se ven en lo alto porciones de aquellos gigantes, que tanto dieron que hacer á D. Quixote, es á saber, molinos de viento

En Carrascosa del Campo a mediados del siglo XVIII se puede hablar de ocho molinosLos pueblos de Castilla tenían pocas instalaciones que puedan ser consideradas industriales, si exceptuamos los obradores o talleres artesanales. “En el término y jurisdicción de la villa” se localizaron seis molinos harineros, tres de agua y tres de viento, y dos molinos de aceite. Los molinos de agua eran de una piedra y se estaban reedificando. Estos molinos se situaron en el paraje de "Vega de Valjudios", “a unas dos leguas cortas de la población”, siendo propiedad del presbítero de la villa don Pedro Guerrero, de José Albendea y de Gregorio de Torres. Los molinos de agua producían una renta anual a su propietario de 25 fanegas de trigo y los de viento, inmediatos a la población, una renta cada año de 20. Doña María Magdalena Fernández era dueña de dos de estos molinos y don Pedro Ruiz Alarcón dueño del otro. Dentro de la población existían dos molinos de aceite "con solo un Arte" y de cada uno de ellos su propietario, José del Horno y Cirilo de la Plaza, podía obtener una renta anual de 70 reales.

En la comarca hoy se conservan algunos tejares constituidos a modo de agrupaciones de hornos, que se emplazan en las afueras de Saelices y Carrascosa del Campo, conformando en el primer caso lo señalado por Madoz y su especialización artesanal en esta materia, siendo el material básico que se fabricaba la teja, y en menor medida el ladrillo. Se distinguen dos tipos básicos de hornos de tejar, que indican dos formas distintas de horneado. El ejemplo de Carrascosa del Campo, nos enseña un horno compuesto por un cuerpo interior único cilíndrico, con su cara interior forrada de ladrillo y el exterior de fábrica pétrea, habiendo sido parcialmente excavado en el terreno. En un lateral se abre un acceso o hueco para acceder al interior, conformado por dos muretes de piedra que salen de la fábrica. Se puede acceder a la coronación del horno a través de una rampa realizada con ayuda de un murete pétreo y el propio montón de tierra que lo rodea. Ello permitía cerrar y tapar el horno que se hacía con teja y tierra. En el interior se disponía abajo la leña y encima, protegido por tejas cocidas, el material a cocer. 

Igualmente es interesante recordar la fábrica de papel de Villas Viejas,  municipio de Huete. Su arruinado edificio asentado en el río Cigüela nos muestra una fábrica de principios de siglo XX compuesta de dos alturas, donde en el bloque principal la planta superior se destina a secadero y la inferior al trabajo del papel, completando con otro edificio de viviendas y auxiliar.

  • Fábrica de papel. Junto al Canal del Prado del Molino, con aguas del río Cigüela.


Villas Viejas



Nos encontramos en tierras que rodeaban otra ciudad celtíbero romana la de Fosos o Cuartos
de Bayona. Estaba esta ciudad romana a unos 2 kilómetros de Villas Viejas.
Su emplazamiento se situaba junto al río Cigüela que por estos parajes recoge
diferentes cursos de agua que dejan entre ellos tierras a las que llaman islas como
es la denominada de Bayona o la de los Potros.
Las llamadas Casas del Rodeo y el paraje de La Plaza, a uno y otro lado del cauce del
Cigüela, nos sirven de referencia para situar el emplazamiento que tuvo Fosos de Bayona.
Una calzada comunicaba la costa mediterránea con las ciudad romanas conquenses Valeria,
Fosos de Bayona, Segóbriga y ya junto a Guadalajara Ercáciva.
El trazado de de esta calzada fue aprovechada para el desplazamiento de los ganados mesteños.
Así eran estaban estas tierras de Saelices recorridas por un ramal de la
Cañada Mesteña Conquense. La actividad ganadera era el principal recuso económico de
los pueblos celtíberos que desde sus poblados enclavados en altos vigilaban sus ganados.
Fueron dos poblados celtíberos el asentamiento original de las ciudades romanas de
Saelices y Villas Viejas.

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El Itinerario de Antonino[1] muestra como por el cerro de Nuestra Señora de la Muela o de Amasatrigo, antes término de Carrascosa ahora de Olmedilla, pasaba la bifurcación hacia Secantia, Guadalajara, de la calzada que desde Cartago Nova se dirigía a Segontia, Sigüenza, por tierras de la cuenca del río Gigüela[2]; cuyo curso corre parejo con el itinerario de la cañada de Los Serranos. Esta calzada comunicaba el Levante y el estratégico puerto de Cartagena con la submeseta norte cruzando las provincias de Murcia, Albacete y Cuenca. De esta vía en las cercanías de Segobriga- Cabeza del Griego[3]-, Saelices, se bifurcaban ramales hacía otras urbes romanas de ambas mesetas. Uno de estos ramales partía de los restos prerromanos y de la ciudad romana localizada en los parajes de Fosos de Bayona[4] al sur de Villas Viejas.

[1] El llamado Itinerario Antonino-IA- o Itinerario de Antonio Augusto Caracalla es una recopilación de rutas del Imperio Romano que parece datar de tiempos de Diocleciano, más concretamente en torno al 290, aunque aprovecha elementos quizá un siglo más antiguos. Las irregularidades de las etapas y los bruscos cambios de dirección de muchos de los caminos propuestos han intrigado a los estudiosos y han dado lugar a diversas teorías sobre la verdadera índole de este documento, que como “guía de caminos” parece con frecuencia más propio para desorientar que para orientar al viajero. En cada camino se identificaban mansiones, correspondencias y millas. En este documento se señalan 372 caminos, de los cuales 34 corresponden a las Provincias de Hispania, faltando los caminos vecinales de los que tenemos referencias por Plinio, Estrabón y otros escritores.

[2] El río Gigüela o Cigüela es afluente del Guadiana. Nace en la provincia de Cuenca, cerca del puerto de Cabrejas. Abastecía junto al Záncara los humedales de las Tablas de Daimiel confluyendo ambos en el río Guadiana. En época romana era llamado Sego, tal vez en honor a Segobriga, cuyas ruinas baña. Los árabes lo denominaron Sígula y en tiempos de la Reconquista fue el Xihuella. En las Relaciones topográficas de Felipe II aparece el nombre de Xigüela. En 1.772 aparece escrito con el nombre actual, en el Índice Geográfico del Territorio de las Ordenes Militares se informa que "El río Gigüela que nace en el Obispado de Cuenca muere en Guadiana". En sus 225 kilómetros de recorrido, recibe las aguas de varios afluentes, entre los que destacan el Jualón, el Torrejón, el Riánsares, el Amarguillo y el Záncara. En las cercanías de las Tablas de Daimiel, en el término municipal de Villarrubia de los Ojos, sus aguas salobres se mezclaban con los abundantes manantiales existentes en la zona, convirtiéndose ya definitivamente en el río Guadiana. En los últimos años pasa por sus peores momentos por la sobreexplotación del acuífero 23 aún en períodos de lluvias. Los Ojos que antes lo abastecían aparecen completamente yermos, lo que provoca grandes problemas tanto para el río como para la situación del Parque nacional de Las Tablas de Daimiel. Tan sólo los aportes eventuales a través del trasvase Tajo-Segura han conseguido dar vida a este río.

[3] Viriato y el ataque a la ciudad de Segobriga. Enrique Gozalbes Cravioto. Arqueologia. volume 10. número 1. 2000. pp. 239-246. J.M. Abascal, M. Almagro.Gorbea y R. Cebrian. Excavcaciones arqueológicas en Segóbriga, 1998-2002. Investigaciones arqueológicas en Castilla-La Mancha. pp. 201-204. De los mismos del año 1999 en la Real Academia de la Historia. Segobriga y su conjunto arqueológico.

[4] Junto a la autovía de Levante, la Contrebia Karbika; hoy en Villas Viejas-antes en Saelices- municipio de Huete, fue una inmensa ciudad celtíbera amurallada de más de 15 hectáreas. En donde se ha descubierto un poblado ibérico de los siglos IV al I antes de Cristo, con tres murallas y varios torreones, así como galerías subterráneas, pozos verticales y dos calles paralelas a la muralla. En la excavación se encontró una estructura en el exterior de la zona fortificada, un depósito de armas, varias monedas y necrópolis. Se conservan los recintos amurallados, el doble foso y posiblemente las torres de vigilancia que protegerían sus puertas. “A muy pocos kilómetros del emplazamiento de Segobriga se encuentra esta ciudad prerromana. Los estudios realizados señalan una típica población indígena en altura, con fáciles defensas naturales y con una sólida muralla. Tuvo vida a partir del siglo III a.c., y, aparentemente por la cerámica y por las monedas, parece reflejar una desaparición hacia mediados del siglo I a.c. en el momento en el que, en su vecindad, la arqueología documenta el desarrollo de Segobriga. Estos datos parecen reflejar una relación de continuidad entre esta ciudad, de carácter indígena, y la urbe romanizada de Segobriga. La distancia no es excesiva, pero tampoco sería suficiente como para no justificar dos urbes distintas como también se defiende”. Ob.cit. de Enrique Gozalbes Cravioto. A pesar de las excavaciones sigue siendo objeto de un continuo expolio desde el siglo XIX como pone de manifiesto las monedas ibéricas que siguen poniéndose a la venta. En otras ocasiones las piezas halladas fueron donadas como se recoge en el “Borrador de informe- fechado en 1868- sobre una tesera de hospitalidad y varias monedas celtibéricas procedentes de Fosos de Bayona, Cuenca, donados a la Academia (de la Historia), así como una tesera con inscripción latina”. Para conocer la situación de los estudios en torno a Fosos de Bayona y Segobriga. R. Gras, P. Mena y F .Velasco. La ciudad de fosos de Bayona. Inicios de la romanización. Revista de arqueología. Madrid. Año 1984. pp. 48-57. De los mismos La ciudad de fosos de Bayona; Huete, Cuenca. Datos de las dos últimas campañas de excavación. Actas del I Congreso de Historia de Castilla-La Mancha. Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. pp.183-190. Año 1988. En el Gabinete de Antigüedades de la Real Academia de la Historia se encuentra El toro de Cuenca. Tésera zoomorfa celtibérica. Bronce. 3’ 2 x 5’ 4 cms. Encontrada el año 1868 en Contrebia Karbika.


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