miércoles, 10 de febrero de 2021

Los Pacheco, Lodeña y Montijo

 Señorío de Romanillos, Boadilla del Monte. Madrid.

En Romanillos, en la actualidad, solo se encuentran dos edificios en estado de ruina, y otros dos en ruina total.

  1. Alfonso Robledo de Lodeña, Comendador de Aguilarejo
    1. Constanza Álvarez de Solís, Sra. de Romanillos
      1. Catalina de Lodeña y Solís con
        1. Diego de Luján, Sr. de las Casas de S. Juan. Padres de
          1. Pedro de Luján, Sr. de las Casas de S. Juan
      2. Pedro Fernández de Lodeña y Solís, Comendador de Aguilarejo. Padre de Juana de Lodeña
      3. Alfonso Ruiz de Solís


Catalina de Lodeña y Solis casa con el comendador Diego de Lujan, señor de las casas de la Colación de San Juan.

Padres de Pedro de Luján que casa con Mencia de Lago.

Encontramos a una Sancha de Lodeña y Solís, hija de Alfonso Robledo de Lodeña, comendador de Aguilarejo, y de Constanza Álvarez de Solís, que casa con Juan de Luján el de la Morería. Sin sucesión.

Sancha de Lodeña y Solís sería por tanto hermana de Catalina de Lodeña y Solís.

Pero quien casa con el Luján de Morería es una sobrina paterna de Catalina de Lodeña y Solís

Señorío de los Lodeña que vienen de Asturias de la localidad de Lodeña, en el concejo asturiano de Piloña. Quedan aquí lo escasos restos de su Torreón.

Boadilla del Monte. Un pueblo con historia.  Patricio Fernández Sánchez


Los Lodeña Luzón emparentan con los condes de Montijo

María Regalado Funes de Villalpando y Monroy,​ IV marquesa de Osera, de Castañeda y de Ugena, señora de la Casa de Luzón de Madrid casa con el IV conde de Montijo. 

El señorío de Juan Pacheco en el siglo XV.

Águeda Castellano Huerta

https://idus.us.es/bitstream/handle/11441/22413/file_1.pdf?sequence=1&isAllowed=y

El siglo XV en Castilla es quizá uno de los más sorprendentes períodos de la historia española tanto por los acontecimientos que tuvieron lugar en él como por los personajes a los que les cupo en suerte vivirlo.

A caballo entre el gótico y el renacimiento, los años que van desde 1400 a 1492 son la circunstancia más apasionante de la vida de Castilla.

Y como personaje hay que fijarse en la figura de Juan Pacheco, primer marqués de Villena, maestre de la Orden de Santiago y señor de la villa de Belmonte.

Nacido en una familia noble portuguesa pero de rango menor, pasaría en pocos años a ser el más poderoso señor del reino.

Fue enemigo de don Álvaro al final de la vida de éste y el único que intentaba seguir la guerra con Granada, frente a la apatía de otros, para terminar con la larga etapa de la Reconquista.

Un hombre ambicioso que le llevaría a acumular sobre sí cuantas prebendas, cargos y títulos pudiera recoger.

Quizá el título más ansiado por Pacheco sea el Maestrazgo de Santiago. El cargo le convertía, unido a sus posesiones, en el poder supremo del reino. Fue el mayor señor de España sin corona.

Su carrera fulgurante se inicia a partir de 1440 cuando, compañero del principe Enrique, recibe el privilegio de tenerle el cuchillo en la mesa.

Desde este momento se acumulan sobre él todo tipo de cargos. Miembro del Consejo Real en 1441, marqués de Villena en 1445 y poseedor de las tercias del príncipe en 1448. En 1454 compra Villarrobledo, cerca de su señorío natal de Belmonte, a los Manrique con el deseo de engrandecer éste. El núcleo central de sus estados pese a ser tan inmensos seguirá siendo su querido rincón conquense. En 1451 es nombrado Adelantado Mayor de Castilla, cargo al que renunciará 7 años después. Ya es Justicia de Segovia y Mariscal del reino cuando en 1460 recibe el título de conde de Xiquena y marqués de los Vélez, en tierras de Murcia. Pero todavía añadirá algunos honores más a esta impresionante relación. En 1461 será nombrado Alcaide Mayor de Asturias y en 1472, dos años antes de la muerte, culmina su carrera con el ducado de Escalona,

Es extraño encontrar acontecimiento público o privado de trascendencia en Castilla en el que éste no saliera con su patrimonio acrecentado. La batalla de Olmedo contra los infantes aragoneses le da el marquesado en un momento en que el poder efectivo de Castilla lo ostenta Álvaro de Luna. Título dado en Tordesillas el 3 de mayo de 1444.

La villa de Moguer, que doña María-su mujer-  ha heredado de su padre y que su tutor usurpa por la fuerza, le será devuelta de inmediato. Al hijo, Diego López, se le dan rentas para que sostenga más de cien lanzas. A los bastardos se les legitiman y se les hace Caballeros de Santiago.

Su nombre figura en los libros de cortes del reino tras la propia firma de los monarcas.

El mapa del Marquesado se hace tan grande, que habría que llamarlo reino. Rodeando a su cabecera central en Belmonte y Villena vendrán Alarcón, Garcimuñoz, San Clemente, Villarejo, Yecla, Sax, Jumilla, Jorquera, Munera, El Bonillo, Almansa y un largo etcétera. En las tierras de Murcia completarán sus posesiones los Vélez y Xiquena, sin olvidar las villas y lugares que administra como Maestre de Santiago, y en Extremadura dirigirá la vista a su Portugal familiar con Villanueva de Barcarrota, Salvatierra, Salvaleón, Medellín y Trujillo. En otros lugares de Castilla se establecen cabeceras de puente para nuevas extensiones: Logroño con todas sus torres y alcázares, Atienza en La Alcarria y Écija y Carmona en Andalucía.

Pero no sólo fue su misión recibir señoríos, sino que el cargo de Maestre de Santiago, ganado en 1467, tras enconada lucha con Beltrán de la Cueva, le obliga a distribuir a su vez encomiendas y alcaldías, preocupándose en especial de las situadas en el reino de Murcia que son avanzadas en tierra de moros.

Pacheco ha acumulado sobre sus hombros y sobre los de su familia el mayor patrimonio conocido en Castilla hasta entonces.

Tuvo varios hijos fuera de matrimonio. Con Catalina Alfón de Lodeña tuvo varios hijos que fueron legitimados el 25 de abril de 1456 por Enrique IV de Castilla.

Una Juana de Lodeña casa con Juan de Luján el de la Morería de Madrid. Matrimonio sin hijos. Esta Juana de Lodeña la encontramos como Sancha de Lodeña y Solís, hija de Alfonso Robledo de Lodeña, comendador de Aguilarejo, y de Constanza Alvarez de Solís. Catalina de Lodeña y Solís, hermana de Sancha y de Pedro Fernández de Lodeña. VII señor de Romanillos, casa con Diego de Luján.

Encontramos a una Sancha de Lodeña y Solís, hija de Alfonso Robledo de Lodeña, comendador de Aguilarejo, y de Constanza Álvarez de Solís, que casa con Juan de Luján el de la Morería. Sin sucesión.

Sancha de Lodeña y Solís sería por tanto hermana de Catalina de Lodeña y Solís.

Pero quien casa con el Luján de Morería es una sobrina paterna de Catalina de Lodeña y Solís llamada Juana de Lodeña, hija de su hermano Pedro Fernández de Lodeña y Solís, Comendador de Aguilarejo y señor de Romanillos en Boadilla del Monte, Madrid.

Juan de Luján el de la Morería de Madrid es el gran apoyo en Madrid de los Pacheco en el bando de la Princesa Juana.

Juana de Lodeña es hija de Pedro Fernández de Lodeña, señor del heredamiento de Romanillos en Boadilla del Monte y comendador de Aguilarejo, Valladolid, de la Orden de Santiago.

Jaime Jiménez de Luján (1104-¿?), cuyo hijo Pedro Jiménez de Luján, vino a Madrid y contrajo matrimonio con María de Vargas (el padre de ésta, Pedro Ibáñez de Vargas, según las crónicas participó en la conquista de Toledo). Ambos tuvieron por hijo a Jaime Jiménez de Luján y Vargas, padre, a su vez, de Miguel Jiménez de Luján, quien participó en la batalla de las Navas de Tolosa acompañando al rey de Aragón, y luego se avecinó en Madrid, villa natal de su abuela. Estando en Madrid este Miguel Jiménez de Vargas eligió por esposa a una mujer de la villa llamada Felipa de Vargas, prima suya, hija del regidor Gutierre de Vargas, descendiente de Iván de Vargas, con quien tuvo dos hijos y una hija.

El hijo mayor de Miguel Jiménez de Vargas se llamó Rodrigo de Luján, y se casó con Mayor Ramírez, hija de Gracián Ramírez, alcalde de Madrid. No se sabe cuántos hijos tuvo Rodrigo de Luján, si bien es conocido que el mayor de ellos era Gabriel de Luján, comendador de Santiago y regidor de Madrid, que tuvo a su cuidado la Puerta de la Vega allá por 1296, bajo las órdenes del rey Alfonso X. Gabriel estaba casado con Marina de la Torre, hija de Sancho de la Torre, conquistadores de Madrid. Tuvieron tres hijos: Alfonso Jiménez de Luján, Petronila y Mencía. Al igual que su padre, Alfonso Jiménez de Luján (¿?-1337) fue comendador de la Orden de Santiago, además de alcalde de los hijosdalgo de Madrid. En 1332 asistió a la coronación de Alfonso XI de Castilla en el Monasterio de las Huelgas, y participó en la guerra de Navarra en 1335. En 1337 le sucedió su hijo mayor Pedro Jiménez de Luján, que vivió durante el reinado de Enrique III de Castilla (1376-1406), cuyos hijos fueron Diego Jiménez, Luis y Antonio. El primero de ellos, Diego Jiménez de Luján, heredó de su padre el oficio de comendador de la Orden de Santiago, y, casado con Catalina de Lodeña, hizo testamento en 1499, dejando, que se sepa, diez hijos, siendo el mayor de ellos Pedro de Luján (otros testimonios indican que este Pedro de Luján en realidad era hijo de Catalina Jiménez de Luján y Juan Fernández de Villanuño). Pedro de Luján, cuya vida discurre a finales del siglo XV e inicios del XVI, se casó con su prima Leonor de Vargas, hija del comendador Francisco de Vargas.

Una Catalina de Lodeña que es hermana de Pedro Fernández de Lodeña. VII señor de Romanillos, casa con Diego de Luján.

Los Lodeña eran vecinos de la colación de San Juan, iglesia desaparecida en las inmediaciones de la iglesia de Santiago- muy cerca del Alcázar de Madrid- y aquí tenían capilla de enteramiento.

El 20 de marzo de 1463, Enrique IV otorga a Constanza Álvarez de Solís (6ª Señora de Romanillos) el privilegio de donación de este terreno; y su hijo, Pedro Fernández de Lodeña (7º señor de Romanillos) crea el Mayorazgo de Romanillos en su testamento, otorgado el 5 de marzo de 1562.

Una de sus descendientes, María Regalado Fums de Villapando, casaría con Cristóbal Portocarrero de Guzmán y Luna, IV Conde de Montijo; y su hijo, Cristóbal Gregorio, heredaría tanto el Mayorazgo de Romanillos como el título de Conde de Montijo.

Posteriormente, Cristóbal Gregorio Portocarrero y Funes de Villalpando se desposó con su sobrina Dominga Fernández de Córdoba, naciendo del enlace un solo hijo, Cristóbal Pedro de Portocarrero y Fernández de Córdoba. Este se casó con María Josefa López de Zúñiga y tuvieron a María Francisca de Sales de Portocarrero, quien ante el fallecimiento de su padre, heredaría el Condado de Montijo de su abuelo y el Ducado de Peñaranda de su madre.

Esta saldría del colegio con 14 años, tras haberse concertado su matrimonio con Felipe Antonio de Palafox y Croy, militar que tenía quince años más que ella. Con él tendría seis hijos, de los que destacamos a Cipriano Portocarrero Palafox, quien heredaría los títulos de su madre.

De su enlace con María Manuela Kirkpatrick tendría a María Francisca de Sales, IX Condesa de Montijo; y a Eugenia de Montijo, emperatriz consorte de Francia por su matrimonio con Napoleón III. La primera se convertiría en Duquesa de Alba al casar con Jacobo Fitz-James Stuart y Ventimiglia. A partir de este momento, el Mayorazgo de Romanillos pasa a la Casa de Alba.

Los herederos de María Francisca de Sales se sucederían, destacando a Carlos Fitz-James Stuart y Portocarrero, a Hernando Fitz-James Stuart y Falcó, a Fernando Alfonso Fitz-James Stuart y Saavedra y al actual señor de Romanillos, Jacobo Hernando Fitz-James Stuart y Gómez.




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